Casi como dos gotas de agua. Blanca Romero y Lucía Rivera, no pueden negar que son madre e hija porque el parecido entre ellas es increíble. Dicen que de tal palo tal astilla y en el caso de ellas se cumple a rajatabla. Este verano, Blanca y Lucía presumen de belleza y complicidad en la campaña estival de la firma Women’Secret posando en un paraje paradisíaco con las últimas tendencias en ropa de baño.
Blanca Romero cumplía 44 años el pasado 2 de mayo en pleno confinamiento. Lo hacía en su tierra natal, Gijón, en Asturias, donde nació y donde reside junto a su hijo pequeño Martín. Su padre es Rafael Romero, apodado como Romerito, y durante los años sesenta fue una importante figura del toreo en España, hasta que una grave cogida le retiró de los ruedos, momento en el que comenzó a trabajar en una empresa de construcción de hoteles.
Durante su infancia y adolescencia, Blanca vivió en un caserío en la montaña junto a su madre Blanca Ezama y su hermana Tania, ambas Testigos de Jehová como su abuela materna. La modelo y actriz tiene orígenes muy diferentes: la bisabuela de su madre era peruana y el bisabuelo de su padre era gitano.
Su hermana es cantante
La hermana de Blanca, Tania, es cantante. Conocida como ‘La Malayerba’, la gijonesa sacaba un disco en el año 2017 titulado "La quita pena" en el que canta a los periodos continuos de adaptación, a la búsqueda de la luz y del sitio perfecto para estar y deleitarse. Su estilo es el flamenco fusión y se atreve con el son cubano, la samba o el tango, pero también con el rock y el funk. La música siempre ha formado parte de la vida de las hermanas Romero.
La propia Blanca, a la que se conoce como La perra en el mundillo musical, compuso su primera canción en 2001 durante unos días de mal tiempo en su ciudad natal. En 2006 sacaba un disco y llegaba a dar algún concierto en varias salas de Madrid. Aunque dejó aparcada esta faceta, en 2019 nos sorprendía al anunciar que formaba parte del grupo Shalala. "Acababa de mudarme de casa en Gijón y me llamaron para ver si me apetecía subir un día a ensayar. Me aburría y me vine, y un año después seguimos dando la nota", aseguraba la cantante en una entrevista concedida a El Comercio.
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Triunfó en París y Japón
Su propio padre ha definido a Blanca en alguna ocasión como una mujer de carácter fuerte, “como un río revuelto que, cuando se calma, es lo más calmado del mundo”. Y parece que ya desde muy pequeña mostró ese espíritu inquieto, valiente y algo rebelde. Con apenas 14 años tuvo su primera oportunidad desfilando para una tienda de ropa en Gijón y con 17 años, sin haber cumplido la mayoría de edad, se mudaba a Japón a vivir la gran aventura de su vida en un país en el que aún no habían aterrizado demasiadas modelos españolas.
Allí comenzaría su carrera internacional que la convirtió en una de las maniquíes más importantes de esos años. Del país nipón se trasladó a París, cuna de la Alta Costura, y en la ciudad de la luz desfiló para grandes de la industria fashion como Christian Lacroix y protagonizó portadas de revistas tan importantes como la edición francesa de Elle o Madame.
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La llegada de Lucía a su vida
Fue precisamente en París donde conoció al que sería el padre de Lucía, con el que se fue a vivir a los quince días de haberse conocido. Él también era un cotizado modelo y se encontraron mientras rodaban un anuncio de publicidad. Era el año 1997 y Blanca tenía 20 años. Apenas unos meses después cortaron la relación pero la modelo ya estaba embarazada. Decidió volver a Gijón para estar al lado de su madre y de su abuela, que fueron su gran apoyo en esos meses. Hasta el año 2015 Blanca no contaría la historia del progenitor de su hija durante una entrevista en la revista Hola tras publicar una fotografía de ella con él y la pequeña casi recién nacida para demostrar el gran parecido que une a padre e hija. “Lucía se parece mucho a su padre biológico, que es guapísimo. Es un pedazo de top model", escribía junto a la instantánea.
“Tiempo después volví a París y volvimos a estar juntos hasta que la niña tenía casi un año, que fue cuando nos separamos definitivamente”, explicaba Blanca. “Le dije: “Por favor, si algún día lo nuestro no va bien, lo único que te pido, no te voy a pedir dinero y jamás te voy a molestar, es que nos dejes tranquilos y no me la quites, no la lleves nunca contigo a Londres. Cuando la niña nació él estaba en Estados Unidos”, narraba la actriz a la publicación asegurando que vivió momentos muy duros ya que la pequeña nació por cesárea y le rompieron las piernas en el parto. Le costó mucho sacarla adelante y tuvo que ver cómo su bebé necesitaba arneses y cojeaba durante un tiempo. “Al enterarse de todo lo que estaba pasando con la niña, volvió y fue cuando estuvimos en Londres y después en París hasta que Lucía tenía casi un año”.
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Blanca sacó a su hija adelante sola y cuando Lucía tenía 11 años, su padre contactó con ella para poder verla. Se encontraron, pero él volvió a marcharse “y no volvió a molestar”. La niña le dio la estabilidad que necesitaba y combinó sus trabajos como modelo con el cuidado de su hija. “Desde pequeña he viajado mucho, me queda muy poco mundo por recorrer y es que crecí así. Desde los 17 años que me fui a Japón a vivir, luego a Inglaterra, a París, a Alemania… Ni deshacía la maleta porque estaba tres días en Cuba, tres en Namibia, Costa Rica… Iba de un lado a otro sin parar. Al tener hijo me até un poco a mi casa pero sí me gustaría irme a viajar, soy un alma libre, lo necesito”, decía Romero en una entrevista.
Tres años con Cayetano Rivera
Toda una belleza, con un cuerpo espectacular y con una personalidad inquieta y arrolladora, Blanca siempre ha sido muy cauta a la hora de hablar de su vida privada. Son pocas las relaciones que se le han conocido. Enamoró a Joaquín Cortés y mantuvo una relación en 1994 con Francisco Rivera. Gracias a él conocería a su hermano Cayetano, con el que Blanca comenzó a salir siete años después. La pareja, ambos con 24 años, se casaba el 26 de octubre de 2001 en la Iglesia de San Pedro de Gijón y ante 600 invitados. El banquete se llevó a cabo en el Gran Hotel Jovellanos y pocos meses antes Blanca se había bautizado.
En la ceremonia, la pequeña Lucía llevó las arras y Cayetano decidía adoptarla poco después del enlace. Blanca lució un diseño creado en exclusiva para ella por Karl Lagerfeld en tonos blancos y con falda azul. El matrimonio duró apenas tres años y en 2004 anunciaban su separación y posterior nulidad matrimonial. Tras separarse, se habló de un supuesto idilio de Blanca con Manuel Campello, del grupo El Bicho, y también con el actor y director de cine Daniel Guzmán. En 2007 mantuvo una relación de varios meses con el futbolista Sergio Ramos.
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De la moda a la interpretación
Tras triunfar en el mundo de la moda, Blanca apostó fuerte por la interpretación. Participó en El club de Flo y ahí fue fichada para dar vida a una de las profesoras, Irene (la profesora de Filosofía) de la mítica serie adolescente Física o Química, que se empezó a emitir en 2008, año en el que se llegó a decir que mantenía un affaire con Jon Kortajarena y también con Jaime Barnatán, hijo de la diseñadora Elena Benarroch, aunque nunca fueron confirmados.
Más tarde debutó en el cine en After, de Alberto Rodríguez, junto a Tristán Ulloa y Guillermo Toledo, con el que salió una temporada. Le siguieron Los muertos no se tocan, nene, Fin* y la serie Bajo Sospecha, de Antena 3, donde la relación con su compañero de reparto Yon González, diez años más joven que Blanca, trascendió la pequeña pantalla y vivieron una breve pero intensa historia de amor. En julio de 2012 nacía su segundo hijo, Martín, del que nunca se ha hecho público quién es el padre.
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Aficionada a la danza clásica desde niña y apasionada del flamenco, Blanca muestra en sus redes sociales que no se le da nada bien el taconeo andaluz. Le gusta la música de Macaco y Manu Chao y suele practicar skate board y surf junto a su hijo pequeño, con el que vive en Gijón, y siempre que pueden se escapan para hacer algún viaje en familia, como a Costa Rica, Menorca o a Nueva York y México, donde estuvieron los tres justo antes del estado de alarma.
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Lucía lleva la moda en su ADN
Lucía Rivera Romero sigue los pasos de su madre en el mundo de la moda. Nació el 11 de septiembre de 1998 y desde que apenas levantaba un palmo del suelo vio a su madre posar en sesiones fotográficas, algo que se le quedó grabado. La primera vez que Lucía se subió a una pasarela tenía 10 años y lo hacía de la mano de su madre en el Salón Internacional de la Moda Flamenca de Sevilla. Con solo 16 años ya había fichado por una agencia de modelos.
"Creo que da en cámara increíble la ‘cabrita". No posa, no gesticula, que es lo más difícil, se queda clavada. No sé si es que es innato o lo aprendió de verme a mí desde que era una cría, pero yo alucino. A mí me costaba mucho más que a ella. A mí me decían ‘sonríe’ y yo decía ‘pero si no me hace gracia, ¿cómo voy a sonreír?’. Me costó más. Y ella se clava ahí y defiende las fotos muy bien", decía con orgullo hace algunos años Blanca sobre su hija.
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Lucía vivió su infancia en Asturias junto a sus abuelos mientras su madre viajaba a París, Londres o Japón para llevar a cabo trabajos como modelo. Con cuatro años, sus abuelos se instalaron en Madrid para que pudiera ir a clase en un colegio inglés, pero al poco tiempo decidieron regresar a Gijón, donde Lucía se crio en un ambiente más relajado y con la naturaleza como escenario. Según ella ha contado, pasó por 11 colegios hasta llegar a la adolescencia.
Con Cayetano mantuvo una muy buena relación incluso tras la separación de su madre con el torero, pero con el paso de los años, se enfrió y ni siquiera asistió a la boda de Rivera Ordóñez con Eva González en noviembre de 2015. Poco después retomaron el contacto. Con su madre tiene una conexión muy especial. Aunque reconoce que hace años discutían más, ahora Blanca es su mejor amiga.
Forma parte de la agencia Uno Models, que también cuenta en su cartera con otros rostros de las pasarelas internacionales como Alba Galocha, Bar Refaeli o Barbara Palvin. Lucía, que ha pasado un tiempo en París para continuar con su carrera como modelo, ha protagonizado diferentes campañas de moda para firmas nacionales y portadas de revistas tanto en España como en México. Su gran sueño sería convertirse en una de las modelos de Victoria’s Secret.
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Acaba de romper con Márquez
Lucía siempre ha sido una joven muy inquieta, seguramente algo heredado también de su madre. Le encanta ver series, escribir microrrelatos (antes tenía un blog personal ya cerrado), está hecha toda una cocinillas y también baila de maravilla, aunque ella prefiere el hip hop y los ritmos más actuales. Entre las buenas amigas de la joven modelo se encuentra Alba Díaz, hija de Manuel Díaz El Cordobés, a la que conoce desde que eran unas niñas por la amistad que une a Cayetano Rivera con el torero. También tiene una gran relación con Gonzalo Caballero (28), torero y el rumoreado primer amor de Victoria Federica, y se lleva fenomenal con su primo Álvaro, que quiere ser actor y con el que comenzó a ir con su book por las agencias cuando se instaló en Madrid hace algo más de tres años.
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Aunque hace un par de años se relacionó a Lucía con Willy Bárcenas –algo que ella trató de negar después–, la única pareja que se le ha conocido a Lucía a sus 21 años ha sido el piloto de motociclismo Marc Márquez (27), con el que ha estado saliendo algo más de año y medio. Ambos parecían felices, ella asistió a verle en algún campeonato de Moto GP y hasta posaban juntos en sus respectivas redes sociales, pero a principios del mes de marzo de este año se conocía su separación.
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