La historia resulta hasta difícil de creer. Un ex primer ministro francés, una esposa galesa llamada Penelope y un delito laboral. El escándalo, bautizado PenelopeGate, comenzó en 2017, cuando François Fillon se perfilaba como el favorito para ganar la presidencia, frente a Emmanuel Macron y la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, una lucha que todos sabemos cómo resultó.
Poco después surgieron las acusaciones de "empleos falsos" y los números de François se desplomaron. Fue solo en febrero de este año, antes de que el coronavirus se expandiera, cuando se inició el juicio. François era acusado de haberle pagado a su esposa cientos de miles de euros por un trabajo que supuestamente nunca hizo cuando en teoría ejercía como su asistente. En febrero, cuando la pareja compareció ante el tribunal, hubo rumores de que, si era declarado culpable, el Fillon podía enfrentar hasta una década en prisión.
La historia es aún más escandalosa dado que Fillon ha estado en la política durante décadas. Después de su labor como diputado, senador y en una serie de funciones ministeriales, se convirtió en el primer ministro de Francia entre 2007 y 2012 bajo el presidente Nicolas Sarkozy, postulándose para el puesto superior, incluso asegurando el centro-derecha En las primarias presidenciales del partido republicano emergió como un claro favorito en las encuestas hasta que su apuesta por el número uno se vino abajo.
El caso se desató cuando la revista Le Canard Enchaîné alegó que Penelope Fillon, empleada formalmente como su asistente parlamentaria durante seis años entre los noventa y el año 2000, nunca hizo su trabajo a pesar de recibir 831.400 euros por ello. Aunque Fillon negó firmemente las acusaciones, la tormenta continuó.
La revista publicó múltiples acusaciones, incluso que Penelope ganó 100.000 euros por escribir varios artículos para una publicación literaria llamada La Revue des Deux Mondes, propiedad de un amigo multimillonario de la familia, Marc Ladreit de Lacharrière. Dos de sus cinco hijos también acabaron atrapados en el escándalo. Según los informes, fueron empleados por la oficina de su padre para realizar labores legales, aunque según Le Canard Enchaîné, ninguno de ellos tenía el título de abogado en ese momento.
Fillon y su esposa fueron declarados culpables el 29 de junio. El juez presidente dictaminó: "El pago fue desproporcionado con respecto al trabajo realizado. La Sra. Fillon fue contratada para un puesto que era inútil". ¿Los cargos? Se descubrió que el político conservador le pagó a su esposa 1.156 millones de euros por un trabajo que nunca hizo como asistente parlamentaria. El ex primer ministro ha sido sentenciado a cinco años de prisión, tres de ellos suspendidos y Penelope ha sido condenada con un período de suspensión de tres años. Ambos han recurrido, lo que retrasaría la entrada en prisión de Fillon.
Dicha sentencia convierte a Fillon, de 66 años, en la figura política francesa más importante en recibir una pena privativa de libertad desde el comienzo de la Quinta República en 1958. Además de una sentencia y multas de 375.000 euros cada una, la orden de devolver más de un millón de euros a la Asamblea Nacional que empleó a Penelope entre 1998 y 2013, François también ha sido expulsado de la función pública durante una década. Las mascarillas protectoras ante el coronavirus ocultaron sus rostros mientras se leía el veredicto.
A pesar del fallo, según la BBC, Fillon promete seguir luchando. El argumento principal de la pareja es que no le corresponde a un tribunal de justicia determinar lo que realmente constituye trabajar en nombre de un político. ¿Qué será lo siguiente?
Artículo publicado originalmente en Tatler y traducido. Acceda al original aquí.
Fuente: Leer Artículo Completo