Medicada, luchando contra la ansiedad y sin abrir la boca: así se encuentra Isabel Pantoja tras la estocada de su hijo

El relato de Kiko Rivera del pasado viernes fue absolutamente demoledor. Sacó a la luz, con los papeles pertienentes delante (para que nadie pudiera acusarle de estar improvisando sobre la marcha), detalles muy duros de cómo su madre, Isabel Pantoja, le habría estado engañando con la herencia de su padre. La tonadillera, incluso, habría firmado en documentos por él cuando este tan solo tenía dos años.

Aunque más que el contenido de todo lo que quiso poner en conocimiento de la audiencia Kiko, puede que a su madre le doliera de manera esecial cómo se expresó su hijo. Cómo, quien hasta ahora era su ojito derecho, miró a cámara y manifestó los sentimientos, a caballo entre el dolor y la rabia, hacia una madre que, asegura, subestimó su intelecto.

Por eso, la artista se encuentra en una situación de hundimiento emocional absoluto desde el pasado viernes. Isabel no puede contener los nervios y ha optado por el mutismo más absoluto. No siquiera dirige palabra a otra de las personas contra las que el joven no tuvo reparos en cargar con dureza, porque le considere corresponsable de todo lo que ha hecho su madre: Agustín Pantoja.

No sale de la cama desde el viernes»

«Isabel Pantoja está medicada, no sale de la cama desde el viernes, ha tenido varias crisis de ansiedad durante estos días, no habla con nadie ni con su hermano Agustín, y su entorno está muy preocupado por ella», apuntaban desde la mesa de crónica social de ‘El programa de Ana Rosa’ este lunes. Aunque, horas más tarde, desde ‘Sálvame’, sostenían que la artista sí estaba manteniendo contacto con terceros fuera de los límites de su finca.

«Es mucho dolor acumulado y callado. Nadie se alegra. Se remueven muchas cosas. No solo Isabel perdió al marido. Se quedaron tres niños huérfanos, y un padre sin su hijo, y esa parte a Isabel Pantoja no le ha importado», era la reflexión que dejaba sobre la mesa Sandra Aladro y que pone de manifiesto que Isabel es consciente de haber recibido una estocada. De ser la gran perdedora en una guerra en la que no parece que vaya a haber ganadores.

Aunque, a pesar de que todo hace indicar que Isabel ha perdido a su hijo, devorada por su propio personaje (como Kiko señaló hace un par de semanas), siempre le quedará ser la Pantoja y escudarse en esa legión de fans que no dejaron de ser apoyo ni cuando tuvo que entrar en la cárcel para cumplir condena por el Caso Malaya.

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