La camiseta icónica de Britney Spears en su primer embarazo

«I have the golden ticket» («Tengo el ticket dorado»). Ese era el mensaje que, negro sobre celeste, podía leerse en la camiseta sin mangas con la que Britney Spears se plantó en el estreno de Charlie y la fábrica de chocolate en Los Ángeles. Era junio de 2005 y la cantante estaba embarazada de su primer hijo junto a su entonces marido, Kevin Federline, con quien acudió al evento. La frase estampada en su top, un explícito guiño a la película que se presentaba, quizá hubiera pasado un poco más desapercibida de no ser por el avanzado estado de gestación de la artista que, para colmo, quedaba bien señalado por la fecha negra que apuntaba directamente a su tripa bajo la frase.

Lanzando al mundo un mensaje que venía a decir «tengo el premio gordo» dentro de mi barriga, la princesa del pop logró viralizar su look cuando el concepto ni siquiera se había inventado. Tanto es así que el anuncio de su tercer embarazo ha animado a numerosas cuentas de Instagram a recuperar aquella imagen que ya es un ejemplo de manual del dudoso gusto estético de los primeros dosmiles, un tiempo en el que los actuales mensajes empoderadores o irónicos que pueden verse en muchas camisetas se reducían al popular «A veces ángel, a veces demonio, pero siempre yo».

Britney, sin embargo, ha recordado con cierto pesar aquella etapa confesando que sufrió depresión perinatal y que pasó un primer embarazo «verdaderamente horrible». Esta vez planea mantenerse alejada de los focos para evitar que las cámaras rentabilicen la situación como ocurrió en ocasiones anteriores.

Volviendo a 2005, un par de meses después de la aparición de Britney con la dichosa camiseta, The New York Times publicaba un artículo sobre cómo estas prendas con mensaje se había convertido en un medio de comunicación para muchas celebrities. Una tendencia inaugurada por Winona Ryder y su camiseta «Free Winona» en la portada de la revista W con la que ironizaba con su propia libertad tras ser acusada de robo y que después daría paso a todo tipo de declaraciones políticas, religiosas o simplemente divertidas. Eva Longoria, Brad Pitt o Naomi Campbell y su famosa sudadera «Naomi hit me» («Naomi me pegó») fueron algunas de las celebridades que se apuntaron a la moda aquel año. El artículo no se olvida, por supuesto, de citar la camiseta de Britney.

Aquel diseño que, por cierto, combinó con una falda marrón chocolate de acabado satinado que bien podría pertenecer a una colección primavera-verano 2022, horrorizó a internet en su momento, pero 17 años después forma parte de la historia de una época y se ha convertido en icono pop. Si bien la original acabó vendiéndose en una subasta solidaria por algo más de 1.200 dólares, a día de hoy es posible encontrar réplicas en numerosas tiendas online. Etsy, por ejemplo, comercializa una versión disponible en varios tonos pastel y también pululan por la red opciones de manga corta o en forma de sudadera. Ahora que Rihanna pasea su barriga de embarazada en lo que ya se ha convertido un acto político, ¿seguirá teniendo predicamento la camiseta de Britney?




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