Las mejores interpretaciones de Carey Mulligan, desde ‘Orgullo y prejuicio’ hasta ‘Una joven prometedora’

Desde que era una adolescente, Carey Mulligan no ha dejado de dar interpretaciones logradas sin demasiado esfuerzo. Una actriz protagonista infravalorada y dócil, que puede recorrer todos los pasos interpretativos que van desde lo ingenuo a lo rudo. Tal vez haya hecho falta una película como Una joven prometedora, que deja que Mulligan haga todo a la vez, para que por fin esté más cerca que nunca del dorado Oscar. Es la favorita en la categoría de Mejor Actriz a pocas horas de la gala de este domingo… Y, tras echar un vistazo a su carrera, es fácil entender por qué.

Orgullo y prejuicio (2005)

Carey Mulligan era todavía una adolescente cuando –tras haber fracasado en su intento de entrar en una escuela de arte dramático– se enteró de que había en marcha una nueva adaptación de la obra más famosa de Jane Austen. Tuvo que presentarse tres veces a las pruebas para el papel de, posiblemente, la menos memorable de las hermanas Bennet: Kitty. A pesar de tener que estar constantemente a la sombra de la llamativa Lydia de Jena Malone, su Kitty –con sus hoyuelos y su pelo ensortijado y sus risitas– se las apañaba de vez en cuando para robar plano.

La abadía de Northanger (2007)

La adaptacioneds de obras literarias de época son casi un rito iniciático obligatorio para cualquier joven actor o actriz británicos, pero Mulligan aquí pudo demostrar su talento dando vida a una de las chicas malas más famosas de Austen: Isabella Thorpe. Sus rizos ahora eran rubios, y pasó de las risitas de Kitty a las exasperantes sonrisas falsas de Isabella. Demostrando que, aunque los tocados de época fuesen los mismos, las chicas que hay debajo eran del todo distintas.

Doctor Who (2007)

La longevísima serie de ciencia-ficción de la BBC es el otro rito de transición de los actores británicos. Pero Mulligan tuvo la suerte de protagonizar uno de los momentos más famosos en los casi 70 años de existencia de la serie. Aunque hayan pasado ya 14 años, Parpadeo (un capítulo autoconclusivo en el que el Doctor casi no sale mientras Mulligan intenta evitar que unas amenazadoras estatuas la pillen) sigue siendo el episodio recomendado para quien no sepa por dónde empezar con la serie. La valiente y aventurera Sally Sparrow de Mulligan se convirtió al instante en un icono del género a ambos lados del Atlántico.

An Education (2009)

Aparte de los fans de las series de culto, los cinéfilos de medio mundo apuntaron el nombre de Mulligan tras su paso por Sundance con sus dos primeros papeles importantes: El Mejor y An Education.Esta última es una historia de paso a la edad adulta basada en las memorias de Lynn Barber. El papel, una golosina, le consiguió a Mulligan tanto un BAFTA como su primera nominación al Oscar. Su actuación, una inocencia precoz que cae rendida ante un seductor encanto, se convertiría en su tarjeta de presentación para Hollywood.

Nunca me abandones (2010)

https://youtube.com/watch?v=p–J5_HMtlw%3Frel%3D0

Mulligan y su compañera en Orgullo y prejuicio –y también experta en películas de época–, Keira Knightley, unieron fuerzas en esta adaptación a fuego lento de la pesarosa novela de ciencia-ficción de Kazuo Ishiguro. Podríamos decir que técnicamente, esta distopía ochentera también cuenta como adaptación de época, pero los tocados se cambian aquí por tejidos de punto apagados, mientras se disputan cortesmente la atención de Andrew Garfield. Knightley, ya una estrella consagrada, se muestra más vivaz, pero la Kathy de Mulligan tiene un atractivo sutil que capta la atención tanto del público como de Garfield.

Drive (2011)

El thriller hipnótico de Nicolas Winding Refn lo tiene todo: una banda sonora y una fotografía icónicas, Ryan Gosling, la chaqueta de Ryan Gosling… Y todo compite a la vez para llevarse la atención del espectador. Pero al final, tiene que haber una razón para que el conductor sin nombre de Gosling rompa su código. En una inolvidable secuencia en ascensor, la vecina adorable de Mulligan lleva al espectador por la tristeza, la ira, el amor, el deseo y la repugnancia. Todo, sin decir ni una sola palabra.

Shame (2011)

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Mientras que en Drive se guiaba por el silencio, en Shame Mulligan está gritando a los cuatro vientos lo buena que es. Exhibicionista, descarada, maníaca, atemorizada, herida, la Sissy de Mulligan es un misil en la ya tocada línea de flotación de la caótica vida de su hermano adicto al sexo. Inspira tanto empatía (cuando canta con toda la lástima del mundo New York, New York) y el desprecio (cuando intenta meterse en la cama con él), pero al final le da al Brandon de Michael Fassbender la única conexión humana a la que agarrarse en el frío laberinto de Manhattan.

El Gran Gastby (2013)

Aunque es un clásico entre los clásicos de las adaptaciones literarias, Mulligan hace una valiente interpretación de la chica de oro más famosa de la literatura anglosajona: Daisy Buchanan. Mulligan clavó su acento estadounidense. Y, pienses lo que pienses de la adaptación desmedida de Baz Luhrmann, poco se le puede echar en cara a Mulligan, que pasa de forma adecuada, de la suavidad y el romanticismo de un momento a hacerse añicos al siguiente. Igual que el sueño americ… Vamos, ya sabes.

A propósito de Llewyn Davis (2013)

Aquí Mulligan es poco más que una secundaria para Oscar Isaac (que también estuvo en Drive) y esta odisea del folk de los 60. Pero su inmunidad hastiada frente a los encantos de Isaac y sus impresionantes armonías dejan huella. Aparte de Jean, Mulligan también brilla con luz propia en la inagotable banda sonora, junto a su marido en la vida real, Marcus Mumford [de Mumford & Sons].

Lejos del mundanal ruido (2015)

https://youtube.com/watch?v=3wUWalk5EYM%3Frel%3D0

La impetuosa adaptación de Thomas Vinterberg del clásico decimonónico de Thomas Hardy permitió por fin a Mulligan afrontar una producción literaria digna de su talento. En el papel de Bathsheba Everdene, una mujer de nombre imposible y carácter férreo, Mulligan rechaza a un trío de pretendientes mientras se las apaña para gestionar su fortuna y propiedades en una era donde a las mujeres poco se les permitía hacer. De paso vuelve a cantar con enorme belleza. A ver, el musical protagonizado por Carey Mulligan: para cuándo.

Mudbound: el color de la guerra (2017)

Mulligan volvió a sonar para las listas de premios con este drama histórico, sombrío y sureño, de Dee Rees. Mugrienta y cubierta por el microflequillo propio de la Gran Depresión, la narración empática de Mulligan teje y da coherencia al drama letal y caótico de un sur estadounidense tan pobre como racista.

Una joven prometedora (2020)

En el debut de la directora Emerald Fennell, Mulligan recrea a todas las mujeres que ha interpretado hasta ahora para dar un giro y convertirse en una estrella avispada, camaleónica, y emocionalmente devastadora. Su Cassandra entra y sale de un sinfin de personajes y pelucas para poder ser el ángel vengador que merecen los hombres que se aprovechan de las mujeres vulnerables. Los hoyuelos de Kitty, las habilidades detectivescas de Sally, los moratones de Sissy, el atractivo inocente de Kathy, el disgusto de Jean, la roca que es Bathseba. Con todas ellas, Mulligan se echa a la espalda la película, y el destino de cada uno de sus hombres indignos, con un poderoso pulso.

Artículo publicado en Vanity Fair USA y traducido. Acceda al original aquí.

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