‘Cuties’, alegato por educación y denuncia contra sexualización

Las redes sociales han ardido desde este mañana con el anuncio en Netflix de la película Cuties (Mignonnes es su título original). El próximo estreno del 9 de septiembre ha generado una multitud de reacciones, desde la solicitud a la plataforma de su inmediata retirada de su programación hasta una petición en Change.org, que ya suma casi 40.000 firmas, por su supuesto contenido sexista, que cosifica y sexualiza a niñas, y promueve la pedofilia.

En primer lugar, abordemos el contenido de Mignonnes. Amy, una tímida niña que vive en los suburbios (cine encuadrado en la banlieue, casi un subgénero propio cinematográfico francés) con su familia senegalesa (origen de la directora que conoce, a la perfección lo que describe por haberlo vivido), intenta integrarse en su escuela. En la lavandería de su inmueble observa a una vecina de su edad ensayando un baile, como mínimo, muy provocativo. Amy, inquieta por el nuevo acontecimiento que va a suceder en su casa, ve en la integración en un grupo de baile de su colegio, una forma de escapar de una realidad que le perturba.

Maïmouna Doucouré es una guionista y cineasta franco-senegalesa de ascendencia senegalesa que ya obtuvo un César en 2017, premio de la academia francesa, por su primer cortometraje, Maman(s). Reconoce haber llegado al cine por coincidencia porque es bióloga de formación, se dedicó al teatro por afición, y presentó un guion a un concurso que, contra todo pronóstico, la lanzó al cine.

La cineasta, una mujer comprometida, muy cercana en el trato directo y extremadamente sensible, decidió que era el momento de actuar frente a una sociedad que hipersexualiza la infancia, roba esta etapa tan importante del desarrollo personal y estigmatiza, no solo a las niñas, sino también a los niños en la construcción de su personalidad y sexualidad.

Hace cuatro años en una fiesta popular de un barrio, descubrió en vivo lo que la película muestra, unas niñas disfrazadas de mujeres y perreando delante de la incomodidad del público presente. Era el momento de lanzar un grito de alarma y dedico un año y medio de investigación solamente para informarse bien del tema y lo que vio fue peor de lo esperado. Ese es el motivo de Cuties y su finalidad es promover una educación sobre este tema desde la infancia y frenar la galopante sexualización infantil.

La película es de lo mejor del año. El casting para encontrar a las niñas contó con más de 700 niñas (y la protagonista fue la última, literalmente, en audicionar y, además, llegó tarde). Amy no sabe cómo hallar su voz, su familia le aporta la cultura que tiene, no dispone de otra, pero la última escena, sobrecogedora, le vuelve a la realidad. Un film espectacular que es más que necesario.

En uno de los encuentros de la directora con el público, en los que yo estaba presente, había una madre que había llevado a su hija de 10 años. La madre intervino alabando el film (como el público en general, con gran ovación final) y la directora, viendo a la niña a su lado, le preguntó qué le había parecido. Ella, todo tímida, y delante de una sala impresionante, dijo con una vocecita «hay que tener cuidado con internet«. Personalmente, creo que la directora, observando la sonrisa que apareció en sus labios, había conseguido lo que se proponía.

En segundo lugar, veamos la polémica generada. Observando la comunicación de la plataforma, lo que se puede decir, como mínimo, es que resulta muy desafortunada. El pequeño texto que acompaña una imagen aislada ha producido un linchamiento generalizado y a pensar que es todo lo contrario de lo que pretende. Veamos el cartel original.

Éste no tiene nada, absolutamente nada que ver, con la imagen que se ha publicado. Si analizamos el cartel (dado el tema que aborda el film es un trabajo harto complicado) incluye casi dos tercios de calle (la presión social que invade el espacio personal), unas niñas con ropa de adolescentes (lo que produce una tensión y un malestar) y la alegría y fiesta por un montón de bolsas con ropas recién compradas (sin hacer spoiler, vamos a decir que no exactamente) lo que insinúa la importancia entre ellas más del ‘tener’ que del ‘ser’. Personalmente, me parece muy logrado.

Por último, tras esta polémica lo mejor es que cada uno la vea y se haga su propia opinión para poder opinar en consecuencia, sin tener en cuenta ni ésta ni ninguna otra opinión. Quizás haya que conservar en estos momentos el lado bueno de la situación, y comprobar que la sociedad está atenta ante los peligros de las imágenes, lo que me lleva a volver a insistir en la urgente necesidad de la educación en la imagen en los colegios. Hoy frente al acceso ilimitado y a los millares de imágenes que consumimos al día, es más que necesario dotar a la infancia de mecanismos para analizar y defenderse ante ellas. A mí en todo caso me hubiesen sido más útiles que las raíces cuadradas.

Cuties fue premiada en dos de los más importantes festivales que han podido celebrarse este año, Sundance y Berlín, mejor dirección y especial del jurado, respectivamente. No dejemos que una mala comunicación perjudique una obra necesaria socialmente y una película extraordinaria.



Vía: Fotogramas ES

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