El pasado viernes, el marqués de Griñón fallecía en la madrileña Fundación Jiménez Díaz. Lo hacía tras haber dado positivo por coronavirus, y los actos fúnebres fueron los que marcan las circunstancias excepcionales del estado de alarma. Su hija Tamara Falcó, la única nacida de su unión con Isabel Preysler, y dos de sus hermanos, le despidieron en un triste responso de cinco minutos tras el que fue incinerado.
Ayer miércoles, la revista ‘Lecturas’ nos mostraba el inmenso dolor de Tamara en su portada a su llegada al crematorio. Esta había permanecido en silencio, llevando el duelo de puertas para dentro de su casa. Horas después de que saliera publicada esa imagen, lanzaba un mensaje en Instagram. Para agradecer todas las muestras de cariño que ha recibido estos días. También para rendir un pequeño homenaje a su padre.
Compartía una imagen con Carlos Falcó en un extremo y todos sus hijos a su lado. «Desde la familia Falcó queremos dar las gracias a todas las personas que nos habéis mostrado tanto cariño y apoyo durante estas últimas semanas. En especial, nos gustaría agradecer a los médicos, sanitarios de la Fundación Jiménez Díaz y del grupo Quirón, la atención y cuidados que recibió nuestro padre desde que ingresó hasta su fallecimiento», comenzaba la diseñadora.
Nuestro padre fue una persona excepcional»
«Nuestro padre fue una persona excepcional, que amó a su país y trabajó por él sin descanso, como agricultor, productor de vinos e importando tecnologías que modernizaron la industria nacional. Fue un idealista, bueno y generoso con sus hijos y amigos y estará siempre vivo en nuestra memoria», añadía a modo de recordatorio al marqués de Griñón y antes de firmar por ella y por todos sus hermanos: Manolo, Sandra, Tamara, Duarte y Aldara.
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