Montar en bici es la forma perfecta para volver a la rutina además de ser un gran ejercicio cardiovascular. Si de cara a septiembre te estás planteando usar tu bici como medio de transporte para ir al trabajo, estamos contigo… y la ciencia también. Un estudio de la Universidad de Copenhague comprobó que las personas que pedaleaban para acudir a la oficina durante 30 minutos cada día perdían más peso que los que pasaban más de media hora en el gimnasio el mismo número de días; y otra investigación de la universidad estadounidense de Clemson chequeó a través de 13.000 cuestionarios que las personas que usaban la bicicleta como medio de transporte habitual eran más felices y sufrían menos estrés. Dicho así parece que tu idea de ir a trabajar pedaleando es la mejor que has tenido nunca. Pero llevarla a la práctica también tiene sus inconvenientes y los repasamos todas para que tu buena idea llegue a buen puerto:
1. Hazte con la equipación adecuada
El casco no te aportará glamour, pero sí seguridad, y los reflectantesson imprescindibles si sales temprano de casa o en invierno cuando anochece tan rápido que sales de la oficina y ya no hay sol.
Además tienes que equipar tu bicicleta con una luz delantera (es obligatorio) que te ayude a ser aún más visible para los conductores y una trasera que parpadee entre 60 y 240 veces por minuto cuando sea de noche. Y si no quieres pillar tortícolis de tanto mirar hacia atrás, instala unos espejos que te ayuden a comprobar quién está detrás tuyo y que vas a necesitar para poder hacer giros con seguridad.
2. Refuerza tus habilidades
Vas a pedalear entre el tráfico o por un carril bici que no estás siempre despejado de obstáculos. Necesitas poner al día tus habilidades como ciclista. Ir al trabajo en hora punta puede que no sea igual que pedalear tranquilamente por el parque de al lado de casa en el mes de agosto. Acude a una escuela de ciclismo para adultos. En sus clases puedes recuperar la confianza perdida y adquirir conocimientos sobre cómo frenar adecuadamente, sortear obstáculos, hacer giros complicados, enseñarte a manejar la bici con una sola mano en el manillar para poder señalizar tus giros con la otra y circular por la calzada de forma 100% segura.
Entre las indicaciones básicas para ir con la bicicleta en un mundo de coches recuerda que nunca debes adelantar autobuses (y mucho menos quedar entre ellos y el bordillo esperando en un semáforo en rojo, si giran te pueden atropellar) y que, si llueve, lleva un buen chubasquero en vez de intentar acelerar el ritmo para escapar de la lluvia: puedes acabar resbalando y cayendo. También es buena idea, si no hay carril bici, que aprendas a circular un poco alejada del bordillo de la acera, así serás más visible para los conductores que se incorporan a tu carril desde las calles que quedan a derecha o izquierda.
3. Familiarízate con la mejor ruta (que no tiene por qué ser la más corta)
No te lances a la aventura sin ton ni son. Antes de instaurar la bicicleta como tu opción de transporte haz pruebas. Chequea varias rutas en bici para llegar a tu lugar de trabajo hasta que encuentres la más cómoda y acorde a tu capacidad física (quizá sea buena idea tomar un camino más largo pero que te obligue a no subir cuestas).
Estos recorridos previos al día del debut oficial como ciclista trabajadora te ayudarán a ganar confianza, escoger el camino que te exija menos esfuerzo (y sudor), revisar las calles que tienen el tráfico más lento (que son las que te convienen) y chequear si de verdad estás físicamente preparada para este reto.
4. Invierte en la equipación que no te hará sudar
Si quieres llegar al trabajo sin una sola gota de sudor perlando tu frente hay una forma muy sencilla de conseguirlo: hazte con una bicicleta eléctrica. Si no es una opción apta para tu presupuesto invierte en unas alforjas o una mochila que te permita guardar tu ropa de oficina limpia (las hay que permiten guardar zapatos, chaquetas y camisas sin una sola rruga) y llega al trabajo con tu ropa de ciclista. Los tejidos de las prendas para hacer ciclismo están diseñados para la evaporación del sudor y dan menos calor que ninguna de tus prendas. Llegar diez minutos antes al trabajo, refrescarte y cambiarte en el baño pueden ser todo lo que necesitas para ofrecer tu mejor imagen en las reuniones sin renunciar a tu sueño de pedalear hasta la oficina.
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