Vivió de alquiler los últimos años y se desconoce el monto de la herencia que le dejó a su hermana. Cuando Rita Barberà falleció en noviembre de 2016, algunos medios se sorprendieron de que en su patrimonio declarado no hubiera viviendas ni coches y que apenas superara los 240.000 euros: era lo que había declarado como diputada en las Cortes Valencianas e incluían títulos en siete compañías entre las que se incluían Caixabank, BBVA, Bankia, o Telefónica.
Sea cual sea la cantidad, tres años después de muerte, sus herederos no han podido cobrar esa herencia, que según se ha sabido incluye también un seguro de vida del que también se desconoce su cuantía. La principal beneficiaria es su hermana Asunción Barberà, conocida como Totón, que no ha podido hacer efectivo el cobro por un caso de corrupción que afecta a su marido, José María Corbín, titular de un despacho de abogados e imputado en la Operación Azud, que investiga una trama sobre el presunto cobro de comisiones a cambio de facilitar adjudicaciones del ayuntamiento valenciano.
La causa abierta llevó a los jueces a bloquear las cuentas de toda la familia Barberà, que tampoco ha podido abrir cuentas nuevas por estar siendo investigados y por eso no han podido cobrar la herencia que les dejó la ex alcaldesa de Valencia, aunque eso puede cambiar, al menos en parte, a partir de esta semana. Según adelanta el diario Levante El mercantil valenciano, tras comprobar que el dinero viene de una herencia y tiene un origen lícito, han desbloqueado parte de las cuentas para que puedan cobrarla. Según el mismo medio, la situación puede complicarse porque algunas entidades bancarias han declarado a los herederos que prefieren que no ingrese el dinero en sus bancos.
La Operación Azud sigue bajo secreto de sumario, pero hasta el momento ha llevado a prisión preventiva a Corbín y su socio, Diego Ellum. Se los acusa de que el despacho de abogados que regentaban era la puerta de entrada para que distintos empresarios obtuvieran contratos con el Ayuntamiento de Valencia mientras estuvo al frente del mismo Rita Barberà. El problema con el cobro de la herencia que dejó la política popular es que en esta causa también está imputada su hermana Totón, que fue jefa de gabinete de la alcaldesa, y sus tres hijas, lo que ha impedido hasta ahora que la familia haya encontrado una vía para hacer uso de ese dinero que les dejó su tía.
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