Antes de que comenzase el campeonato de Wimbledon de este año habría sido perfectamente comprensible no saber de entrada quién es Emma Raducanu, cuya página de Wikipedia aún sigue siendo más bien escueta. Pero las cosas pueden cambiar mucho en apenas unos minutos, y aún más en un verano entero. Raducanu, de 18 años, alcanzó la fama nacional en Reino Unido después de clasificarse para cuartos de final en Wimbledon, y ahora está desplegando toda su magia rumbo a la final del US Open.
“No estamos exagerando, es de verdad”, dijo Martina Navratilova, 18 veces ganadora del Grand Slam, a los radioyentes. ¿Y quién podría rebatirlo? Allá por junio y julio, en plena Eurocopa, Raducanu se embarcó en su primer Grand Slam, en este caso en Wimbledon.“El trofeo se viene a casa, Emma”, gritó alguien del público mientras asestaba su golpe ganador, venciendo a la rumana Sorana Cirstea, de 31 años (que en su día fue la número 21 del mundo) en dos sets limpios, 6-3 y 7-5. En el US Open, consiguió vencer de manera similar a Maria Sakkari, la “griega especialista en saques” y número 18 del mundo, en apenas una hora y 24 minutos. Pim, pam y el resultado fue 6-1 y 6-4.
Por increíble que parezca, la adolescente no ha perdido un solo set en los nueve partidos que ha jugado en Flushing Meadows. Ya ha hecho historia por ser la primera tenista en llegar a la final de un Grand Slam directa desde la previa. Mañana jugará a cambio de 2,1 millones de euros contra la canadiense de 19 años Leylah Fernandez, y lo hará en la que será la primera final de un torneo Grand Slam disputada entre adolescentes desde la de Serena Williams contra Martina Hingis en el US Open de 1999.
El miércoles Raducanu eliminó a Belinda Bencic, la tenista suiza que actualmente ocupa el puesto de n.º 12 del mundo (además de ser medallista de oro en Tokio y ex niña prodigio) en dos sets, de 6-3 y 6-4. Antes de eso se enfrentó a la estadounidense Shelby Rogers – que jugaba en casa – y apenas le permitió anotar un solo juego, arrasando en dos sets de 6-2 y 6-1. Y mañana Raducanu será la primera británica en disputarse el título en un torneo Grand Slam desde que Virginia Wade ganó el de Wimbledon en 1977. ¡Casi nada!
Con apenas 18 años, Raducanu, la gran sorpresa de Wimbledon que acaba de graduarse de bachillerato, ha derrotado a jugadoras que cuadruplican su nivel de experiencia. Fue precisamente el suegro de Andy Murray, Nigel Sears, un prestigioso entrenador internacional y padre de la glamurosa Kim Sears (a quien a menudo vemos fotografiada junto a la pista, animando a su marido), quien entrenó a Raducanu hasta que en julio se separaron sus caminos después de Wimbledon. Pese a no ser un hombre dado a la exageración, incluso él lo ha dicho cuando se le preguntó por el futuro brillante de su joven ex protegida: “Si te soy sincero, creo que el cielo es el límite”.
Sears ha sido responsable de entrenar a toda una serie de jugadores que han alcanzado el top 20 en el ranking, pero rara vez se le ha escuchado hablar de manera tan entusiasta como lo hizo con Raducanu, que antes de competir en Wimbledon ocupaba el puesto 338 a nivel mundial. Sears alabó la estrategia comedida de los padres de Raducanu, Ian y Renee (ambos ejecutivos financieros), que nunca se han pasado presionándola para que compita en un número excesivo de torneos, en especial durante la Covid. Tras superar la tercera ronda de Wimbledon, Raducanu bromeó en una entrevista posterior al partido diciendo que cuando sus padres la vieron preparando la maleta le preguntaron si no estaba metiendo demasiados conjuntos de ropa. De manera similar, en esta ocasión no reservó su vuelo hasta que terminó de clasificarse para el gran torneo apenas hace dos semanas. Dijo al respecto que era un “buen problema que tener” y afirmó, con su característica humildad, que “para nada me esperaba estar aquí”.
“Lo ha hecho todo de maravilla”, declaró Spears al diario Times durante Wimbledon. “Es una chica muy lista y con los pies en la tierra. Es muy ambiciosa y piensa a lo grande, que es una de las cosas que más me gustaron de ella cuando la conocí hace unos años. Creo que ha nacido para jugar al tenis y le gusta estar en el escenario. Está arrasando”. El actual entrenador de Raducanu es Andrew Richardson, con quien ya entrenó en el Bromley Tennis Centre hace unos años.
Raducanu nació en Toronto, Canadá, y es hija de madre china y padre rumano, pero se mudó a Reino Unido con apenas dos años. Mucho se ha dicho ya acerca de sus numerosos talentos: al principio probó suerte con el ballet, antes de que su padre la animase a montar a caballo, nadar y correr en kart. Empezó a tomar clases de tenis cuando sus padres empezaron a jugar en el parque más cercano a su casa llevándose su única hija consigo.
En abril Raducanu finalizó sus estudios en la Newstead Wood School, un selecto instituto en la ciudad de Orpington (y alma máter de la velocista olímpica británica Dina Asher-Smith), donde obtuvo una matrícula de honor en matemáticas y sobresaliente en economía en sus exámenes finales de bachillerato. El director del instituto,Alan Blount, declaró al Times que estaba “completamente encantado” después de ver su “emocionante” partido en Wimbledon. “Es una gran persona en general… todo lo que hace lo aborda con determinación, trabajo duro, esfuerzo y dando siempre el 100%”, dijo. Después de competir en Wimbledon y antes de hacerlo en el US Open, Raducanu asistió a la Eurocopa de fútbol y el Gran Premio de Gran Bretaña, señal segura de su ascenso en el ámbito de las celebridades deportivas británicas.
Pero además, sus números son astronómicos: sus cuentas en redes sociales no han parado de aumentar su número de seguidores, alcanzando casi un millón juntando sus perfiles de Instagram y Twitter. Se prevé que desbanque a Johanna Konta y se convierta en la número 1 en Gran bretaña, además de alcanzar el puesto 32 a nivel mundial (recordemos que antes de Wimbledon ocupaba el 338). Inglaterra (e incluso Nueva York) se han enamorado de la compostura y el carisma de la tenista dentro y fuera de la pista. Se dice que los expertos en marketing ya han valorado su sonrisa en 3,5 millones de euros. Gracias a su gran trabajo y esfuerzo, Raducanu ya se ha embolsado más de un millón de euros.
Mañana se enfrentará a Fernandez y, sea cual sea el resultado, su hazaña será recordada como histórica y pasará a formar parte del folclore inglés. Al preguntarle tras ganar las semifinales cómo consigue lidiar con las expectativas a su alrededor durante las 48 horas siguientes, Raducanu contesta: “¿Es que acaso hay expectativas? Técnicamente, sobre el papel no tengo presión alguna, empecé en la previa”.
Artículo original publicado por Tatler y traducido por Darío Gael Blanco. Acceda al original aquí.
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