La Familia Real española (¿debería Letizia ponerse en cuarentena?) ha estado atenta a las medidas tomadas desde el Gobierno para hacer frente a la crisis generada por la expansión del coronavirus y, atendiendo a esas recomendaciones sanitarias lanzadas desde el Ejecutivo y las autoridades autonómicas, la casa Real española anunciaba el pasado martes la cancelación de dos actos previstos para esta semana.
El primero de ellos era la celebración del homenaje en memoria de las víctimas del atentado del 11 de marzo previsto para ese mismo día a las 19.30 horas de la tarde. El segundo era la proclamación del premio Princesa de Girona de las Artes y las Letras, que iba a celebrarse el jueves 12 de marzo.
Sin embargo, hubo un acto que permaneció en la agenda de don Felipe y doña Letizia: un viaje a París que estaba programado para el pasado miércoles. El día 11 de marzo, coincidiendo con el 16 aniversario del atentado terrorista en Madrid, los Reyes pusieron rumbo a la capital francesa. Allí, como parte de la jornada europea de víctimas del terrorismo, participaron en un homenaje celebrado en la plaza del Trocadero, a los pies de la Torre Eiffel, donde don Felipe dio un discurso.
Durante la jornada se reunieron además en privado con Emmanuel y Brigitte Macron para un almuerzo que transcurrió de manera cordial y en el que hicieron gala del buen entendimiento entre ellos. Pero, a pesar de la buena sintonía entre los dos matrimonios, la cita del mandatario y la primera dama con sus Majestades estuvo plagado de gestos simbólicos que dejaban patente la situación excepcional en la que se desarrollaba el encuentro.
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