El 22 de junio de 1982 Diana de Gales junto al príncipe Carlos presentó a su primer hijo al mundo: el príncipe Guillermo acababa de nacer, y su madre posó, con el bebé en brazos y un precioso vestido verde de pequeños lunares blancos y un cuello marinero.
Parecía feliz en las escaleras del hospital St Mary. Y puede que lo estuviera, pero desde luego lo que le pasaba no era solamente eso.
Según recordó el tabloide Daily Express, Diana sufría un horrible dolor en ese momento, aunque trataba de poner la mejor cara sabiendo que estas fotos formarían parte no solo del álbum familiar sino de la historia al ser las primeras instantáneas del futuro rey de Inglaterra.
Lo escribe Nigel Cawthorne en su libro Call me Diana explicando lo que la princesa le describió entonces: “Cuando salí del hospital apenas podía poner un pie delante de otro. Mis puntos me estaban matando. Fue muy difícil mantenerme de pie” y sonreír aquellos minutos. Nada más subir al coche y después de que los fotógrafos se fueran, la princesa se echó a llorar.
Había tenido un parto largo. El príncipe tardó quince horas en llegar al mundo después del ingreso de su madre en el hospital a pesar de queestaba programado para el 21 de junio.
People ha recuperado también estos días los episodios de la biogafía escrita por Andrew Morton en 1992, Diana: su verdadera historia, sobre los embarazos de Lady Di y las fuertes presiones que sufrió la princesa mientras estaba embarazada y cuando dio a luz, sobre todo con su primer hijo. De hecho, el alumbramiento de Guillermo se programó porque “ya no podía soportar más la presión de la prensa. Era como si el mundo entero me estuviera monitorizando cada día”, le confesó la princesa en la que no es, sin embargo, la única increíble revelación que le hace a su biógrafo. Cuenta que Lady Di y el príncipe Carlos escogieron la fecha del nacimiento de su primogénito ajustándolo a la agenda del hijo de la reina de Inglaterra y a sus torneos de polo.
Esta fue la presión que el príncipe Harry quiso evitarle a Meghan Markle, de ahí que la pareja decidiera que los detalles del nacimeinto su primer hijo fueran "privados" y la duquesa de Sussex se saltara esa tradición real de posar junto al bebé en las escaleras del hospital donde dio a luz. Esquivó el escenario que describió en su momento Diana y el que después recreó Kate con los tres niños, a pesar de lo que eso supuso para ella; porque lo que la duquesa de Cambridge ha revelado al respecto tampoco es precisamente un buen trago. Tres día en los que Middleton y el príncipe Guillermo presentaron, mirando al cielo, a Diana a sus nuevos nietos. A juzgar por lo descrito por la princesa de Gales, sin embargo, no le hubiera importado que no se hiciera de esta manera.
Artículo publicado en Vanity Fair el 19 de abril de 2019 y actualizado.
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