El cantante colombiano Maluma está pasando la cuarentena por el coronavirus en un casoplón en Antioquía y ha mostrado en vídeo, para la revista AD, la que es su mansión desde hace tres años. Visto el vídeo, vista la casa, visto lo que hay dentro de ella, le agradecemos mucho que nos haya dejado cotillear y nos dé la ocasión de poder poner los ojos en blanco ante lo que allí nos enseña. En serio, ¿qué les pasa a los famosos como Elsa Pataky o Paula Echevarría con la decoración?
Por fuera la villa es uno de esos cubos de cristal que permiten ver la naturaleza, el entorno, que si la luz y bla, bla, bla… A ver, que sí, que está muy bien, pero es que todo esto ya lo inventó (y con más gracia) en 1945 Mies van der Rohe al crear la Casa Farnsworth, ¿podemos pasar página ya, arquitectos del mundo?
¿Y qué decir del interior? Para ser justos Maluma solo enseña en el vídeo de AD solo las zonas comunes de la vivienda, eso sí con una camiseta roja puesta para que no nos distraigan sus abdominales, y no perdamos de vista ni un solo detalle. Y empezando por el salón/sala de estar/cocina, pues nos encontramos con más de lo mismo: que si cristales, que si la exuberante naturaleza colombiana, que si la luz, que si la cocina open concept con isla en la que hay espacio para que acampe una familia y que te pase el frutero por las mañanas (por favor, que alguien retire ya la emisión de los gemelos Scott) y todo, por supuesto, en blanco. Lo mejor es que las cortinas del cubito deben medir como seis metros de altura y son blancas. Gloria debe dar hacer la colada en esa casa.
En medio de la sala hay un sillón de cuero circular tamaño plaza de toros encastrado en el suelo con una hoguera en el centro. También hay una escalera de escalones volanderos que no usa nadie (porque para algo hay ascensor) con minialberquita debajo (esto también lo hizo con más gracia Chen Kuen Lee en la casa Straub sr. en 1956) y ahí acaba todo el interés decorativo de la vivienda. Pero empieza el show.
Porque el muchacho nos cuenta en el vídeo que su chef no le hace el café, que el café se lo hace él . Y nos enseña sus tazas. Y tiene un juego de tazas de Versace. Pero no,esas no son sus preferidas. Porque en sus armarios blancos esconde las tazas que sí usa: las que están personalizadas con las caras de su familia. Su hermana con su primer perro. Maluma y su madre. Maluma y su padre. Las mismas tazas con las que te haces a última hora en el centro comercial y regalas a tus abuelos con tu foto ahí puesta cuando no sabes qué regalarles ya. Pues esas son las tazas en las que desayuna Maluma.
Y continúa el tour por el salón y Maluma suma y sigue: que si aquí he puesto un piano blanco, pero no lo sé tocar; que si me gusta mucho el arte, pero esto y esto en realidad me lo han regalado. Por supuesto, también posee un sillón tamaño ruedo de plaza de toros pero los ratos en familia los pasan tirados en una alfombra en el suelo. Y vive rodeado de naturaleza, pero se encarga de poner plantitas del Ikea en las escaleras que le llevan al gimnasio.
De lo de tener la parrilla en el jardín al lado del jacuzzi para poder oler bien los espetos de sardinas mientras vives tu momento burbuja, mejor ni hablamos. Y de la mesa de ping pong, las camisetas de fútbol como elemento decorativo y la mesa de póker solo podemos decir una cosa: que menos mal que no las ha puesto en el salón. Espacio hay.
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