Aceite de árbol de té: el multiusos que vas a adorar por sus efectos antisépticos y desinfectantes

El aceite de árbol de té es un aceite esencial que puede usarse para casi todo. Literalmente. Es una alternativa natural y económica a los tratamientos químicos para la piel y uñas, pero también para los productos de cuidado personal y los desinfectantes, entre otras muchas cosas. Sus beneficios están respaldados científicamente y es muy seguro cuando se usa correctamente. No es que tenga poderes sanadores como el ravintsara, sino que sus usos se extienden más allá y ya merece un lugar entre los aceites esenciales que debes tener en casa. Quizás desconocías sus efectos multiusos, pero de verdad que merece que le des una oportunidad. Porque, por si fuera poco, también es muy barato.

El aceite del árbol del té proviene Australia y no debes confundirlo con la planta que produce las hojas que se utilizan para hacer té negro, verde y oolong. Durante milenios se ha utilizado como medicina tradicional por los australianos nativos, que trituraban las hojas para extraer el aceite que luego inhalaban para tratar la tos y los resfriados. Y luego descubrieron su poder para tratar y sanar problemas en la piel. Hasta llegar a hoy, presentado en botellitas e imprescindible en tu botiquín, el armario de productos de limpieza o el neceser. Solo tienes que seguir leyendo para comprender por qué.

El aceite de té como desinfectante de manos y repelente de insectos

En tiempos en que lavarse y desinfectarse las manos es ya una tarea no solo higiénica, sino casi de supervivencia, llega el aceite de árbol de té y se postula como un desinfectante natural absolutamente ideal. Los estudios respaldan cómo es capaz de matar varias bacterias y virus comunes responsables de causar enfermedades. No solo eso, sino que también funciona cuando lo agregas a limpiadores porque mejoran su efectividad.

Y si te horrorizan los insectos y la amenaza de sus picotazos, el aceite de árbol de té puede ayudar a mantenerlos lejos de tu sabrosa piel. Se trata de un repelente que puede llegar a tener incluso mayor capacidad que los insecticidas comunes y productos más comerciales. Solo lo tienes que aplicar en las zonas que quieres proteger y sus efectos durarán durante 24 horas o más.

Un efectivo desodorante natural

Igual no lo sabes, pero el sudor en sí no huele. Lo notas cuando las secreciones de las glándulas sudoríparas se combinan con las bacterias de la piel. Es entonces cuando se produce un olor de moderado a fuerte, dependiendo de las características fisiológicas de cada persona. Pues bien, los efectos antibacterianos del aceite del árbol del té pueden ayudarte a controlar el olor de las axilas relacionado con la transpiración.

Resulta que el área de la axila contiene una gran concentración de estas glándulas, principal responsable de lo que comúnmente se conoce como “olor corporal”. Las propiedades de lucha contra las bacterias del aceite del árbol del té lo convierten en una alternativa natural ideal a los desodorantes comerciales. Solo tienes que echar tres o cuatro gotitas en tu mano y aplicar sobre la axila para matar las bacterias causantes del mal olor en esa zona. Y también vale para niños.

Eficaz para cortes, raspaduras y cicatrices

Las lesiones que provocan lesiones en la piel facilitan la entrada de gérmenes en el torrente sanguíneo, lo que puede provocar infecciones. El aceite de árbol de té te puede ayudar para tratar y desinfectar cortes, raspaduras y abrasiones menores. Lo que tienes que hacer es seguir unos sencillos pasos: limpia el corte a fondo con agua y jabón, mezcla una gota de aceite de árbol de té con una cucharadita de aceite de coco, aplica una pequeña cantidad de la mezcla sobre la herida y cubre con una venda. Repite este proceso una o dos veces al día hasta que se forme una costra. Además de prevenir infecciones en cortes y abrasiones, el aceite de árbol de té también acelera la cicatrización de heridas.

Lucha contra el acné y otros problemas de la piel

El aceite de árbol de té puede ser un arma poderosa contra el acné. Varios estudios han demostrado que ayuda a reducir los problemas de acné. Un estudio evidenció que la aplicación de un gel de árbol de té era más eficaz para eliminar los granos de la cara que productos tradicionales. Lo tienes que preparar así: mezcla una parte de aceite de árbol de té con nueve partes de agua y aplica la mezcla en las áreas afectadas con un algodón una o dos veces al día, según veas necesario.

El aceite de árbol de té también te puede ayudar a aliviar la piel inflamada. Una forma común de irritación es la dermatitis de contacto, que ocurre cuando la piel entra en contacto con un alérgeno, como puede ser el níquel. La exposición al alérgeno provoca enrojecimiento, picazón y, a veces, dolor en la piel. El aceite de árbol de té reduce los síntomas hasta en un 40 por ciento respecto a tratamientos estándar. Solo tienes que combinar 10 gotas de aceite de árbol de té con una cucharada de aceite de oliva virgen extra y opcionalmente con un poquito de aceite de coco derretido.

Controla la caspa

El cuero cabelludo también se puede beneficiar de las propiedades del aceite de árbol de té. Simplemente tienes que añadir unas gotas a tu champú o masajear directamente la piel con los dedos impregnados de aceite para poder tratar el cuerpo cabelludo sensible, las escamas y la grasa. Es un remedio especialmente efectivo para la caspa, esas escamas blancas de piel muerta que caen del cuero cabelludo. No es en sí peligrosa, pero si puede llegar a ser algo muy molesto y embarazoso, y este remedio natural mejora hasta en un 40 por ciento los resultados que los champús convencionales. Además, te picará mucho menos la cabeza.

El aceite de árbol de té es muy seguro. Eso sí, no debes ingerirlo porque es tóxico y, por descontado, debes almacenarlo lejos del alcance de los niños. También se recomienda que si lo usas por primera vez apliques una o dos gotas en un área pequeña de su piel y esperes 24 horas para ver si ocurre alguna reacción. Su tu piel es muy sensible, es mejor mezclar aceite de árbol de té con una cantidad igual o mayor de aceite de oliva, aceite de coco o aceite de almendras.

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