Están siendo unas tardes más que complicadas para Lydia Lozano. La colaboradora de ‘Sálvame’ ha visto cómo los fantasmas del pasado, los de su polémica investigación sobre Ylenia Carrisi, han regresado por culpa de esa información ofrecida por Kiko Hernández de que existía un polígrafo secreto que la machacaría.
Esta semana hemos visto cómo, incluso, amenazaba con marcharse a su casa y retaba a la dirección del programa, a la que acusaba de haberse portado muy mal con ella en este asunto, con que la echara. Una huida hacia adelante para la que contaría con el respaldo de la persona más importante de su vida: su marido, Charly.
El tema está afectando a mi matrimonio»
Porque Lydia, está desbordada. Ayer se desahogaba en plató: «Ayer estuve con mi familia y por la noche con mis íntimos, íntimos amigos y yo dije que hoy no iba a hablar, y estoy hablando. Haces una promesa, llegas aquí y otra vez remando». Y hacía la confesión más dura, esa petición que le ha hecho su marido: «El tema de mi fuente en el caso Ylenia está afectando a mi matrimonio. Charly me pide que deje ‘Sálvame'».
Llegados a este punto, Lozano hablaba a corazón abierto: «Mi pareja acepta dónde estoy trabajando. Claro que lo acepta. Voy a hacer ahora 30 años en junio con Charly y llevo tanto porque en la vida me ha dicho lo que tengo que hacer».
Y remataba su intervención poniendo el acento en el calvario que le supone que este tema, que para ella lleva años zanjado, vuelva de manera recurrente. Máxime cuando todos saben que es algo que la hunde: «Imagina una persona que ha estado en un centro de desintoxicación y se cura y le vuelves a poner la botellita delante, ¿qué pasa aquí? Para mí, lo he cerrado, pero si me lo vuelven a poner delante…«.
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