Juan Carlos I de España se ha retirado en dos ocasiones. La primera, en junio de 2014, cuando abdicó, y la segunda en 2019 (también en junio), cuando se jubiló definitivamente. En ambas ocasiones su salario pasó a depender directamente del nuevo monarca, su hijo Felipe VI, que incluso en los peores momentos (cuando reestructuró la Familia Real tras el "caso Nóos") mantuvo a su padre con generosas condiciones, con un sueldo mayor del que recibía él en ocasiones como príncipe de Asturias: en total, 956.172 euros entre 2015 y 2019, el último ejercicio publicado en el portal de Transparencia de la Casa Real. La decisión de Felipe VI supone eliminar uno de los cuatro principales salarios de la Casa Real, el segundo en importancia: un sueldo de más de 16.000 euros brutos al mes, que Juan Carlos seguía recibiendo pese a haberse retirado por completo de la vida pública.
El sueldo parte de lo establecido en los Presupuestos Generales del Estado, que la Casa elabora libremente. En los dos últimos años –por la ausencia de nuevos presupuestos en 2019– han sido 194.232 euros al año para el rey emérito, sólo superados por los 242.769 de Felipe VI. Letizia, con 133.530 euros, y doña Sofía, con 109.260 euros, contaban con sus propias partidas. Así que la reina emérita no se ve afectada por la decisión de su hijo.
El último salario de Juan Carlos I antes de abdicar, en 2014, fue de 292.752 euros. Su hijo cobraba ese año 146.376 euros, la mitad exacta. Una costumbre (y unos sueldos) más o menos similares desde que había datos públicos, que empezaron a publicarse en 2011. Antes, los presupuestos de la Casa Real no se desglosaban, así que el dinero que ingresaba personalmente su majestad a cuenta del Estado era opaco.
Aunque los sucesivos Gobiernos plantearon de forma indicativa que los ingresos totales del monarca, a efectos de Hacienda, se computasen como el 6% de lo destinado al mantenimiento de la Casa y la Familia Real. Sí conocemos, sin embargo, el primer sueldo que tuvo en democracia en rey: los Presupuestos Generales de 1979 le asignaron 10 millones de pesetas. Que hoy, ajustados a inflación y a nuestra divisa, serían unos 330.000 euros.
Esa asignación recoge únicamente el salario y los gastos de representación. El personal a su servicio directo se contempla aparte, y en ningún caso recaen en la Casa Real lo que cuestan los viajes oficiales (dentro y fuera de España), escoltas, coches oficiales y otros servicios, cuyos gastos tradicionalmente se reparten entre varios ministerios –Interior, Exteriores y Defensa en todos los casos, aunque sin desglosar cifras–. Ahora, la retirada de la asignación (que no necesita de unos nuevos Presupuestos para producirse, pues es el rey el que decide qué hacer con el dinero que recibe) abre una nueva incógnita, al margen del resto de problemas que rodean a la figura del rey emérito: ¿qué jubilación le corresponde a un rey?
Fuente: Leer Artículo Completo