Sebastián González Vázquez era uno de los nombres más veteranos de aquella ejecutiva que presentó Pablo Casado en 2018, nada más hacerse con las riendas del PP. A su manera, el nuevo tesorero era uno de los pocos miembros de la vieja guardia que quería borrar Casado para "limpiar" el partido, y fue parte de la ejecutiva del PP en tiempos de Bárcenas. Pero González no estaba entre los fieles a Mariano Rajoy, sino a Ángel Acebes, que fue secretario general del partido entre 2004 y 2008 y nombró a su paisano secretario general de Organización, el tercer nombre en el organigrama popular. La amistad entre ambos databa de los años ochenta, cuando trabajaban juntos en el mismo bufete de abogados de Ávila, y González (abulense de nacimiento, nacido hace 65 años en la villa histórica de La Adrada, al oeste de Madrid) animó al futuro ministro de Interior a meterse en política.
Aunque el hoy tesorero ya era miembro de Alianza Popular, el precursor del Partido Popular en tiempos de Manuel Fraga, desde principios de los ochenta, no dio el salto a la política institucional hasta 1987, como vicepresidente de la Diputación de Ávila. Acebes y González también tenían cercanía familiar: Víctor Acebes, el hermano del exministro, era cuñado de González. Y, durante los tiempos de Sebastián González al frente de la Diputación de Ávila (entre 1993 y 2004), el cuñado Acebes ocupó la gerencia de una de las empresas dependientes de la misma. La llamada del PP para que se ocupase de asuntos en la dirección del partido supuso también su salto a la política nacional, primero con diputado (entre 2004 y hasta 2015) y ahora como senador.
Y Casado le eligió por lo mismo que Acebes en su momento: a González, sin manchas en el historial más allá de una supuesta reunión con Cospedal y Bárcenas en 2006, se le atribuye en su tierra una capacidad de mentor político (de la Alianza Popular de su provincia salió también José María Aznar, tanto para las Cortes de la Comunidad como en su primera legislatura como diputado nacional) y gestor discreto. Capacidades que Casado –que también se formó políticamente en la provincia castellanoleonesa– quiso reconocer con el nombramiento. Su labor ha sido tan eficaz que no ha protagonizado titulares desde su nombramiento, y permite decir a Casado eso de que el caso Bárcenas pertenece a un PP anterior al suyo (en honor a la verdad, Luis Bárcenas llevaba 14 años como tesorero cuando González entró en la ejecutiva por primera vez).
En lo personal, la vida de González también está llena de lazos con la política. No sólo por su cuñado: su mujer, Ana María Cardalliaguet, es asesora desde 2014 del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Y uno de sus dos hijos, Arturo González (el otro se llama como él, Sebastián), estuvo ocupando cargos en la Comunidad de Madrid desde tiempos de Cristina Cifuentes. El matrimonio tampoco ha tenido gran actividad fuera de la política: cuentan con una vivienda rural en alquiler (gestionada a través de una empresa, Naturgredos, y sita en la localidad natal de González), y la residencia habitual en Ávila, que hace tres años todavía estaba hipotecada. El matrimonio, casado en gananciales, cuenta con dos Audis (el más nuevo de ellos tiene ya un lustro), y unos 20.000 euros repartidos en cuatro fondos de inversión.
En contadas ocasiones, González ha sido profesor invitado de la Universidad que él mismo ayudó a promover: la Universidad Católica de Ávila, fundada en 1996, cuando el político llevaba dos años al frente de la Diputación. Y, desde 2011, es miembro del patronato de la Fundación Santa Teresa de Jesús, asociada a la Universidad, junto a nombres como el cardenal Cañizares, y los exministros Ángel Acebes y su hoy socio José María Michavila.
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