Isabel Pantoja tiene más experiencia ante el juez que como parte de un jurado, pero si algo ha debido aprender de ese trance es a valorar la inocencia. Y vaya que lo hace: en las dos semanas de emisión de ‘Idol Kids’ (Telecinco), la tonadillera no ha soltado el botón verde así la pongan de ese color los ‘haters’ que la machacan a golpe de ‘meme’. Pero la Pantoja es muy lista y sabe que el papel de villana, aunque luzca mucho en los culebrones, solo trae disgustos. El marrón del botón rojo, para Edurne o Carlos Jean, que para eso están de acompañantes en este ‘talent’ que sabe sacarle tanto partido a las pequeñas grandes historias de los críos y sus familias como a las canciones que interpretan en el escenario.
Dueña y señora de los aplausos, las risas y los llantos, Isabel Pantoja se aferra a los ‘olés’ como lo haría a su escapulario, arrebatada, para mostrar a los niños que ella no es la bruja mala de los cuentos de las revistas y programas del corazón. Al fin y al cabo, el ‘olé’ es una palabra que no tiene explicación: es como un repique de palillos españoles… ‘Olé’ por aquí, ‘olé’ por allá, sortea los gallos y desafinados con arte. Ella no será quien le robe el sueño musical a un niño. Ya en su estreno, Telecinco metió una canción para hacer estallar el corazoncito de su jurado estrella: con ‘Marinero de luces’ se garantizaron unos minutos de emociones virales. Isabel se vino abajo, como lo hizo el tendido de ‘fans’, entregados en cuerpo y alma a su estrella que, en esta caso, es juez y parte.
Jesús Vázquez, la víctima
El presentador le confesó a Bertín Osborne la pesadilla que vivió con el ‘caso Arny’ y cómo tuvo que mentir a su madre para evitarle más dolor en su agónica despedida. Fue duro. Dos décadas después, una periodista confiesa los trapos sucios del programa de televisión que hizo escarnio del tema y le pide perdón. No lo hizo a la cara, y eso que pudo hacerlo antes. Lo hizo en una columna, en plan ‘me confieso ante todos’, como en una película de Frank Capra.
Cada uno en este mundillo tiene una vivencia personal. En aquellos años, preparando el concurso ‘Maridos y mujeres’, propuse a Jesús Vázquez. El silencio que se hizo en la sala fue sepulcral. “Pero si es un programa familiar”, fue el argumento usado para descartarlo, eso sí, después de miradas cobardes. No solo era inocente, era una víctima. Todavía recuerdo el asco y miedo que sentí ese día.
Van a matar a Herminia
No tienen más remedio. Después de anunciar que ‘Cuéntame’ da un espectacular salto temporal para traer a los Alcántara a este presente de pandemias, los guionistas tienen que matar a Herminia, el personaje que María Galiana interpreta en la serie. Porque llegaría al 2020 con 122 años, lo que supondría en sí mismo material para una serie completa dedicada al milagro biológico. Este episodio especial servirá no solo para reflejar este desconcertante momento histórico que vivimos los españoles, también les servirá para testar cómo será la vida de la familia sin la matriarca. Algunos cronistas de la cosa televisiva hablan de un posible recurso a los ‘flash backs’.
Servidor es partidario de otro recurso, que hablen con ella como si estuviera presente. No como fantasma, que no imagino a Ana Duato en plan Jennifer Love Hewitt, sino como esa presencia de un ser querido que nos acompaña y con el que hablamos cuando nadie nos ve. Sea como fuere, Herminia estará muerta. Y si ‘Cuéntame cómo pasó’ fuera ‘South Park’ , todos gritaríamos ‘¡Oh, cielos! ¡Han matado a Herminia, hijos de…!
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