Selina Scott, la periodista británica que entrevistó al rey emérito, lo recuerda: Conocer a Juan Carlos fue una experiencia inolvidable

La periodista Selina Scott que pasó dos semanas con el rey Juan Carlos como parte de su documental A year in Spain emitido en la cadena de televisión ITV británica en 1992 coincidiendo con la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona y rodeado de polémica y especulaciones, por las preguntas y las respuestas y porque se llegó a decir que entre ellos hubo algo más que una entrevista prolongada durante 15 días. Una semana después del anuncio del ‘exilio’ del rey emérito, Scott recuerda en el diario británico The Telegraph, el mismo en el que se han publicado varios artículos sobre la fortuna de don Juan Carlos, su procedencia, sus regalos aCorinna zu Sayn-Wittgenstein-Sayny las cuentas y fundaciones que gestionaban el patrimonio opaco, cómo fueron aquellas semanas que conoció a doña Sofía, voló con el emérito en su helicóptero y viajó con ellos a Marivent. Unas memorias en cierto modo similares a las que recordó en el artículo A solas con el reyescrito para Vanity Fair en 2011.

Conocer a Juan Carlos fue una experiencia inolvidable”, reconoce. “Tuve acceso sin restricciones durante las dos semanas que pasamos juntos” en las que solo le pusieron dos reparos, que no se hablara de Franco y que “solo nos hablaríamos en inglés. Sin embargo, tuve claro desde el principio que quería presentarse como un caballero elegante”. Continúa diciendo que el rey “siempre fue encantador, simpático y coqueto”, e incluso recuerda aquellas vacaciones en las que el príncipe Carlos de Inglaterra y la princesa Diana visitaron a los entonces reyes en Palma y “se dijo que Diana lo encontró un poco demasiado atento”. La “impresión” que se llevó Selina Scott es que “como muchos latinos, era táctil, y si le gustabas no tenía miedo en demostrarlo”, y cuenta que una vez, cuando se iban a ver en Sevilla, él desde el balcón del “palacio real” le silbó y le gritó: “Bajo en un momento, Selina”. “No era un comportamiento real típico, pero tampoco él era un rey tradicional”.

Comienza el texto contando que le sorprendió el palacio de la Zarzuela y su lujo y ubicación, “en un parque de Madrid donde los ciervos deambulaban libremente”, y lo diferente que era Marivent, donde le mostró una colección de “llamativos ‘regalos’ que le habían hecho poderosos árabes buscando sus favores”. Entre otras, una daga bizantina con incrustaciones de perlas y rubíes de gran tamaño sobre las que la periodista preguntó si eran reales y el rey contestó que había reemplazado las originales por falsificaciones sin contestar a por qué lo había hecho y si había sido para venderlas cosa que hubiera podido ocurrir por “millones”, como le confirmaron después.

En Zarzuela, “insistió en mostrarme su colección de Harley Davidson” con algunos sabidos problemas para arrancar una de las “poderosas motos”. Cuenta que el emérito la llevó en su helicóptero privado pilotado por él mismo “a lugares de España que tenían un profundo apego emocional para él. Surcamos las olas a bordo de su lujoso yate azul marino, el Fortuna, un regalo de la familia gobernante saudí, cenamos en restaurantes íntimos en la cima de la montaña, recorrimos el estadio olímpico y luego en una fiesta me presentó, para mi sorpresa, a Fidel Castro, que resultó ser uno de sus mejores amigos”.

"El rey que conocí era un hombre de energía y empuje deslumbrantes, con talento para conectar con sus compatriotas y una visión clara de la dirección que debía tomar España. Divertido, informado y elocuente, me pareció el epítome de un líder moderno consumado, lo que hace que su caída en desgracia sea tan trágica", lamenta ahora Scott recordando que al rey "se le atribuye haber salvado una democracia naciente" en una época de "auge para España con millones de turistas" yendo a sus costas y a sus recién construidos hoteles. Ahora cree que "el sentido de integridad de Juan Carlos se erosionó lentamente" conforme España avanzaba, se unía a Europa y "el dinero entraba en el país".

Ella misma tiene una casa en Mallorca desde hace 30 años y describe que ha tenido "que aceptar la forma española de hacer negocios. Nada era posible sin sobornos o comisiones ilegales, que se aceleraron poco antes de la introducción del euro", transacciones corruptas que se hacían en "oficinas de abogados chapados en oro donde el comprador, después de firmar las escrituras oficiales, entregaba un fajo de dinero en efectivo al vendedor para sellar el trato y recortar la factura de impuestos". De esta forma, "la tentación de hacer lo que todos los demás estaban haciendo, si las acusaciones recientes contra Juan Carlos son correctas, obviamente se volvió demasiado grande para que se resistiera". Suposiciones aparte, la periodista no duda de que el rey "se había convertido en un súper vendedor para España, trayendo negocios de todo el mundo a su país". Y entre todo esto, sitúa a la reina Sofía como "la víctima inocente de todo este drama". La define como una mujer "enérgica e inteligente" que "a lo largo de todas las infidelidades de Juan Carlos, se ha mantenido públicamente como una defensora leal, digna y apasionada de su esposo y su país".

Con la reina emérita coincidió en Marivent y allí la pareja hizo una demostración "impresionante de unión, sin ninguna muestra de afecto pública. Siempre estaba atenta, trayendo bebidas frías para el equipo de cámaras, y tampoco tenía miedo a decir lo que pensaba", cuenta, y menciona una conversación privada en la que la periodista reprochó que "el pasatiempo nacional español fuera el toreo" y la “repulsión británica” al respecto, a lo que doña Sofía le respondió "rápidamente, pero ¿qué pasa con la caza del zorro en Gran Bretaña?".

Uno de aquellos días en los que volaron en helicóptero, el rey "insistió en llevarme a un monasterio en ruinas y remoto en las colinas más allá de Madrid. Después de aterrizar, caminamos entre los restos de este antiguo monumento" y don Juan Carlos le contó que allí"fue donde uno de mis ilustres antepasados se exilió y pasó el resto de su vida solo y arrepentido". La periodista nunca supo a quién se refirió el monarca emérito, "pero hoy, mientras leo las acusaciones en su contra, y él vaga por el mundo en busca de un nuevo hogar, me pregunto si tuvo una premonición de su propio destino".


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