Mantel suena muy lejana al teléfono, y no es extraño: lleva 15 años viviendo –literariamente–en la Inglaterra del siglo XVI y aún está en pleno viaje de regreso a la actualidad. Tras poner el punto final a El trueno en el reino (que ha publicado en España Destino), la escritora británica puede dejar por fin descansar a Thomas Cromwell, el plebeyo que ascendió hasta convertirse en la mano derecha del rey Enrique VIII y que protagoniza las 2.000 páginas de su trilogía histórica.
Habla despacio, desde su casa en Devon, con voz fina y algo quebrada, haciendo frecuentes pausas para buscar una palabra más precisa o pensar bien la siguiente frase. A sus 68 años, y con una salud frágil por culpa de la endometriosis mal diagnosticada que arrastra desde su juventud, la pandemia la ha obligado a cancelar todos los eventos promocionales de El trueno en el reino. Suena británicamente decepcionada (“este no es el verano que esperaba pasar”, afirma). Pero las críticas y las ventas han sido buenas, la adaptación teatral está en marcha y en la BBC ya se está escribiendo la tercera temporada de la serie Wolf hall, basada en sus libros.
No ha quedado finalista del premio Booker –los dos libros anteriores de la saga sí lo ganaron–, pero no está mal para lo que empezó como un proyecto extravagante sobre un personaje histórico casi olvidado y que arrancó, por cierto, durante una visita de la autora a Alcalá de Henares.
La monarquía no debería ser importante, pero sigue ocupando un lugar crucial en el imaginario popular».
Mujerhoy ¿Cómo se siente después de haber completado un proyecto de esta envergadura?
Hilary Mantel Estoy preparando el texto para la obra teatral y asesorando a los guionistas de la serie, así que no tengo la sensación de haberlo terminado y no sé si llegará un momento en que pueda darle carpetazo. Cuando se trata del proyecto central de tu vida… eso nunca te abandona. Me gustaría empezar algo nuevo, porque en los últimos dos o tres años he dejado de lado toda mi vida para terminar este libro. Pero se ve que aún no he terminado con Thomas Cromwell.
M.H. ¿Cómo se desintoxica una de algo así?
H. Mantel A veces siento que he estado fuera mucho tiempo y que ahora, muy lentamente, me estoy reincorporando al mundo actual. Durante todos estos años, cada día me he levantado, me he tomado un café y me he puesto a trabajar. Incluso de vacaciones; incluso dormida y soñando, la novela seguía ahí conmigo. Es como haber hecho un viaje en el tiempo. De hecho, cuando visito ciudades o edificios solo me fijo en lo que se refiere al periodo entre 1500 y 1540. El resto ni lo veo, solo ahora empiezo a percibirlo. Vivo de forma paralela en el siglo XVI y en este, aunque nadie a mi alrededor se dé cuenta.
M.H. ¿Cuándo decidió empezar a escribir esta historia?
H. Mantel Hace 18 años hice un viaje a Alcalá de Henares. Una profesora muy amable me hizo de guía y me señaló el lugar donde había nacido Catalina de Aragón. “Oh, me encanta saberlo, es un personaje fascinante”, le dije. Y ella me contó que a todos los británicos a los que llevaba allí se les cambiaba la cara al hablar de Catalina. “Para los españoles, es solo una princesa que exportamos; para los ingleses, es un personaje histórico esencial”. Fue el principio del camino, el momento en que me dije: “Voy a escribir esta historia”.
M.H. ¿Qué opina ahora, tres libros después, de Catalina de Aragón?
H. Mantel Es un personaje muy respetado en Inglaterra, el arquetipo de mujer poderosa, que se mantuvo firme en su defensa de la verdad en la que creía. Su pasión y valor siguen despertando admiración, sin importar si estás de acuerdo o no con lo que defendía. Cromwell decía que, de haber sido un hombre, habría sido un magnífico general. Fue muy amable por parte de España mandarnos a esta princesa y donarla a la historia británica. A un nivel más personal, es fácil empatizar con ella porque fue la primera esposa de Enrique VIII, la mujer abandonada por otra más joven y una madre que perdió a todos sus hijos menos a uno, María Tudor.
M.H. Usted creció en la fe católica. ¿Tuvo eso algo que ver con el hecho de que eligiera este periodo histórico?
H. Mantel Creo que me ayudó a ser capaz de entender la política religiosa de esa época. Pero no me da un punto de vista particular al respecto. La reforma religiosa es un episodio muy importante de la historia inglesa, un gran punto de giro para el país, que todos los niños estudian. De hecho, mi curiosidad por Cromwell empezó en el colegio.
M.H. Algunos sectores han criticado el retrato que hace de Tomás Moro.
H. Mantel Por supuesto, porque no hago de él un santo y un héroe. Pero no importa lo que yo piense. En mis novelas aparece desde la perspectiva de otros personajes, Thomas Cromwell o Enrique VIII, y desde su punto de vista fue un hombre que tomó decisiones bastante suicidas. No es el retrato de él que solemos ver. Pero como novelista histórica, no estoy obligada a darle a la gente aquello que les resulta familiar. De hecho, me gusta poner en tela de juicio lo que creen que saben.
M.H. Ha escrito 2.000 páginas sin pelos en la lengua sobre el reinado de Enrique VIII, pero han sido sus críticas a Kate Middleton (a la que llamó “princesa de plástico” y “maniquí de escaparate”) las que se han considerado polémicas.
H. Mantel La monarquía no tiene poder político, pero sigue ostentando un poder simbólico bastante fuerte y es algo que no debemos subestimar. En Inglaterra hay una reina nonagenaria, que es como la abuela de todos nosotros, y somos conscientes de que estamos viendo el fin de una era y que cuando ella muera empezará algo nuevo. Y eso hace que la imaginación de los británicos se dispare. La monarquía no debería ser importante hoy en día, pero es interesante comprobar que sigue ocupando un lugar crucial en el imaginario popular.
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