En apenas unos días, Halley Berry debutará como directora de cine con la película Bruised, en la que también cuenta con el papel protagonista. Un salto para la intérprete estadounidense que a sus 55 años puede presumir de tener una de las trayectorias más brillantes en la industria. No solo será la primera vez que la actriz esté detrás de cámaras, también que le podamos ver subirse al ring y dar vida a una luchadora de MMA.
A pesar de que Berry no es ajena a las interpretaciones en las películas de acción, Catwoman o X–Men así lo corroboran, este nuevo rumbo ha sorprendido notablemente al público. Imaginarse a la actriz en un papel donde su rostro puede verse desconfigurado no es fácil y culpa de ello, como bien ha querido manifestar la propia Halle, el haber ligado su nombre al de una de las mujeres más bellas del mundo. Un gran halago y también un problema.
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«La belleza es tan subjetiva», ha explicado en una reciente entrevista con Kelefa Sanneh para el programa CBS Sunday Morning. «Pero esa palabra me ha sido etiquetada desde el comienzo de mi carrera. He tenido que trabajar muy duro para disipar qué es la belleza y qué hace y qué puede hace», ha querido recalcar.
Berry cree firmemente que este tipo de papeles son determinantes para «acabar con los prejuicios en torno a la belleza«. Asimismo, la actriz ha resaltado que las interpretaciones que otorgan poder e independencia a la mujer son determinantes en esta sociedad actual.
Será el 24 de noviembre cuando Bruised llegue a las pantallas de medio mundo gracias a Netflix y las expectaciones generadas en torno a ella no dejan de crecer. Apunta a éxito en taquilla, y en la cerrera de Berry.
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