Quim Torra está en Girona. Tras su inhabilitación, su entorno da por seguro que su sueldo de unos 122.000 euros anuales, la seguridad que le procurarán los Mossos d’Esquadra y su nueva oficina tendrán sede en la ciudad atravesada por el río Onyar. A todo eso tiene derecho como expresident, aunque aún está por ver cuál será el edificio elegido para llevar a cabo sus nuevas tareas. Uno que ya ha visitado es la Casa Solterra, una casa señorial cuya construcción data del siglo XVII y está ubicada en el barrio histórico de la ciudad.
A pesar de que el independentismo, como toda la política del siglo XX y especialmente la del XXI, presta mucha atención a los símbolos, este palacio no sólo está situado en la calle Ciutadans, sino que fue el lugar refugio de los Reyes Católicos. Ni españolidad ni monarquía son del gusto del PdCAT, partido del que forma parte Torra, que sin embargo podría estar a punto de ubicar su oficina de expresident en una casa que perteneció a una ilustre saga de monárquicos gerundeses: la familia Sarriera, una de las familias más poderosas de Cataluña.
La mayoría de los hombres se dedicaron a la práctica de la Medicina y uno de sus antepasados, Berenguer de Riera, fue médico de la casa real de Aragón en el siglo XIV. Luego, emparentaron con los Gurb, otra saga clave en la historia catalana, y se mantuvieron fieles a la corona de Aragón durante la guerra dels Segadors, revuelta del siglo XVII contra la corona en la que está basada el himno de Cataluña. Precisamente por haberse mantenido del lado de los reyes afrentados por unos campesinos que los acusaban de todo tipo de abusos, Joan de Sarriera-Gurb i Descatllar recibió el título de conde.
En 1980, la Casa Solterra se habilitó para alojar las oficinas de los servicios territoriales del Departament de Cultura de la Generalitat en Girona gracias a una reforma que corrió a cargo de Jordi Casdevall, de Kaval Arquitectes SLP, firma que se ha encargado de la construcción y remodelación de diversas bibliotecas catalanas, así como centros de cultura que incluyen el Museo de Bellas Artes de Valence (Francia).
Ahora, las instalaciones que quedan libres podrían convertirse en la nueva sede de trabajo de Torra que dispondría así de un bello edificio histórico que dispone de un amplio vestíbulo, una galeria gòtica y un patio interior con una generosa escalinata que da acceso a la planta noble. La calle, que históricamente se llamó Calle de los Caballeros, alojaba hace siglos numerosos negocios de herreros y tenderos, pero hoy espera a un ex president de la Generalitat, que tiene sus orígenes en esa provincia y también a su madre, Carme Pla, a quien tendrá de esa forma más cerca y podrá visitar, pues ha mostrado en más de una ocasión su preocupación por su avanzada edad. También tendrá más a mano Francia, donde estará hoy para comparecer, junto a Carles Puigdemont y Artur Mas y dar “proyección internacional” a la situación de Cataluña el mismo día que Felipe VI visita Barcelona.
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