La infanta Pilar y su hermano Juan Carlo, rey emérito, mantuvieron una estrechísima relación que ha trascendido poco a los medios. De hecho, el monarca fue su principal apoyo cuando falleció Luis Gómez Acebo en 1996.
La hermana mayor que renunció a su derecho al trono
Aunque doña Pilar era la hermana mayor, el heredero al trono de España fue don Juan Carlos porque la ley dinástica de la época así lo dictaba.
Sin embargo, ella renunció a sus derechos sucesorios al casarse con su marido que no pertenecer a una casa real.
Sus hijos por tanto tampoco los tuvieron.
Una magnífica relación de siempre
Los dos hermanos tenían una relación marcada por la confianza, la discreción y el respeto.
De hecho, no se les vio mucho juntos en público más allá de los actos que lo exigían. Sin embargo en privado eran uña y carne.
El Rey, su gran apoyo tras ser viuda
Cuando la infanta Pilar se quedó viuda en 1996, don Juan Carlos fue su gran apoyo. Sus sobrinos encontraron en él un confidente más que a un tío.
Doña Pilar ya lo dijo en la última edición del Rastrillo de Nuevo Futuo: «Es una persona que siempre se ha ocupado de nosotras, de las dos”, declaró refiriéndose a él y a su otra hermana, la infanta Margarita.
Muy preocupado por su estado de salud
Desde que se supo que la Infanta Pilar padecía cáncer de colón, don Juan Carlos estuvo pendiente de ella ya que estaba más preocupado por la salud de su hermana mayor que por la suya propia.
Cómplices
Los hermanos quedaban a comer prácticamente todas las semanas siempre que la agenda oficial del Rey Emérito lo permitiera.
Tanta complicidad tenían que don Juan Carlos fue el queregaló su primer móvil en 1998 a doña Pilar.
Su apoyo incondicional
La Infanta Pilar ha estado siempre al lado de su hermano, incluso cuando saltaron los escándalos que hicieron tambalearse la monarquía española como la polémica imagen del rey cazando elefantes.
De hecho, fue la que le acompañó en la boda de Felipe VI con doña Letizia al ser la reina Sofía la madrina del enlace.
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