Si quieres adelgazar, no comas con las manos

Coger las patatas fritas con la mano o darle un bocado a una hamburguesa supone un placer añadido para el paladar. Científicos de la Universidad de Stevens en Nueva York así lo afirman: comer con las manos hace que la comida sepa mejor, pero cuidado, porque también te hace comer más.

Tocar los alimentos provoca que el cerebro mejore las percepciones sensoriales, y antes de que ese bol de palomitas llegue a tu boca, el hecho de haberlas tocado hace que las perciba más ricas y satisfactorias que si te llevaras a la boca un menú de un cinco estrellas Michelin usando cuchara, cuchillo y tenedor.

Pero los investigadores descubrieron que este mecanismo cerebral tiene truco: solo las personas que habitualmente restringen su dieta experimentaban ese plus de placer (y acababan comiendo de más). En cambio, aquellas que suelen comer lo que quieren no encuentran más sabrosa la comida por mucho que la sostuvieran con la mano antes. Y eso que a los grupos de voluntarios les pusieron en un brete con todo tipo de alimentos: desde donuts a taquitos de queso.

El resultado final: que las personas que controlan su consumo de alimentos (inclúyete en este grupo si estás a dieta) si comen con las manos, sufren una respuesta sensorial mejorada, lo que hace que la comida sea más deseable y atractiva… y acaben comiendo de más. Tenlo en cuenta.

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