Cómo afecta el síndrome premenstrual en el entrenamiento

El síndrome premenstrual es un conjunto de signos y síntomas que se dan en la mujer debido a los cambios hormonales que tienen lugar durante el ciclo menstrual. Estos síntomas se pueden presentar en mayor o menor medida en función de cada mujer y los síntomas afectan de forma diferente según en qué mujeres, o incluso entre distintos ciclos menstruales de una misma mujer.

El síndrome premenstrual suele presentarse tras la ovulación y durar hasta pasado el periodo menstrual, aunque el momento, la forma y la duración en la que este se manifiesta varía mucho. Esto puede estar condicionado por diferentes factores: genética, ambiente hormonal, estado psicológico de la mujer e incluso la alimentación…

La importancia de conocer cómo es tu síndrome premenstrual es fundamental ya que te permitirá un mejor abordaje del mism para tratarlo de forma más eficiente.

Concretamente vamos a hablar de la influencia en el terreno del entrenamiento. Vemos que el síndrome premenstrual también tiene un impacto decisivo sobre el rendimiento de la mujer a la hora de hacer ejercicio o deporte.

¿Qué pasa en nuestro cuerpo entonces?

Lo más común es notar una menor tolerancia a las cargas altas y en consecuencia que la fuerza sea menor. Esto se verá potenciado por una menor tolerancia a los carbohidratos ya que, como consecuencia del ambiente metabólico-hormonal, el músculo no capta tanta glucosa y por tanto, no podrá obtener tanta energía destinada al trabajo de fuerza.

Pero además, la aparición de fatiga y mareos es frecuente, lo cual te provocará una falta de motivación y ganas para entrenar (y es que a nivel neurohormonal también se producen cambios que implican alteraciones en el estado anímico). Este aspecto es clave de identificar y modificar, ya que se puede entrar en un círculo vicioso debido a que, si no se entrena, esta fatiga incrementará y el estado de ánimo se verá también afectado.

Pero… ¡no todo es negativo, también hay cosas buenas!

Lo que no se sabe es que durante el periodo en el que se da el síndrome premenstrual la mujer presenta una mayor resistencia a la fatiga durante el entrenamiento de fuerza, debido a los altos niveles de progesterona. Esto permite una mejor recuperación aguda, así como mayor tolerancia a sesiones de entrenamiento más frecuentes. Esto puede parecer contradictorio con la información que dábamos antes pero lo cierto es que durante este periodo la mujer tolerará sesiones más largas y recurrentes siempre realizando los entrenamientos con pesos más ligeros e intensidades moderadas.

Una de las recomendaciones más frecuentes es la práctica de ejercicio cardiovascular. Durante el síndrome premenstrual el metabolismo basal de la mujer se incrementa y se tiende a utilizar mejor las grasas como sustrato energético, por lo que la práctica del ejercicio aeróbico será una estrategia ideal para poder perder grasa corporal debido a una mayor actividad y por tanto, mejorar la composición corporal. Para más inri, el ejercicio cardiovascular permitirá la liberación de endorfinas que contribuirán a una mejora del estado anímico de la mujer.

Otros ejercicios recomendados

También se recomienda la práctica de ejercicios de relajación, así como yoga y el pilates, que han demostrado tener beneficios sobre el estado físico y mental de la mujer, reduciendo los niveles de cortisol e incluso mejorando la sintomatología premenstrual (reducción de la retención hídrica, inflamación y dolor perimenstrual o dismenorrea).

Esto no tiene por qué darse en todas las mujeres y tampoco se presenta en todos los ciclos, pero en aquellas mujeres que lo sufren se recomienda tomar medidas para que esos síntomas no afecten no sólo a nivel físico sino a nivel psicológico generando frustración en la mujer.

Por todos estos motivos, es esencial la periodización del entrenamiento en la mujer. Durante el periodo del síndrome premenstrual será clave reducir los pesos utilizados durante el entrenamiento de fuerza (sin llegar a coger pesos livianos), con intensidades moderadas, aumentar el número de sesiones semanales e introducir ejercicio aeróbico o de meditación. De esta manera se conseguirá una perfecta optimización del rendimiento deportivo adaptado al ciclo menstrual.

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