Lo único que Julie Andrews tiene en común con el resto de celebridades de la Mostra es que ha llegado en un taxi acuático. Julie Andrews tiene ese porte regio que hace que cuando ella llega el público enmudezca, su comportamiento se asemeja más al de un miembro de la realeza que al de una estrella del cine. Sin embargo, eso no era lo único que la diferenciaba del resto de actores que llegan a Venecia durante estos días, Julie Andrews llegaba para recibir un premio especial.
Se trata un premio que reciben los más grandes de la industria del cine como reconocimiento a toda su trayectoria. Un galardón que han recibido otros grandes como Pedro Almodóvar, Orson Wellles o Clint Eastwood. Estamos hablando, nada más y nada menos, del León de Oro Honorífico. El encargado de entregarle el especial galardón a la actriz de 83 años fue el director italiano Luca Guadagnino, que aseguró: “Es un icono de los siglos XX y XXI, que aporta un clasicismo olímpico a todo lo que hace. Su elegancia se ha convertido en un valor absoluto”. Y no le faltaba razón.
Como la misma actriz de Sonrisas y lágrimas decía al recibirlo, “Tiene un significado especial que el premio venga del primer festival del mundo”, expresando así su gratitud y su agradecimiento por haber sido la elegida para recibir el honorable galardón. Durante la ceremonia que tuvo lugar en la Sala Grande del Palacio del Cine, reservada para ocasiones especiales, se proyectó una de las películas más reconocidas de la actriz, ¿Víctor o Victoria?, del director Blake Edwards.
Con esa elegancia innata que ‘Mary Poppins’ lleva incorporada de serie, desembarcó del taxi acuático vestida con un dulce traje azul celeste satinado, combinado con una blusa hueso del mismo tejido. En los pies, unas todavía veraniegas alpargatas de cuña en color blanco que aportaban al conjunto un aire desenfadado y relajado. Para completar el estilismo, los únicos accesorios fueron un reloj blanco y unos grandes pendientes de perlas, accesorios que por cierto se fue quitando a medida que transcurría la jornada.
La icónica actriz nos demuestra una vez más que es fiel a su estilo y a los trajes de pantalón, sin perder su esencia. Nos ha enseñado el significado de la elegancia y del saber estar, también en su filmografía. En la que destacan otras películas como La americanización de Emily o Cortina rasgada, esta última del prestigioso director Alfred Hitchcock.
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