Desde hace unos meses, todos tenemos más que asumido que la vida puede dar un giro, especialmente cuando menos lo esperas y darte todo tipo de sorpresas. Y aunque en general este año no han sido buenas, hoy, Sara Carbonero nos ha enseñado que los cambios de planes no deben ser necesariamente malos, aunque en un primero momento se nos venga el mundo encima.
Ha sido en Instagram donde la presentadora nos ha sorprendido con una verdadera reflexión que invitaba a todos sus seguidores a pensar porque ha supuesto toda una lección de vida. Y es que, este verano está siendo raro para todos y ni de lejos lo que habíamos pensado que sería a principios de este año. Por eso, no ha quedado otra que sacarnos planes de la manga, pero como le ha pasado a Sara incluso esos planes pueden torcerse. Aunque, como ella bien ha dicho, esto no tiene que ser necesariamente malo.
Sorprendía con un post con una imagen de la luna y un vídeo de una rana, obra, claramente, de Martín o de Lucas, pero lo que ha llamado la atención han sido las palabras que han venido después: «Verano 2020. Ya sabíamos que iba a ser un verano ‘raro’ y diferente. Todos o la mayoría lo estamos viviendo ‘al día’, sin grandes planes ni viajes, improvisando, adaptándonos, estando con la gente que queremos el máximo tiempo posible, buscando la manera de crear recuerdos bonitos y en ocasiones de aislarnos de la realidad», reflexionaba Carbonero sobre el verano, pero la verdadera reflexión ha venido después.
«Hoy ha sido un día de esos en los que todo lo que puede complicarse, se complica. Nada grave, incidentes vacacionales sin importancia, contratiempos que te hacen cambiar los planes y que mientras a ti se te hacen un mundo, tu hijos lo disfrutan como una aventura súper divertida. Para ellos siempre todo está bien, porque lo está. De hecho la de hoy ha terminado siendo una de las noches más bonitas de este verano, llena de cosas sencillas: un juego de toda la vida, una misión, unas linternas, una rana que aparece de repente, la luna distinta, buenos amigos, buena conversación, un baño a media noche, un colchón hinchable donde cada día cabe uno más, un ‘perna de pau’ (helado preferido), un poco de música brasileira y muchas risas y complicidad», es decir, el plan perfecto.
«Probablemente habría sido también un día bonito si hubiéramos seguido el plan trazado pero con toda certeza no hubiese terminado igual. Hoy me duermo agradeciendo que la vida nos siga sorprendiendo y regalando momentos únicos y que tengamos la capacidad para apreciarlos. En definitiva que no perdamos nunca esa mirada de niño que nos haga ver las dificultades como aventuras y oportunidades para crecer, el Restform como la mejor suite del mundo y la naturaleza como el tesoro más grande.» Así Sara ha dado una de las lecciones más grandes de vida: abrazar lo inesperado de la vida.
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