Qué es el glaucoma, la enfermedad ocular que le han diagnosticado a Laura Matamoros y puede dejarla ciega

El glaucoma es una enfermedad que afecta a la salud de los ojos y es mucho más común de lo que podamos pensar. De hecho, está considerada por la OMS como la segunda causa de ceguera en el mundo. En nuestro país cerca de un millón de personas han sido diagnosticadas de glaucoma y, desafortunadamente, Laura Matamoros acaba de confirmar que también lo padece y que ya ha afectado a su visión: “tengo dañado el nervio óptico, por lo cual veo muy poquito y de la mitad del ojo para abajo apenas tengo visión”, ha declarado. ¿Pero en qué consiste esta enfermedad y cómo se trata?

Qué es el glaucoma y por qué tarda tanto en diagnosticarse

Lo más peligroso de la enfermedad que sufre Laura Matamoros es que te va robando la visión sin que te des cuenta: empieza restando visión periférica, muy poco a poco, y en la mayoría de los casos esa pérdida no va acompañada de ningún otro síntoma. Se calcula que la mitad de las personas que padecen glaucoma lo descubre cuando la enfermedad ya ha avanzado y no se puede recuperar la visión perdida.

“El glaucoma se caracteriza por no mostrar sus efectos hasta la fase final, donde el deterioro del nervio óptico provoca una pérdida de la visión lateral o periférica y esto genera un efecto túnel”, explica el Doctor Gonzalo Muñoz, Director Médico de Clínica Baviera. La buena noticia es que si nos hacemos revisiones rutinarias para chequear la salud de nuestros ojos es posible detectar el glaucoma a tiempo y frenar su avance en la mayoría de los casos. Esas revisiones son especialmente importantes para las personas que tienen antecedentes familiares de glaucoma (como le sucede a Laura cuyo padre Kiko Matamoros sufre la misma enfermedad), ya han cumplido 40 años o son miopes.

El caso de Laura Matamoros es excepcional porque sufre un tipo de glaucoma que no solo ha atacado a una persona muy joven sino que también ha dado síntomas (la influencer ha hablado de que sufría problemas en los ojos al subir al avión y notaba pinchazos y que el ojo “le vibraba”). El diagnóstico final que ha recibido es que padece un glaucoma de tensión baja, una forma menos común de glaucoma. En la mayoría de los casos de glaucoma la tensión interior del ojo es tan elevada que acaba dañando el nervio óptico.

Sin embargo, en el tipo de glaucoma que sufre Laura Matamoros esa presión intraocular es normal y, aún así, su nervio óptico ha acabado dañado porque sus células mueren antes de tiempo.

Cómo se trata el glaucoma

Padecer un glaucoma no tiene por qué ser sinónimo de quedarse ciego: existen cada vez más tratamientos para frenar el avance de la enfermedad, aunque es cierto que cuanto antes se diagnostique y antes se aplique el tratamiento mejores son los resultados que se consiguen.

La mayoría de los tratamientos van enfocados a aliviar esa presión intraocular para así evitar que dañe a las células del nervio óptico. Para conseguir este objetivo se siguen varias vías. La primera es la administración diaria de gotas hipotensoras, una especie de colirio que el paciente debe aplicarse a diario. Si las gotas no dan los buenos resultados que deben y la enfermedad avanza se puede optar por otras terapias como el láser e, incluso, la cirugía.

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