Todos contra Lea Michele: ¿de verdad era tan insoportable trabajar con ella en ‘Glee’?

Para entender el conflicto, tenemos que remontarnos a hace unos días, cuando Lea Michele escribía en sus redes sociales un mensaje condenando el racismo tras la muerte de George Floyd. Unas palabras que eran duramente contestadas por una de sus compañeras en ‘Glee’: Samantha Ware que, curiosamente, como Floyd, es negra.

Samantha pretendía desenmascarar a alguien con quien compartió escenas y que no tuvo, siempre según su relato, un buen comportamiento. Acusando a Lea de que sus actitudes tenían ciertos tintes racistas. Justo lo que ahora, curiosamente, condena… «¿Recuerdas cuando hiciste que mi primer trabajo en televisión se convirtiera en un infierno?«, le lanza la pregunta a modo de dardo. De bofetada seca.

«Creo que le dijiste a todo el mundo que si tenías oportunidad te ‘cagarías en mi peluca’. Entre otras muchas microagresiones traumáticas que me hicieron cuestionarme mi carrera en Hollywood», remata tras haber respondido a su pregunta retórica con un «yo nunca lo olvidaré» que retumbaba en las inmensidades del ciberespacio.

Un mensaje no solo aplaudido por muchos, sino que, además, dos de los testigos de aquello, se manifestaban para ponerse del lado de Samantha. Uno de ellos era Alex Newell, que aseguraba que, quien hace pasar un mal trago a un amigo, se lo hace pasar a él. Una manera más que significativa de ponerse en el lado contrario a una Michele a la que no se le iban a acabar aquí los problemas.

Decimos que no acaban aquí los frentes para ella, porque otro de los intérpretes negros de la serie, Dabier, era más que rotundo con sus palabras bajo el tuit de Samantha: «Chica ni me dejaste sentarme en la mesa con los demás miembros del reparto porque ‘no formaba parte de esto’. Que te jodan Lea».

Sus disculpas

A Lea no le ha quedado más remedio que contestar a toda esta ola de acusaciones. Máxime en el momento de clima de tensión en el que se vive en Estados Unidos. «Una de las lecciones más importantes de las últimas semanas es que necesitamos pararnos a escuchar y aprender las perspectivas de los demás, así como el papel que hemos tenido o cómo podemos ayudar a arrojar luz sobre las injusticias a las que se enfrentan», comienza la joven, que recordemos que será madre primeriza en los próximos meses.

«Cuando tuiteé el otro día pretendía mostrar mi apoyo a nuestros amigos y vecinos, así como a las comunidades racializadas en este tiempo tan difícil, pero las respuestas que he recibido me han hecho darme cuenta de cómo mi comportamiento fue percibido por mis compañeros de reparto», pasa a explicarse, antes de proseguir: «Aunque no recuerde el haber dicho eso y nunca he juzgado a otros por el color de su piel o sus circunstancias, ese no es lo importante. Lo que importa es que claramente actué de una manera que hizo daño a los demás».

pido perdón por mi comportamiento y por cualquier daño que haya causado»

Es entonces cuando Michelle, que dice no haber sido consciente de ese comportamiento, pide disculpas: «Si mi posición y perspectiva de privilegiada fueron lo que hizo que fuera percibida como insensible o inapropiada en ocasiones, o si fue simplemente mi inmadurez y el ser innecesariamente difícil, pido perdón por mi comportamiento y por cualquier daño que haya causado».

«Todos podemos crecer y cambiar y yo he estado pensando en mis malos momentos en los últimos meses. Pronto seré madre y sé que tengo que seguir trabajando para ser mejor y ser más responsable de mi actos. Así podré ser un modelo a seguir para mi hijo y puedo enseñarle mis lecciones y errores para que pueda aprender de mí. He escuchado estas críticas y estoy aprendiendo. Estoy muy arrepentida y en el futuro seré mejor gracias a esta experiencia», finaliza.

¿Más allá del conflicto racial?

Una vez publicado esa especie de comunicado, otra de sus compañeras de aquella época, ha hecho una reflexión. Ella, es blanca, por lo que, al menos en este caso concreto, no parece que haya rastro de discriminación racial y sí que el carácter de Michele era complicado para lidiar en el día a día.

«Déjenme ser muy clara. El odio es una enfermedad en Estados Unidos que estamos tratando de curar, por lo que nunca desearía que el odio se extendiera a nadie más. Dicho esto, ¿era desagradable trabajar con ella? Mucho, porque la falta de respeto con la que trato a todos durante todo ese tiempo que lo hizo, creo que DEBE ser conocida», explica Heather Morris en un tuit.

Ahora bien, indica que se está asumiendo que es racista, aprovechando el momento de manifestaciones contra esa lacra, y eso, a su modo de ver las cosas, tampoco es justo. ¿Sostiene la tesis de que era complicado trabajar con ella? Sí. Hablar de racismo le parecen palabras mayores.

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