Después de media vida en Barcelona, el astro argentino Lionel Messi abandona el club que lo vio crecer. Cuando todo apuntaba a que Jorge Messi, padre y representante del futbolista, cerraría hoy la continuidad de su hijo en el equipo, la entidad azulgrana ha hecho oficial esta tarde a través de un comunicado que el jugador que ha sido su gran bandera en los últimos tres lustros no seguirá en el Camp Nou.La Pulga, como se le conoce entre los aficionados, vivirá estos días unos momentos convulsos y tensos en los que cuenta con su mejor apoyo, el de Antonela Roccuzzo (32), la mujer de la que está enamorado desde que apenas era un niño de 9 años.
El flechazo en Mar del Plata
Porque la historia de Leo y Antonella bien podría ser la de un cuento de hadas contemporáneo. Ambos nacieron en Rosario, la tercera ciudad más poblada de Argentina con casi un millón de habitantes, situada al sureste de la provincia de Santa Fe y con un importante puerto a la orilla del río Paraná, a unas tres horas de Buenos Aires. Antonella era la hija de José Roccuzzo y Patricia Blanco, dueños de la cadena de supermercados Único de la ciudad. Lo que comenzó siendo una pequeña tienda de barrio que era propiedad de la abuela de la hoy mujer de Messi, se fue transformando hasta convertirse en una de las principales empresas de la zona con hasta siete sucursales en la misma provincia. En un principio, la madre de la joven trabajaba como cajera, pero se fue desligando del negocio para cuidar de sus hijas.
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Antonella es la mediana de tres hermanas: la mayor es Paula, abogada de 34 años, y la pequeña es Carla, de 30 años y que es doctora. La familia viajaba al norte de Brasil en la época estival (enero en Argentina) y pasaban sus vacaciones en localidades como Buzios o Florianópolis, dos de los destinos más frecuentados por los argentinos en verano por sus playas de arena blanca. Un año visitaron Cuba y para celebrar la llegada a los ‘sweet 15’ de Paula, la familia viajó a Disneyland, en Orlando.
La de Antonella tuvo lugar un par de años después del terrible atentado del 11S en las Torres Gemelas y sus padres decidieron que quizá no era el mejor momento para viajar a Estados Unidos. Así que organizaron una gran almuerzo con un asado (una barbacoa al aire libre típica argentina en la que la carne y la verdura a la parrilla son el menú principal) en la finca familiar en Roldán, una pequeña localidad a 25 kilómetros al oeste de Rosario donde muchos famosos tienen chalés y casas de campo para los fines de semana. Por la noche disfrutaron de una fiesta en un local de moda ya desaparecido.
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Así se conocieron siendo niños
Aunque en un principio parecía que Antonella y Lionel no estaban destinados a encontrarse ya que él proviene de una familia mucho más humilde que la de ella, los astros quisieron lo contrario. Lionel Andrés Messi nació el 24 de junio de 1987 en el Hospital Italiano Garibaldi de Rosario. Sus padres, Jorge Horacio Messi y Celia María Cuccittini, ya tenían otros dos hijos, Rodrigo y Matías, y después de Leo nació María Sol. El bisabuelo de Messi, Angelo, emigró desde Italia a Argentina en 1883 y fue su abuela materna, Cecilia Olivera, la que animó al joven Messi a practicar sin parar con un balón entre los pies casi desde que echara a andar. Estudió en la escuela primaria N° 66 General Las Heras y con solo cuatro años, el niño ya jugaba en el club Abanderado Grandoli, del barrio del mismo nombre, muy cerca de su casa.
Ella iba al elitista colegio Centro Educativo Latinoamericano y mientras el joven Leo pasaba las horas libres jugando al fútbol en la calle, Antonella practicaba gimnasia rítmica en el Club de Gimnasia y Esgrima de Rosario durante cuatro días a la semana y varias horas al día, disciplina que llevó a cabo desde los ocho hasta los 13 años. Junto a sus hermanas, las niñas solían ir a jugar a casa de su tía Laura Roccuzzo, que tenía un hijo, Lucas Scaglia, que jugaba en las categorías inferiores del Newell’s Old Boys, equipo por el que había fichado Messi en 1994 a los siete años. Lucas y Leo se hicieron grandes amigos y dos veranos más tarde, Scaglia le invitó a pasar unos días de vacaciones con su familia en Mar del Plata, concretamente en la playa Punta Mogotes. Con ellos estaba Antonella y Leo se enamoró de ella nada más conocerla. Tenían 9 años.
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Messi llevó su amor infantil en silencio, aunque cuentan que escribía cartas secretas en las que confesaba estar loco por La Negra, como llamaban en su familia a Antonella. Jugaban juntos en la calle, se divertían como amigos, pero su historia no avanzaba, seguramente por la corta edad de ambos. A los 11 años, Leo vivió uno de los peores momentos de su vida: le diagnosticaron una deficiencia de la hormona del crecimiento. Su padre peleó contra viento y marea para conseguir que un gran club de fútbol le costeara el tratamiento para su enfermedad. Intentaron que fuera el River Plate pero el Newell’s no quiso soltar al que ya veían como un futuro portento con el balón.
Finalmente, con 13 años, Leo y su padre viajaban a España para que el niño hiciera una prueba en el Barça. El equipo de fútbol base le convocó para un partido de prueba con el Infantil A y Messi marcó seis goles. Su fichaje fue instantáneo y comenzó a jugar en las categorías inferiores de La Masía junto a otros jóvenes futbolistas como Cesc Fábregas y Gerard Piqué. Ahí comenzó la leyenda de El Mesías, otro de los apodos que ha ido acumulando Messi desde ese mes de septiembre de 2000 en el que aterrizó asustado y tímido en el aeropuerto de El Prat. Pero el adolescente Lío seguía loco de amor por la prima de su mejor amigo a la que había dejado en Rosario. Ella comenzó a salir con un compañero de colegio con el que mantuvo una relación de tres años. Pero nunca olvidó a la Pulga.
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Una tragedia los unió para siempre
Cuatro años después, sucedió una tragedia que les volvió a unir. Antonella sufría la muerte de su mejor amiga en un accidente de tráfico y Leo no dudó en subirse a un avión para ir dar todo su apoyo y cariño a la joven. Desde ese momento, no se volvieron a separar, al menos sentimentalmente. Ya siendo novios, él regresó a Barcelona y ella se quedó en Rosario. Roccuzzo terminó el Bachillerato en Humanidades y Ciencias Sociales, y comenzó a estudiar Odontología en la Universidad Nacional de Rosario, que abandonó para matricularse después en en Comunicación Social, carrera que estudió durante un curso.
Hasta poco tiempo antes, la pareja había mantenido su amor en secreto pero un 20 de julio de 2007, según contaba Infobae hace unos años, la joven reunió a sus amigas en la finca de su familia en Roldán, al sur de Rosario, y ahí les confesó su bonita historia junto al astro del fútbol. En enero 2009 era Messi el que oficializaba su relación en público tras ser preguntado en el programa Hat Trick Barça sobre si tenía novia. Él respondió que sí aunque no dijo ni siquiera el nombre de su chica. Leo tenía 21 años y Antonella, 20.
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Tras decidir que no quería seguir estudiando, Antonella puso rumbo a España para estar cerca del amor de su vida. Era 2010 y faltaban pocas semanas para la celebración del Mundial de Sudáfrica, y supuso la presentación en la sociedad catalana y española de Antonella. Se instaló en la casa del jugador en Castelldefels y allí pasaba los días entre clases de inglés, gimnasio y viajes junto al futbolista.
El 2 junio de 2012 llegaba la gran noticia tras un gol de Lionel con la selección de Argentina frente a Ecuador: Antonella estaba embarazada de su primer hijo. Thiago Messi nació el 2 de noviembre de 2012 y ponía el punto y seguido a una historia de amor nacida a las orillas del río Paraná. Su segundo hijo, Mateo, llegaba el 11 de septiembre de 2015 y el tercero, Ciro, el 11 de marzo de 2018.
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Una boda en la ciudad que les unió
Su boda se celebró el 30 de junio de 2017 en la ciudad que les vio crecer y que les hizo enamorarse. Rosario, lugar de nacimiento del Che Guevara y punto de encuentro nocturno e inspiración para artistas como Calamaro o Joaquín Sabina, se blindó a cal y canto con la ayuda de una empresa israelí de seguridad durante los días previos al enlace para garantizar la seguridad de los famosos invitados al enlace en una de las ciudades más conflictivas del país. De hecho, la familia Roccuzzo vivió varios atracos en los últimos años.
En febrero de 2015, un grupo de siete encapuchados entraron en la urbanización de Miraflores Funes Hills, a 10 kilómetros de Rosario (a la que muchos llaman la Medellín argentina debido al aumento en la tasa de homicidios). Se trata de una zona residencial con vigilancia las 24 horas del día, algo muy habitual en ciertas áreas del país donde los atracos y secuestros express están a la orden del día. Los ladrones, armados con pistolas, accedieron a varias casas en menos de una hora y de madrugada. Una de ellas, la de los Roccuzzo. Afortunadamente, la familia no sufrió daños personales, pero vieron cómo los encapuchados se llevaban joyas y miles de dólares en efectivo.
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El enlace fue considerado la boda del año. Se celebró por lo civil en el hotel de lujo City Center Rosario, el mayor del país, y asistieron unos 260 invitados, muchos de ellos llegados a Argentina en avión privado. Entre ellos estaban las dos mejores amigas de ella, Daniella Semaan (mujer de Cesc Fàbregas) y Sofía Balbi (esposa de Luis Suárez) , con las que la novia celebró hace apenas unas horas su despedida de soltera. También los mejores amigos de él. Como el exportero del FC Barcelona, Pinto, y el que a decir de muchos es el actual consejero en la sombra de Messi ante la ausencia de su padre: Pepe Costa, responsable de la Oficina de Atención al Jugador del FC Barcelona.
También han estado junto a la pareja Gerard Piqué (que fue con Shakira), Ángel di María, Dani Alves, Neymar, el Kun Agüero, Samuel Eto’o, Ezequiel Lavezzi, Carles Puyol y Xavi Hernández, todos con sus respectivas parejas. No invitaron a ninguno de los integrantes de la directiva del FC Barcelona ni del cuerpo técnico.
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Cumbia, sushi y una polémica
Más de 150 periodistas se acreditaron para cubrir el evento y la fiesta posterior a la boda duró hasta el día siguiente. El menú de la cena incluyó platos tradicionales argentinos, como empanadas, chorizos, morcillas y chinchulines; españoles como el jamón ibérico y también una mesa degustación de sushi, del que Messi es fan. La novia lució un diseño de Rosa Clará, entallado y de encaje y sus dos hijos mayores fueron también protagonistas del enlace y posaron con los recién casados a la salida del hotel. Leo eligió un esmoquin de Dolce & Gabbana. La pareja obsequió a sus invitados con una caja de madera que contenía productos gourmet típicos de Argentina, además de una botella de vino Malbec Premium, dulce de leche y un descorchador bañado en plata y grabado con las iniciales de los futuros esposos.
Entre los artistas que actuaron tras la cena estuvieron Marama, la banda de pop más famosa de Uruguay y muy escuchada en Argentina. También cantó Karina Jésica Tejeda, conocida como La Princesita, que además de ser una famosa cantante de cumbia era la pareja del también futbolista Kun Agüero. Los testigos fueron, por parte de Lionel Messi, su hermano Rodrigo (máximo responsable de la Fundación Leo Messi), su hermana María Luisa (encargada de las redes sociales del futbolista), su hermano Matías (encargado de las inversiones en restauración del astro argentino) y sus padres. Por parte de la novia, sus hermanas Paula y Carla, y sus progenitores. Como era de esperar, pidieron a sus invitados que el dinero del regalo lo donaran a una fundación benéfica rosarina.
La boda no estuvo exenta de polémica y parece que la pareja despidió días antes del enlace a su wedding planner, Bárbara Díaz, porque les habrían parecido excesivos los gastos en algunas partidas propuestas por Díez y habrían decidido prescindir de sus servicios pese a estar muy cerca del día D. En su lugar, Lorena Farina y Adrián Pavía fueron los encargados de la organización del acontecimiento.
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Una vida discreta y sin grandes lujos
La discreción de la pareja ha sido la tónica general en todos estos años pese a que él está considerado el mejor jugador del mundo y es una estrella en todo el planeta. Antonella nunca ha concedido una entrevista y prefiere vivir tranquila en Barcelona, saliendo a desayunar con su amiga Sofía Balbi, la mujer de Luis Suárez, con la que incluso ha puesto en marcha un negocio de ropa. Aunque es una de las WAGS más famosas del planeta, la definen en su país natal como la ‘antibotinera’ (botineras son las jóvenes que mantienen una relación con futbolistas y que después protagonizan portadas de revistas o se convierten en participantes VIP de programas de televisión como Mira quién baila).
Pese a lo que muchos podrían imaginar dado que Messi es uno de los jugadores que más cobran del mundo (unos 32 millones de euros al año) , el futbolista y Antonella viven con sus tres hijos alejados de cochazos y fiestas VIP en un chalet en Castelldefels, a una media hora de Barcelona. Su día a día no es demasiado distinto al de otras parejas con niños. Cuando Lionel no tiene que entrenar, prefieren pasear por el campo o la playa, salir a comer en familia y disfrutar de una sesión de cine a solas. Las vacaciones de verano son su mayor lujo, ya que pasan unos días a todo trapo en Ibiza donde incluyen jornadas a bordo de un yate de lujo a 54.000 euros por semana y se alojan en casas en las zonas más exclusivas de la isla a unos 10.000 euros por noche.
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Ahora el futuro del astro del balón está en el aire, pero cuenta con el apoyo de su alma gemela, de la mujer que le enamoró siendo aún un niño, con la que disfruta de una vida tranquila y algunos viajes a Argentina cada año para ver a sus familias, la que le ha dado a sus tres hijos y la que pase lo que pase seguirá a su lado siempre. La de Antonella Roccuzzo y Lionel Messi es una historia de amor de cuento de hadas… muy real.
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