Tras sacar del gobierno a Mariano Rajoy por la vía de la moción de censura, Pedro Sánchez anunció los nombres de sus nuevos ministros por la técnica del goteo informativo. El socialista empezó a lo grande, con un peso pesado como Josep Borrell para ocupar la cartera de Exteriores, dejó pasar unas horas y anunció a Pedro Duque como ministro de Ciencia, Innovación y Universidades. Volvió a respirar y dio el nombre de Nadia Calviño, luego el de Fernando Grande Marlaska para seguir con Margarita Robles y dejar para el último momento, como traca final, el del mediático Máxim Huerta. De esa manera, el nuevo jefe de Gobierno pretendía hacer algo que le ha enseñado bien su asesor, Iván Redondo: la importancia de controlar el relato.
Según el experto en comunicación política Antoni Gutiérrez-Rubí, Sánchez debería seguir con esa estrategia. "Porque le permite estar en primera página y ser el centro de la comunicación mediática. Y le dio buenos resultados en la anterior legislatura". Además de ser el centro de la actualidad, esa forma de informar permite a Sánchez controlar ese relato que se convirtió en palabra de moda y protagonista cuando, tras las elecciones de abril de 2019, se intentó sin éxito formar un gobierno.
Los medios nos hicimos eco de esa obsesión de sus señorías por controlar el contenido de los discursos, los trending topic de las redes sociales y los temas que abordaban los analistas en las tertulias de radio y televisión. Fue la temporada de las cartas abiertas –mensajes que se enviaban los políticos a través de los medios de comunición–, de las frases tremendas –"si pactara con usted, no podría dormir tranquilo"– y de las conclusiones tajantes –"no es no"–. Los principales emisores eran Sánchez y Pablo Iglesias, entonces rivales, hoy socios de Gobierno. Por tanto, ¿quién se adueñará ahora de ese relato si ambos están, se supone, en el mismo barco?
"Hay manera de coordinarse. Para hacerlo se suele hacer un comité que puede desde coordinar cualquier anuncio que afecte al gobierno a cualquier declaración de un político", detalla el experto a Vanity Fair. Pero a la vista de los anuncios sobre nuevos ministerios lanzados desde Podemos –con el consiguiente malestar del PSOE, donde algunos han conocido que serían destituidos por los medios o las redes–, no parece que se haya formado ese comité.
Gutiérrez-Rubí cree que quizás esté en marcha, pero que ni unos ni otros pensaron en las notificaciones más inmediatas una vez acabada la investidura. Prueba de ello son detalles como que la diputada que está llamada a dirigir el Injuve, María Teresa Pérez, haya retirado el tweet donde hacía público su cargo. Lo mismo ocurre cuando ahora se les pregunta a diputados morados que ya tenían asignado un puesto –por ejemplo, Noelia Vera al frente de la secretaria de Estado de Igualdad– cuando ahora se niegan a confirmar lo ya dicho.
Algunos medios de comunicación han atribuido esos anuncios precipitados a las prisas de Unidas-Podemos por ocupar sus cargos, pero parece más bien un problema de coordinación entre dos equipos que llevan semanas negociando, pero que hasta hace poco eran rivales políticos. Rivales, además, que se habían dicho cosas muy duras en ese intento de controlar el relato. Así lo ve el experto: "Podemos ha aprovechado para anticiparse y tener presencia en medios, que es lo que debe hacer, al igual que el PSOE, en caso que no hubiera nada acordado."
El antecedente de un gobierno de coalición más reciente está en Cataluña: los primeros pasos del Govern formado por ERC y JuntsxCat se daban al unísono. Ahora que las tensiones y las diferencias entre ambas formaciones están a flor de piel, periodistas que cubren la información política catalana confirman a Vanity Fair que los anuncios de unos sorprenden a los otros con bastante frecuencia. Un ejemplo fue cuando Quim Torra declaró el pasado mes de octubre que estaba dispuesto a celebrar otro referéndum, información que pilló totalmente desprevenido a su socio de gobierno.
En el caso de PSOE y Podemos se sabrá en breve cómo será a partir de ahora esa convivencia y se podrá evaluar por la cantidad de noticias que den unos sin avisar a los otros. Según el experto, que sean pocas será una buena señal: "Denotará que hay un comité que se encarga de coordinarlos, algo que evitaría que parezca que hay dos gobiernos en lugar de uno".
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