"Estoy aquí para contaros que soy homosexual. No pasa nada, la vida sigue igual. Yo necesito ser un poco más feliz de lo que ya era". Con estas palabras, Pablo Alborán (31) hablaba a corazón abierto en un vídeo en su perfil de Instagram sobre su condición sexual. El malagueño añadía que “en mi casa, en mi familia, siempre me he sentido libre de amar a quien yo he querido. Siempre he escrito canciones que hablan de ti, de mí y de lo que sucede a mi alrededor. Siempre he pensado que la música es libre y quiero sentirme igual de libre”.
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Orígenes aristocráticos
El artista siempre ha mantenido su vida privada en la más estricta intimidad y esta es la primera vez que habla de esta manera sobre sus sentimientos, algo que sus seguidores le han agradecido en las redes sociales mostrándole todo su cariño. Pablo Moreno de Alborán Ferrándiz vino al mundo el 31 de mayo de 1989 en Málaga. Su padre es el arquitecto malagueño Salvador Moreno de Alborán Peralta. Graduado en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid en 1972, Salvador ha desarrollado su carrera principalmente en su ciudad natal donde fue el encargado, entre otras obras, de la construcción de la Facultad de Derecho y de los centros comerciales Larios y Málaga Nostrum, el Ayuntamiento de Torremolinos o el Pabellón de Melilla en la Expo de Zaragoza en 2008. Su vocación frustrada es haber logrado ser un gran pianista.
Como urbanista, destaca por el Plan de Rehabilitación de Trinidad-Perchel y el PGOU de Málaga de 1983, por el que consiguió el Premio Nacional de Urbanismo. Además es académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. El padre del cantante es nieto del que fuera el primer marqués de Alborán, el almirante Francisco Moreno Fernández.
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La madre de pablo es Elena Ferrándiz Martínez, de origen francés e hija de españoles. Nacida en Casablanca durante el protectorado francés de Marruecos, su madre ha sido su gran apoyo siempre. Ella fue la que le ayudó a gestionar su carrera y hoy es su fan número uno en sus conciertos. El matrimonio ha participado activamente en la vida cultural de Málaga. “Nos ha salido el niño de la farándula, pues qué bien. Yo, que llevo desde crío aporreando el piano, no he juntado dos acordes, y el ‘cabroncete’ lleva 80 canciones, letra y música. Es un poeta, el niño, un generador de nostalgias futuras”, decía un orgulloso padre sobre el éxito de su hijo.
El matrimonio tiene otros dos hijos, Pablo es el pequeño de la familia: Casilda, la mayor, diseñadora de interiores y licenciada en Filosofía; y Salvador, publicista –director de arte en McCann Erickson– y pintor, el mediano, con el que Pablo se lleva nueve años.
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Su primer canción, con 10 años
Pablo se crio en El Limonar, uno de los barrios más exclusivos de Málaga y donde años después se compró un piso para pasar allí algunas temporadas. La música siempre ha estado presente en la vida de Pablo desde que era un niño. Estudió en el Liceo Francés y como extraescolares iba a clases de piano y de guitarra clásica y flamenca. Con solo 10 años compuso su primera canción titulada Malva y que dedicó al vestido que llevaba su madre esa tarde, y con 12 hizo Desencuentro y Amor de barrio, dos temas que luego incluyó en su disco debut. En las fiestas escolares, el niño actuaba para sus compañeros tocando la guitarra y prefería ir con otros niños algo más mayores que él que con los de su edad.
Muy pronto supo que quería ser artista y trató de hacer todo para conseguirlo. Se pasaba horas y horas encerrado en su cuarto y prefería estar hasta las tantas escribiendo y componiendo canciones que en una discoteca con sus colegas. Estudió un curso en Irlanda y con solo 16 años, Pablo, todavía un desconocido, ya tenía escritas hasta 120 canciones en un block de notas que siempre iba con él. También tomó clases de canto con músicos profesionales de Málaga y asistía a clases en el Centro Cultural Manuel Estepa en Arroyo de la Miel, muy cerca de Benalmádena.
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Cantaba en restaurantes siendo un niño
Con 13 años ya cantaba en algunos restaurantes de flamenco de Málaga, donde los gitanos que lo acompañaban lo bautizaron como El Blanco Moreno. Fue con 14 cuando empezó a subir videos con sus propios temas a MySpace y ahí comenzó a hacerse notar entre los más jóvenes. Pero el éxito le empezó a llegar poco después tras subir colgar varias canciones desde su cuarto en YouTube. El primero obtuvo dos millones de reproducciones y con Solamente tú logró 180 millones de reproducciones, convirtiéndose en un bombazo en España y Latinoamérica.
Gracias al productor Manuel Illán, Pablo grabó una maqueta donde incluía una versión de Déjame de volverme loca de Diana Navarro, que quedó completamente enamorada de la voz aterciopelada y los giros magistrales de ese joven artista. Ella fue su madrina musical junto a Sergio Dalma, encargado de dar su nombre a Warner para ayudarle a grabar su primer disco. En octubre de 2010 lanzaba su primer sencillo, Solamente tú.
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El estrés le hizo parar dos años
Su primer disco llegaba el 1 de febrero de 2011 siendo un gran éxito de ventas y llevándolo a hacer una primera gira apenas cinco meses más tarde con la que recorrió nuestro país y gran parte de América Latina. Luego saldría En acústico, un álbum grabado en directo, y en noviembre del mismo años cantaba en los Grammy Latino con Demi Lovato frente al mundo entero. Un año después publicaba Tanto, que entró directamente al número 1 en la lista de los más vendidos en España, consiguiendo tres Discos de Platino la primera semana; y más adelante Terral, su tercer álbum de estudio que obtuvo ocho Discos de Platino.
Numerosos conciertos, una treintena de premios y un trabajo incesante llevaron a Pablo a decidir hacer un parón en su carrera en diciembre de 2015 ante una situación de estrés que no soportó más. Quería pasar tiempo en su tierra, con su familia (sobre todo con sus sobrinas, a las que adora) y con sus amigos de siempre. Y así lo hizo, aunque también pasó unos meses en Estados Unidos estudiando música. Dos años más tarde regresaba más maduro y sereno que nunca con Prometo, su cuarto disco con el que volvió a conquistar a millones de personas de todo el mundo.
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Íntimo de Pablo López
La vida privada de Pablo Alborán siempre ha sido una incógnita. Algunos rumores apuntaban hace un par de años a una supuesta relación con el también cantante Ricky Martin tras un viaje de ambos a la India. Ellos nunca confirmaron su romance y siempre hablaron de una bonita amistad. Entre sus amistades más estrechas está otro malagueño exitoso, Pablo López, al que conoce desde hace años. Juntos suelen pasar noches en vela cantando y componiendo (Alborán dice que prefiere la inspiración de la noche y que hay veces que graba melodías en el móvil le pille donde le pille) en la casa de López, que se ha convertido en punto de encuentro madrileño de lo más granado del mundo del pop en los últimos tiempos. También guarda una preciosa relación con María Esteve, hija de Marisol, con la que es habitual verle por Málaga.
Para Pablo, su familia es siempre lo primero. Junto al marido de su hermana creó la Fundación Andrés Olivares en Málaga, después de que a su sobrina le detectaran la enfermedad degenerativa Perthes. “Estuvo desde los cuatro años fatal, cuatro o cinco años, fue bastante duro. Al final le ha hecho tener una personalidad muy fuerte, es una niña con una capacidad y madurez enorme gracias a la maldita enfermedad”, contaba emocionado el cantante en el programa de Bertín Osborne. Su abuela fue otro de sus referentes en la infancia, aunque falleció sin ir a verlo actuar a un estadio.
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Gym, Barça y su perro Terral
Alborán cuida al máximo su cuerpo y su mente. Le encanta cocinar (se le dan de maravilla los pasteles) e ir al gimnasio y practicar running al aire libre, aunque de vez en cuando se da un capricho con unos regalices, palomitas o un bocata de Nutella. No fuma ni bebe y su libro de cabecera es Una lección de valentía. Durante un tiempo estudió a distancia Filosofía y no descarta terminar la carrera en un futuro.
Adora pasear por las playas de su tierra con su gran amigo, Terral, un labrador de color marrón chocolate con el que comparte su día a día. Alborán es futbolero y fan del Fútbol Club Barcelona. Jazz, pop o música clásica son sus géneros preferidos para perderse en sus pensamientos y entre sus cantantes favoritos están Luz Casal, Dani Martín y músicos como Vicente Amigo o John Barry.
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