Ignacio Osborne Cólogan preside el Grupo Osborne desde mayo de 2017, aunque su papel en una de las empresas familiares más antiguas de España empezó en 1996. El apellido le señala como representante la sexta generación de una saga que empieza en Inglaterra a finales del siglo XVIII y que hoy –icono del toro mediante– es una de las marcas más asociadas a nuestro país.
Es, en parte, una de las razones por las que Osborne también preside, desde hace dos años, el Foro de Marcas Renombradas Españolas. Parte de lo que conocemos como "Marca España" y que hoy ha ocupado un lugar destacado en la cumbre empresarial organizada por la CEOE para la recuperación tras el confinamiento: "Empresas españolas liderando el futuro".
Osborne ha descrito la labor del Foro, que agrupa a casi 150 marcas desde los grandes bancos hasta equipos de fútbol, como uno de los mejores ejemplos de la colaboración público-privada. "Hace más de 20 años", ha asegurado Osborne, "que colaboramos con la Administración. Somos una entidad privada, pero tenemos un Patronato y una colaboración que han funcionado muy bien y que es recomendable que se replique en otros sectores".
Sobre todo, Ignacio Osborne ha pedido que se cree una gran campaña para promocionar la imagen de España en el exterior. "Las empresas españolas que triunfan fuera hacen que la imagen de España sea mejor (…). La unión público-privada para generar más riqueza fuera de España es esencial".
Un principio, el de la fortaleza exterior, que corre desde hace casi dos siglos y medio por el apellido que da nombre al Grupo que preside. Fue a finales del siglo XVIII, cuando las primeras bodegas de Spanish brandy hacían furor entre la alta sociedad europea. Uno de sus importadores, Thomas Mann Osborne, terminaría estableciéndose en Cádiz, españolizando el nombre, y, en un movimiento entre los negocios y el amor –su boda con Aurora Böhl de Faber, hija del apoderado de unas bodegas relacionadas con la familia del cónsul inglés–, estableció la saga. Una que llevaría a su hijo, Juan Nicolás Osborne Böhl, a convertirse en el primer conde de Osborne (título pontificio emitido por el papa Pío IX) y en la que la familia es importante: nadie ajeno al clan puede ser accionista y las decisiones, cinco generaciones después, se toman en un consejo que es tanto administrador como cónclave familiar.
Así, toda la gestión del Grupo (que no sólo comercializa bebidas, sino también productos tan ibéricos como el jamón) recae en manos de los 12 miembros del consejo, de los que sólo dos no tienen el Osborne en sus dos primeros apellidos. Y que son los que eligen quiénes serán los próximos en ocupar puestos en la cúpula familiar. En el caso de Ignacio Osborne, por ejemplo, la llamada familiar se produjo tras una biografía que poco tenía que ver con el sector agroalimentario: le llaman "el ingeniero", precisamente por los siete años que pasó en Oslo dedicándose al diseño de plataformas petrolíferas en el Mar del Norte.
Una experiencia que le permite combinar esa mezcla entre los valores familiares españoles y visión internacional que no sólo ha manifestado hoy. En su puesto al frente del Foro de Marcas Renombradas participó en uno de los últimos actos de los reyes Felipe y Letizia antes del confinamiento (para la promoción de la Marca España) y en una reciente videoconferencia que los reyes mantuvieron con los representantes de nuestra marca país, entre los que se contaban también Antonio Banderas y Rafa Nadal.
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