Cómo Susan Sarandon dejó el buen cine y se dedicó a cambiar el mundo

Susan Sarandon tiene una trayectoria plagada de clásicos de nuestro tiempo, un magnetismo casi animal y muchas opiniones. Igual que las tazas de Mr Wonderful tienen un mensaje para cualquier estado de ánimo, Susan es capaz de debatir sobre cualquier asunto social o político dando argumentos sólidos y convincentes. Esta actitud la ha convertido en una estrella incómoda para Hollywood, mientras que en Europa resulta reconfortante que una actriz se salga del guión memorizado y muestre preocupación por el mundo en el que vivimos.

La carrera de Susan Sarandon (que en contra de la creencia extendida en España, se pronuncia con acento en la segunda sílaba) ayuda a entender la evolución del cine de los últimos 40 años. Irrumpió con personajes transgresores e inconformistas: la madre que prostituía a su hija en La pequeña, la mujer que se enamoraba de una vampira en El ansia o la recién casada que terminaba cachonda perdida ante aquella criatura que era un cruce entre Frankenstein y Magic Mike en Rocky Horror Picture Show. En los 90 se decantó por dramas de mujeres fuertes y aparentemente condenadas a sufrir: Thelma y Louise, El cliente, Pena de muerte o Quédate a mi lado. Y en los 2000 ha dado tumbos en comedias que nadie recuerda porque ya sabemos que después de los 50 la única que tiene trabajo en Hollywood es Meryl Streep.

Ya que Susan sabe que no tiene nada que decir de sus propias películas actuales (nada bueno, al menos) prefiere centrar sus entrevistas en las injusticias sociales y sobre todo en cómo arreglarlas. Porque aparte de opiniones, Susan tiene muchas soluciones. Como Sean Penn, pero cayéndole bien a la gente.

1. "Soy actriz porque tengo empatía e imaginación, dos cualidades que también me obligan a ser activista"

En 1993 Susan presentó un premio en la gala de los Oscars junto a su pareja Tim Robbins. Ambos aprovecharon la coyuntura para condenar la decisión del gobierno norteamericano de retener en la cárcel de Guantánamo a docenas de haitianos enfermos de VIH. Mientras el teleprompter les indicaba que se ciñeran a recitar los nominados y el realizador de la gala sufría un ataque de ansiedad, Susan y Tim se ganaron una fama mundial de estrellas rebeldes. Al año siguiente ambos fueron vetados de la ceremonia, mientras paradójicamente Tom Hanks ganaba su Oscar por Philadelphia y todo el mundo lucía lacitos rojos con cara de preocupación.

Si metemos en un bol todas las injusticias del mundo y sacamos una al azar, con toda seguridad Susan Sarandon ha protestado contra ella. Susan ha participado en eventos para concienciar a la sociedad acerca de los sin techo (cuando todavía se les llamaba indigentes) , la homofobia, la brutalidad policial, los derechos humanos, el medio ambiente, la guerra de Irak, el cáncer de mama, la pobreza infantil, la especulación inmobiliaria, los abusos infantiles ocultados por la Iglesia Católica, la pena de muerte y el maltrato animal, promoviendo que los animales de granja que van a ser sacrificados sean donados a familias sin recursos para que monten su propia granja.

2. "Quizá acabe votando a Donald Trump"

Susan se ha implicado en todas las carreras a la presidencia de su país durante el siglo XXI. En 2000 apoyó al candidato independiente Ralph Nader, en 2004 a John Kerry y en 2008 a John Edwards. ¿Les suenan de algo estos nombres? Exacto. Susan tiene tendencia a defender las causas perdidas, así que Bernie Sanders debe de estar temblando. Susan se opone tan apasionadamente a Hillary Clinton (acusándola de inconsistente y de deber demasiados favores a las grandes fortunas americanas) que se ha unido a esa corriente algo mafiosa y mamporrera de los demócratas que amenazan con votar a Trump con tal de que Clinton no salga elegida. Esto viene a ser un "o gano la partida o prendo fuego al tablero", pero Susan ya aprendió la lección cuando en 2000 retiró su apoyo a Ralph Nader para que Al Gore recibiese todos los votos anti-Bush y aun así no sirvió de nada. Aunque los ideales de Susan Sarandon se alinean con el socialismo, Estados Unidos la considera, en el mejor de los casos, la señora más roja de Hollywood (y en el peor, la loca de los gatos). Estamos hablando de un país cuyos periodistas en los mítines políticos preguntan cosas como "¿a quién cree usted que votaría Jesucristo?" y lo hacen sin un ápice de ironía. Susan por supuesto es de las que cree que Jesús fue el primer comunista de la historia.

3. "No tengo nada bueno que decir de Woody Allen. Él abusó de una niña"

El mes pasado Susan visitó el festival de Cannes para participar en una charla sobre Thelma y Louise que conmemoraba su 25 aniversario y por alguna razón acabó hablando de la supuesta pedofilia de Woody Allen. La vida con Susan es así de impredecible. En el fondo esto no deja de ser una mujer dando su opinión personal acerca de un compañero de trabajo, pero la diferencia es que esta acusación dio la vuelta al mundo. Esperemos que Susan y Woody no se cruzasen en Cannes, donde él fue a presentar su última película, porque ese habría sido un silencio realmente incómodo. No parece que Allen vaya a trabajar con ella, claro que para él Susan debe de ser directamente un fósil.

4. "En ‘El ansía’ querían que me emborrachase antes de dejarme seducir por la vampira, pero me negué. No hace falta estar borracha para querer acostarse con Catherine Deneuve"

La naturalidad con la que Susan habla del sexo, la madurez y la belleza femenina resultan poco comunes en una estrella de su calibre. Cuando se presentó en una alfombra roja con un escote pronunciado las redes la juzgaron por indecente pero ella, que llegó a Hollywood en la década más machista de su historia, no la luchado por demostrar que las mujeres pueden ser inteligentes y sexys a la vez para ponerse ahora un cuello vuelto ocultando el estupendo escotazo que mantiene. Pura genética, porque según ella el único deporte que ha hecho en su vida es correr detrás de sus hijos.

5. "La gente se me acerca y me dice "lloré cuando me enteré de tu separación de Tim Robbins" y les entiendo. Yo también creí que duraría para siempre"

Hay algo profundamente cercano en la personalidad de Susan Sarandon, y se transmite en sus películas: cuando la vemos en pantalla sentimos que si ella está de nuestra parte, nada malo puede pasarnos. No habla de su vida como una celebridad, sino como una mujer que está abriendo su vulnerabilidad a la persona que tiene delante. Escuchándola hablar, da la sensación de que podría ser una amiga cualquiera tomando café e intentando encontrar la forma de seguir adelante en un mundo que en el fondo no es justo para casi nadie.

6. "Estoy harta de que me llamen anti-americana sólo porque hago preguntas"

Su madre es una republicana que votó a George Bush (sí, las dos veces) y se posicionó a favor de la guerra de Irak, pero Susan alaba la libertad para elegir que tiene su madre, siempre y cuando disponga de toda la información para hacerlo. Las cenas de Navidad, eso sí, deben de ser entretenidísimas en esa casa. A los 69 años, la lucha de Susan ya no es la de aquella adolescente rebelde que se casó con su compañero de clase (el actor Chris Sarandon) . H a sobrevivido a modas y crisis personales y profesionales. Una estrella que no niega su posición privilegiada ("Nueva York es la mejor ciudad del mundo siempre y cuando tengas mucho dinero") pero eso no significa que vaya a acomodarse (algo de lo que en España muchos acusan a Ana Belén) : Susan defiende que los ricos deberían pagar más impuestos.

Ese carácter consecuente la ha hecho una estrella molesta en ciertos sectores de Hollywood, pero una mujer necesaria en el resto del planeta. Ella no va a hacerse fotos en blanco y negro con cara de pena en favor de la causa solidaria de moda. Ella se va a echar a la calle a manifestarse por lo que cree justo. Si Hollywood no quiere darle trabajo a la altura de su talento (o la humilla poniéndola a hacer de abuela de Melissa McCarthy, 24 años más joven que Susan, en Tammy) al menos aprovechará el tiempo libre que le permite esta cruel jubilación anticipada. Ahora que están de moda los personajes femeninos con agallas, no parece haber hueco para una de las pioneras, pero si no le dejan ser fuerte en pantalla Susan lo seguirá siendo en la vida real. Así que la próxima vez que alguien nos pregunte "¿qué ha sido de Susan Sarandon?", la respuesta es muy fácil: está cambiando el mundo.

Artículo publicado originalmente el 3 de junio de 2016 y actualizado.

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