QUÉ HA PASADO
• Urrutia asegura a Solozábal que ya no puede ser su amigo.
• Marta oculta a todos que está embarazada de Adolfo.
La marcha de Pablo ha dejado a Carolina muy triste y se consuela con Manuela, a quien pregunta por susamores. Esta le asegura que es feliz trabajando para su familia.
Esa tarde, el joven regresa con una sorprendente noticia, que comunica primero a Solozábal: “Mi madre le hizo creer que el hijo que esperaba era suyo, pero mi padre es un marinero que se marchó antes de que yo naciera y del que no volvió a saber nada”. Pablo, sin embargo, se lamenta porque no ha convencido aAlberto Santos de que retire la denuncia contra Urrutia.
La marquesa no puede creer lo que ven sus ojos cuando Antoñita le anuncia la visita de un señor y comprueba que se trata Jean Pierre, su gran amor. Tras recordar los románticos momentos vividos en París, él le explica que debe esconderse una temporada y ella, emocionada, no duda en ayudarlo. “Se instalará mi amigo y nadie debe saberlo”, ordena a la criada para que acondicione el pabellón.
Lejos de Puente Viejo, alguien prepara la maleta, en la que incluye un cuchillo, la foto de Campuzano, el lugarteniente de doña Eulalia, y un mapa con el nombre del pueblo marcado. Horas después, llega al hostal donde explica a Marcela que se llama Lázaro y que es viajante de comercio.
Francisca y Emilia se enzarzan en una fuerte discusión por el modo en que hay que proceder con la dolencia de Raimundo, y Matías trata inútilmente de mediar.
De pronto, el enfermo empieza a tener convulsiones.
Temiendo por su vida, lo llevan al hospital, donde logran controlar el ataque.
Tras dejar el escondite de Los Arcángeles, don Filiberto se reúne en el pueblo con Huertas y Mauricio. El primero les explica lo preocupado que está porque no da con la secta que reivindicó el atentado de La Puebla.
Jean Pierre y la marquesa gozan de su apasionado reencuentro, pero cuando ella se interesa por el peligro que lo acecha él evita responder con románticas palabras que la desarman.
Una vez fuera del pabellón, la señora se reúne con sus hijos, que no encuentran explicación al buen humor de su madre.
Adolfo aprovecha para informarles del estado de Marta y luego, a solas con su hermano, le confiesa que siente que el hijo que espera es suyo. Él le aconseja que se centre en Rosa y en la criatura que lleva en su vientre.
Sin embargo, la duda no le deja vivir y acorrala a Marta para que le diga la verdad. Ramón los interrumpe antes de obtener una respuesta.
Ella, nerviosa, miente a su marido diciéndole que comentaba con su cuñado la coincidencia de los embarazos. Lo que no imagina es que Ramón los ha escuchado y se le han abierto los ojos… Así, esa noche, se enfrenta a su esposa: “¿Cómo has podido engañarme de ese modo?”.
Carolina, que cree que Pablo ha cambiado sus sentimientos hacia ella, se queda boquiabierta cuando el joven la sorprende con un enorme ramo de flores y un anillo de compromiso y le pide matrimonio.
El joven no duda en fundirse en un apasionado beso con su amada a la espera de su respuesta.
Gracias a Onésimo, Lázaro se entera de dónde vive la Montenegro y se cuela en su casa. Cuando está a punto de acabar con Raimundo, la señora llega y le exige que le diga quién es. Él le explica que ha ido a vengar la muerte de su hermano, Campuzano, y ella lo convence de que lo ayudará a acabar con su verdadero enemigo.
Don Filiberto, que lleva semanas aleccionando a Tomás, cree que el joven está listo para ingresar en la secta y se lo comunica a sus miembros.
El día de su bautizo, el joven duda cuando le exigen jurar frente a la pila. Entonces, un encapuchado se descubre a su lado: se trata de su madre. “Hazlo, este es el bando correcto”, asegura.
Muy extrañado por el buen humor de la marquesa, Maqueda espía a Antoñita. Así es como descubre a Jean Pierre en el pabellón
Celebradas las elecciones, Mauricio felicita a Alicia por la victoria. “Sé que Puente Viejo se queda en buenas manos”, afirma aunque le duele la derrota.
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