La pesadilla para Kiko Matamoros no termina. Lo que iba a ser una simple intervención para quitarse la vesícula, le ha llevado ya un par de veces más a urgencias (una con entrada en el quirófano) y, ahora, ha confesado que va a tener que operarse de nuevo por culpa de una infección vírica que no remite desde aquella primera intervención.
Kiko, que ha sido muy criticado por irse de vacaciones a México con sus problemas de salud a cuestas, entraba ayer por videollamada en ‘Sálvame’ para defenderse de todo lo que se ha dicho de él en estas semanas y para advertir que su salud no termina de arrancar y se va a poner, de nuevo, en manos de un cirujano.
«No estoy preocupado, porque estoy confiado de estar en las mejores manos. Son cosas que pueden pasar perfectamente. Tener una infección después de una intervención», decía con tranquilidad a sus compañeros antes de ahondar en los problemas que arrastra: «El hígado lo tenía bastante tocado por el daño que le había producido la vesícula. Los médicos se asustaron cuando lo vieron y es normal».
«Ahora parece que hay una fuga de virus por algún lado y me van a instalar un catéter interno y aparte del que tengo colocado, es bastante desagradable de ver y ese me lo quitarán dentro de una semana si las cosas van bien. Y el otro, pues unos meses y ya está», confesaba con tranquilidad y confiando en que los médicos lo harán de manera eficaz para poder regresar a su puesto de trabajo.
Porque eso era de lo que se lamentaba: de las ganas que tiene de recuperar esa rutina de ir al plató: «Tengo ganas de sentirme profesionalmente activo, pero el verano ha decidido tomarle el pulso a mi salud. Y el viernes cuando salga de aquí a ver si ya estoy en condiciones. Tengo ganas de volver porque quiero sentirme bien, útil y activo».
Kiko se lamentaba del trato que se le ha dado, también desde el entorno de sus compañeros, por haber entrado algún día en directo desde sus vacaciones. Y dejaba el recadito: «He entrando algún día porque ante todo soy compañero y amigo de algunos de los que estáis ahí. Pero bueno eso también era criticable por lo visto».
Matamoros terminaba su intervención dejando claro por qué se marchó a México a pesar de los problemas de salud que estaba sufriendo, y a los que está teniendo que hacer frente aún: «Me fui fuera porque quería descansar, porque lo necesitaba, porque fue una decisión mía y ya soy mayorcito para tomar las decisiones que me afectan a mí. No quería estar en un entorno donde soy reconocible y me podía sentir no demasiado bien».
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