Lo hemos pasado mal, es verdad, pero el final está más cerca que nunca. Pronto podremos volver a la calle y recuperar en cierta medida la normalidad. Hemos pasado por momentos de bajón, difíciles y el ocio en nuestras casas ha sido nuestro único punto de escape. Durante la etapa de cuarentena han triunfado thriller oscuros y asfixiantes como El hoyo, Legado de los huesos o Unorthodox, pero ahora que estamos a punto de recuperar la normalidad, es el mejor momento para ver estas series, levantar el ánimo y ver la vida con un poco más de esperanza. Es el momento de pasarlo bien.
La serie debe su nombre al protagonista, Merlí Bergeron Calduch (interpretado por Francesc Orella), un profesor de Filosofía de instituto con una manera muy personal de dar clase. Los alumnos están encantados con él por su manera de romper con lo establecido, por decir lo que piensa sin cortapisas… y por tratarlos como adultos y contagiarles el espíritu crítico.
Una serie para volver a creer en la educación y en aquellos chavales con problemas que consiguen salir adelante gracias a la ayuda de personas como este profesor.
Increíble que la segunda serie más vista en el mundo sea de hace 25 años. En diez temporadas y 236 episodios, logró cifras récord de audiencia: llegó a tener 53 millones de estadounidenses sentados frente a la pantalla para un episodio en 1996.
Ver a este grupo de amigos como intentan tener éxitos en sus vidas y sus caídas de las que se levantaban gracias a su amistad sigue siendo la mejor vía de escape. La vida es mejor con Friends, eso está demostrado.
Cuando no sabes qué ver, la opción de una capítulo cualquiera de Friends siempre está ahí.
En marzo de 2015 Unbreakable Kimmy Schmidt llegó a la plataforma de Netflix y rápidamente se convirtió en una de las favoritas. Con su humor desenfadado, crítico, absurdo, hilarante y lleno de referencias conquistó a su público que siguió las aventuras de la propia Kimmy (Eller Kemper), el inigualable Titus (Titus Burgess), Jackeline (Jane Krakowski ) y Lillian Kaushtupper (Carol Kane) y de los personajes que se encontraron, enamoraron pelearon, sobrevivieron con ellos.
Aunque la serie es una comedia, la profundidad de Unbreakable Kimmy Schmidt es indiscutible, eso sí, sin caer en los lugares comunes. Hace uso de toda la risa y todas las referencias absurdas para adentrarse a temas serios y críticos de toda índole.
Tras pasar 15 años encerradas en un búnker por un fanático religioso, Kimmy es rescatada junto a otras tres mujeres, causando un gran revuelo nacional la noticia. Kimmy decide entonces recuperar su vida, y pronto se descubre en Nueva York, malviviendo con un aspirante a actor de Broadway y trabajando de niñera para una excéntrica millonaria de la zona alta.
Con su primera temporada a finales de 2015, Master of None consiguió llamar la atención e incluso se coló en alguna lista de lo mejor del año. La voz de Aziz Ansari, cocreador y protagonista de la serie, era alta y clara en una interesante reflexión, desde la comedia, sobre temas como la inmigración, las relaciones de pareja o los roles de hombres y mujeres en el siglo XXI.
Dev es un actor en la treintena que vive en Nueva York, y que todavía no tiene demasiado claro qué quiere hacer con su vida. Cada episodio gira en torno a algún aspecto de su vida, como su experiencia como inmigrante, la difícil situación de las personas mayores o cómo encontrar el mejor restaurante italiano.
Para muchos es la mejor sitcom de Netflix. Desarrollada por Gloria Calderon Kellett y Mike Royce, se basa en la serie del mismo nombre estrenada en los setenta. La familia Álvarez es un matriarcado: Penélope (Justina Machado) es una madre soltera que vive con su madre Lydia (una Rita Moreno desatada) y dos hijos adolescentes, Elena (Isabella Gomez) y Alex (Marcel Ruiz), ella concienciada, lesbiana y feminista, y él un chaval majo pero chulillo y engreído.Como extra para los que sientan curiosidad, el arranque de la tercera temporada incluye a Gloria Estefan y dos actrices de Brooklyn Nine-Nine, Stephanie Beatriz y Melissa Fumero.
Desde que metió la mano en la freidora con aceite hirviendo siendo tan solo un crío, James (Alex Lawther, Black Mirror) supo que no era como los demás. Y, a lo largo de su vida, lo ha ido confirmando. Él es el protagonista de The End Of The F***ing World.
James y Alyssa (Jessica Barden) son tan carismáticos y tiernos, a la vez que violentos y desquiciados, que no podrás más que animarlos en su búsqueda de la libertad y el descubrimiento de su amor mutuo.
Sí, por mucha cara de mala leche que ponga Millie Bobby Brown esta serie transpira esperanza por sus fotogramas. Hay sustos, hay bichos, hay traumas, pero al final siempre triunfa la bondad, el compañerismo y el humor de unos chavales que todos querríamos tener como amigos.
No es una serie como tal, sino un programa de cambio de imagen que tanto podemos ver en televisión. En un principio pueden surgir muchas dudas respecto a este título del catálogo de Netflix si nunca has sido muy fan del formato.
El formato del cambio de imagen ha impactado con mayor dureza históricamente en las mujeres, y nunca ha sido muy sutil describiendo el punto de partida de la persona que se pone en manos de los expertos. Esta vez los Fab Five ponen su ojo experto al servicio de hombres, y se disponen a escuchar y a respetar los gustos y rasgos de la personalidad de estos.
En algunas ocasiones se dan conversaciones enriquecedoras entre personajes cuyas historias personales en principio les hacen antagonizar, y que resultan todo un ejemplo de cómo el diálogo y la empatía puede ayudarnos a hacer crecer nuestro mundo.
Ha llegado a su fin pero pasará a la historia como una de las mejores comedias de todos los tiempos. No hay un personaje que no te caiga mal. Esa unión y ver lo que se quieren esas familias nos ayudará a darnos cuenta de lo realmente importante.
¿Qué ha pasado con Glee? Fue una serie que rompió moldes y que todo el mundo estaba enganchado a ella o como mínimo sabía de su existencia. ¿Por qué ya nadie habla de ella?
Es verdad que el elenco está gafado, con muertes, detenciones, adicciones, pero el recuerdo que nosotros tenemos es el de una serie musical que marcó la diferencia. Mandaba el mensaje de apoyarse y crear comunidad contra viento y marea. Era una serie sobre unos chavales inadaptados que encontraban su forma de expresarse mediante la música. El éxito de la propuesta fue colosal y los jóvenes actores que protagonizaban la serie descubrieron lo que era ser las caras visibles de un fenómeno cultural: tenían más de 10 millones de espectadores
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