Para su última reunión virtual, un encuentro con cuatro jóvenes líderes que están haciendo historia en la actualidad y cuentan con el apoyo de la Queen’s Commonwealth Trust (QCT), Isabel II decidió sacar del joyero uno de sus broches más significativos: una pieza heredada de la reina Victoria que data del siglo XIX. El propio Palacio de Buckingham compartía varias imágenes de la videollamada a través de las redes sociales oficiales y era ahí donde esta preciada joya acaparaba la atención de los fanáticos de la Reina, pero también del resto de la Casa Real.
Previamente a esta cita, la Reina de Inglaterra tan solo lo había lucido en ocasiones con gran significado. En 2015, cuando logró superar a la propia Victoria, su bisabuela, como monarca con el reinado más longevo del país, y anteriormente, en 1997, para el funeral de la princesa Diana. De ahí que su elección, de forma inevitable, se convierta en un guiño al pasado.
https://www.instagram.com/p/CRZDVkhsXAu
A post shared by The Royal Family (@theroyalfamily)
La joya en cuestión fue un encargo de la reina Victoria a la Joyería Garrard en 1858 y está formada por tres lazos de más de 500 diamantes que son desmontables. Mientras Victoria optaba por llevarlos juntos, a menudo Isabell II ha optado por llevar tan solo uno en sus elecciones estilísticas.
Destacar además que la monarca prestó este preciado broche, herencia de la reina Victoria, a Sarah Ferguson a finales de la década de los 80 para una competencia deportiva celebrada en Escocia. Un gesto que suele ser habitual dentro de la realeza, durante los últimos años hemos podido ver como la Reina prestaba algunas de sus joyas más preciadas a diferentes miembros de la Familia Real británica para fechas significativas.
Fuente: Leer Artículo Completo