“Siempre bailamos a nuestro ritmo, fuera del sistema y lo seguiremos haciendo, porque tu energía me da fuerza y estés donde estés, se que me acompañarás para hacer todo lo que habíamos planeado”. Con estas palabras se despedía de Aless Lequio su prima Celia Vega-Pechichet. Los jóvenes eran mucho más que eso, eran casi hermanos, cómplices, amigos eternos y compañeros de bailes y batallas desde que nacieron. Porque apenas se llevaban un año y porque su unión era tan fuerte que ni la muerte del joven el pasado 13 de mayo como consecuencia del cáncer que padecía desde hacía dos años podrá separarlos jamás.
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Celia tiene 28 años, nació un 31 de enero de 1992, menos de cinco meses antes que su adorado primo. Bautizada como Celia Graciela Ana, su último nombre se lo pusieron sus padres en honor a su tía, Ana Obregón. La madre de la joven es Celia García-Obregón (64), hermana pequeña de la actriz y bióloga y una de su mejores amigas, junto a su otra hermana, Amalia (63). Las dos han estado al lado de Ana en las últimas semanas en Barcelona acompañándola durante el peor momento de su vida, el fallecimiento de su único hijo. Además, la actriz se ha instalado en la casa de Amelia tras el funeral de Aless para estar acompañada y tratar de sobreponerse al durísimo golpe recibido.
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Su madre, la hermana pequeña de Ana
Celia García-Obregón se casó con Ignacio Vega-Penichet López en la iglesia de San Jerónimo el Real, en Madrid, en mayo de 1984. Ana Obregón fue testigo de la boda. Su enlace reunió a lo más granado del mundo de la empresa, dado que el padre de ella, Antonio García Fernández (94), en aquellos años era uno de los empresarios de mayor renombre ya que, con ayuda de su suegro, Juan Obregón Toledo, había montado una inmobiliaria con la que en 1969 compró al conde de los Gaitanes los terrenos que habían sido coto de caza de Carlos III llamado Dehesa de La Moraleja para convertirlos en la exclusiva urbanización de lujo que hoy conocemos. Celia García-Obregón, que mantuvo un romance de juventud con el torero Palomo Linares, ha sido la encargada de controlar el entramado empresarial de su padre desde muy joven dada su habilidad para los negocios.
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Familia de abogados
Ignacio Vega-Penichet es uno de los 14 hijos que tuvieron el abogado Manuel Vega-Penichet (Caballero de la Orden Ecuestre de San Gregorio Magno) y Graciela López Miranda. Ignacio estudió en diferentes colegios como el St. Mary’s de Connecticut (EEUU), el San José (Valladolid) o en los Maristas (Oviedo) o en el Real Colegio Alfonso XII en El Escorial (Madrid). Más adelante, en 1979, se graduó en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y llevó a cabo un máster en Derecho Internacional en la americana Yale y otro en Dirección y Administración de Empresas en la Politécnica, en la capital.
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El abuelo de Celia y padre de Ignacio fundó en 1964 un bufete de abogados en Madrid tras abandonar su Cuba natal después de la revolución castrista, y fue un alto cargo del Ministerio de Comercio así como presidente de Fasa Renault y Ebro Agrícolas. El propio Ignacio (que también es Presidente de la Miami Seaplane Base, una base de hidroaviones de uso público ubicada al este del distrito central de negocios de Miami en la isla Watson) y otros cuatro de sus hermanos (Luis, Enrique, Jorge y Juan) trabajan en este despacho familiar de gran prestigio ubicado en la madrileña calle de Alcalá. Otra de las hermanas de Ignacio, Margarita, casada con Manuel Guasch Molins y fallecida en 2005, es madre de Fernando Guasch Vega-Penichet, marido a su vez de Alejandra, la hija de Mario Conde.
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Abogada en un bufete internacional
Celia Vega-Penichet es hija única y por eso siempre estuvo muy unida a Aless, su primo más querido. En su infancia, los niños disfrutaban de juegos en sus respectivas casas en La Moraleja y cada verano pasaban unos días en Marbella y otros en Mallorca -donde Ana solía hacer sus famosos posados estivales- en la maravillosa casa familiar de Costa del Pins, en la sierra de Levante de la isla, con sus abuelos y sus tíos. Buena estudiante y muy trabajadora, igual que su primo pequeño, Celia decidió unir la herencia de su padre en el mundo de la abogacía pero también los de su familia materna en el de los negocios.
Estudió Derecho y Administración de Empresas en IE University, llevando a cabo además una experiencia de seis meses en la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami. Durante sus años en la facultad participó, entre otras actividades, en el equipo de debate, y terminó la carrera con un 8,7 de nota media. Poco después completó su formación con un máster en Derecho Societario en el Instituto de Empresa.
Aunque comenzó a preparar las oposiciones para Abogado del Estado, después decidió seguir su carrera profesional en la empresa privada. En 2014 formó parte del equipo de jóvenes talentos del prestigioso despacho de abogados Cuatrecasas; dos años después hizo prácticas en la firma internacional CMS Albiñana & Suárez de Lezo y en 2017 en el bufete Hogan Lovells y en las sedes de Madrid y Londres de Linklaters. Desde agosto de 2018 forma parte del equipo de abogados de Latham & Watkins, un despacho líder en asesoramiento jurídico global ubicado en la Plaza de la Independencia de la capital.
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Apasionada del mundo del motor
Desde niña, Celia siempre fue habilidosa para los deportes. Los caballos son su gran pasión y ha llegado a participar en diferentes competiciones hípicas llegando a obtener una medalla de bronce en el Campeonato Español de Saltos. Pero también le gustaba el voleibol convirtiéndose en la mejor jugadora de la liga madrileña de esta disciplina deportiva. Practica ciclismo, hace snowboard y ha participado en varias Spartan Race, carreras de obstáculos solo aptas para deportistas preparados.
Pero si hay algo que le encanta a Celia es el mundo del motor, afición que comparte con su padre. Es habitual verla disfrutar de la velocidad de su moto de gran cilindrada (incluso se atreve con las de motocross), de algunos encuentros de Moto GP, como el de Cheste en Valencia, pero también nos ha enseñado en sus redes que le encanta volar en helicóptero, las motos de agua y los coches (tiene un mini).
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Además de practicar deporte, a Celia le divierte la moda y suele subir sus looks de working girl cada mañana antes de ir al bufete de abogados en el que trabaja. La música es otra de sus pasiones, toca un poquito la guitarra y le gusta cantar cuando está con sus amigos. Es de lo más viajera y durante un mes recorrió Indonesia y Sri Lanka, una de sus ciudades favoritas es Miami, donde adora disfrutar de jornadas eternas en un yate, pero eso sí, los veranos los prefiere seguir pasando en Baleares con su familia y sus amigos de toda la vida.
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Juntos en los peores momentos
Celia siempre ha estado al lado de su primo Aless, en los buenos y en los malos momentos. En 2018, cuando el hijo de Ana Obregón comenzaba su tratamiento en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, su prima se desplazaba hasta la ciudad de los rascacielos para pasar unos días junto a él y su tía en ese complicado momento. La joven recibía la triste noticia del fallecimiento de su primo en la casa de sus padres en La Moraleja.
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“Nunca había sentido tanto dolor. Nunca jamás habrá nadie como tú. Nunca he visto a alguien luchar tanto por vivir. Mi hermanito pequeño, mi alma gemela, mi cómplice y mi socio (…). Te has ido demasiado pronto, teníamos muchos sueños y planes por hacer. Eternos 27 y eterno tú, porque tu huella ha quedado marcada para siempre en todas las personas que te conocían. Cómo me gustaba discutir contigo, argumentar y que nos sacáramos de nuestras casillas y de nuestras zonas de confort. De reírnos hasta llorar y de llorar juntos hasta quedarnos dormidos. Nuestras jams sessions, improvisando, yo con la guitarra cantando y tu rapeando como si fuéramos rockstars. Hermanos hasta que el mundo explote, sonriendo, como siempre hacemos. Te querré siempre” escribía en Instagram Celia horas después.
"No tengo palabras para expresar mi agradecimiento por todos los mensajes de cariño que he recibido. Os lo agradezco de todo corazón. Muchísimas gracias a todos por estar a nuestro lado durante estos momentos tan duros, tanto de mi parte, como de toda mi familia. Seguiremos adelante juntos luchando, tal y como hizo Álex”, añadía la joven este jueves en sus stories.
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El amor que sentían los primos era tal que el último post en Instagram Aless se lo quiso dedicar a Celia, Graziella, como él la llamaba porque decía que siempre le hacía reír. Una fotografía de los dos de pequeños, sonrientes y con gesto travieso, y un mensaje que ella no olvidará: “Una y otra vez, a través de la eternidad, brillaremos juntos. Lucha. Lucha. Lucha”.
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