Hacía tiempo que no la veíamos y ha sido toda una sorpresa. Michelle Obama nunca defrauda y menos aún anoche, en la American Portrait Gala en Washington D.C a la que acudía con un maravilloso vestido en un tono verde ácido con apliaciones joya de Schiaparelli haute couture. Un traje que realzaba la silueta y el escote de la ex primera dama con un patrón de corsetería sorprendente. Michelle se atreve con todo y cada vez que arriesga, gana.
En la foto que ha subido ella misma a redes, aparece junto al compositor americano Lin-Manuel Miranda (al que conoció, hace diez años, en la Casa Blanca) y posan delante de su propio retrato, que forma parte de la expisición.
Pero no nos vamos a engañar, lo que más nos gusta de la foto no es su compañía, es su vestido. Un diseño que, como decíamos, es de la firma Schiaparelli y ha sido diseñado por Daniel Roseberry, su director creativo, especialmente para Michelle. Como él mismo ha contado, el vestido está inspirado en los miriñaques, esas estructuras rígidas que se llevaban antiguamente debajo de los vestidos, aunque también reconoce que el color ha tenido mucho que ver en el resultado final. Un color fresco y alegre elegido especialmente para ella, acorde con su personalidad.
Un color fuerte, muy en la línea de la casa, que ya desde los tiempos de la diseñadora apostaba por los colores vibrantes y fuertes como su famosísimo tono de rosa.
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