Ayer, se nos atragantaba la comida y se nos quitaba apetito. Alrededor de las dos de la tarde, la Cadena Ser adelantaba la noticia: Lucía Bosé, después de tres días ingresada en un hospital de Segovia capital, fallecía a los 89 años y su nombre se sumaba a la lista de las víctimas mortales que ha dejado ya en nuestro país el coronavirus.
El primero en confirmarlo públicamente, a través de sus redes sociales y desde México, era su hijo Miguel. Para el cantante, ella era mucho más que su madre. Era su confidente. Ese apoyo incondicional en los malos momentos, como durante todo ese proceso de separación de Nacho Palau que provocó que Lucía se cruzara el charco para estar a su lado en las Navidades más complicadas de Miguel.
«Queridos amig@s… Os comunico que mi madre Lucía Bosé acaba de fallecer. Ya está en el mejor de los sitios», escribía el artista junto a una foto en la que se ve a su madre sonriendo, con ese característico pelo azul que erigió en seña de identidad.
Un par de horas más tarde, Miguel lanzaba un segundo mensaje. Al lado de sus palabras una imagen con el ‘hashtag’ mami y un enorme corazón azul: «Te llevamos dentro en el corazón querida Mami. Un beso de toda la familia entera».
En un tercer ‘post’, Miguel hacía un breve recordatorio con imágenes junto a su madre recogidas en un vídeo de lo más emotivo. Una muestra más que suficiente del dolor que está sufriendo en estos momentos ante la marcha el pilar fundamental de su vida.
Su hermana Paola usaba ese #mami y el corazón azul para despedirse de ella colgando una foto de un cuadro con dos flores delante. Un sentido e íntimo homenaje debido a que, por las medidas excepcionales del estado de alarma para funerales y servicios fúnebres, Lucía no va a poder contar con una mltitudinaria capilla ardiente.
Su nieta Palito era igual de escueta. Una muestra de que los familiares de la actriz han sufrido un golpe tan tremendo con la marcha de esa mujer que hacía de pegamento entre todos ellos que a muchos de ellos no les salen ni las palabras.
Otra de sus nietas, Jara, era más extensa en el homenaje digital: «Buongiorno cicogna! Gracias por compartir conmigo y por dejarme ser tu ‘compi de piso’estos meses. Voy a echar de menos ese cigarrito mañanero, el prosseco antes de comer, las escapadas a los chinos a por modelitos, tus historias de vida… ¡y hasta las discursiones feministas! Espero que ya hayas empezado tus charlas con Steiner y lo estes poniendo en vereda. Te voy a echar de menos pero te voy a llevar siempre cerquita de mi para que me guíes cuando no lo tenga claro… Y no sigo porque como veas que lloro al escribir esto bajas solo para regañarme y decirme ‘va fan culo’. Hoy brindo contigo y por ti con nuestro mezcal. Te quiero», e puede leer junto a una foto de Lucía vaso al viento.
Los Bosé han vuelto a poner de manifiesto algo que jamás nos había cabido duda: que son una auténtica piña. Lo fueron cuando el cáncer se llevó de manera prematura a Bimba. Ahora, a pesar del confinamiento y aunque tengan que hacerlo cada uno en su casa hasta que se levante el estado de alarma, volverán a hacerlo. Por ella. Por Lucía.
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