Los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, están de enhorabuena y es que celebran su vigésimo aniversario de bodas. La pareja lo ha querido celebrar en la intimidad pero haciendo partícipes a todos del secreto de su matrimonio a través de una entrevista concedida al canal de televisión RTBF que la ha retransmitido en francés. Una de las conversaciones más íntimas de la pareja real en la que no solo han hablado de la actualidad sino que también han recordado su noviazgo y todos los problemas que han superado hasta llegar aquí.
“Mi esposa, la Reina, estaba espectacular con aquel vestido de novia magistral y aquel fantástico ramo… ¿Cuánto pesaba ese ramo? ¿Ocho kilos?”, ha recordado divertido el rey Felipe sobre su mujer el día de su boda, a lo que su mujer asentía entre risas recordando que le costaba llevarlo entre sus manos sin que se cayera. Y es que han confesado que la ceremonia fue tan bonita que el vídeo de su boda no se ha quedado guardando polvo sino que, en algunos de sus aniversarios, han aprovechado para verlo junto a sus hijos.
“Es absurdo tratar de entender cómo funciona un matrimonio. Es un misterio. Pero el amor sigue ahí, como una llama que hay que cuidar para que se mantenga encendida. Es cierto que la gente cambia con los años, pero seguimos muy enamorados”, explicaba el rey Felipe mientras le preguntaban por el secreto que les ha mantenido unidos desde el primer día. “Sigue sorprendiéndome. Cada día aprendo algo nuevo de él, como su faceta artística o su pasión por la música”, añadía la reina quien echaba la vista atrás recordando su último día antes de anunciar su compromiso. Las últimas horas como ciudadana anónima que pasó en una biblioteca. «He de decir que después de 20 años de matrimonio el trabajo que hace mi esposa me ayuda. Quiero agradecerte todo el trabajo. La gente no se da cuenta de ello, pero es un trabajo enorme», le agradecía el monarca sobre Matilde, que ha sido galardonada recientemente con un premio.
Los Reyes de Bélgica también se refirieron en la entrevista a su vida familiar. Comentaron que habían aprendido a diferenciar entre su rol institucional y su vida privada y que por tanto con sus hijos ejercían “como padres, no como Reyes”. «Son tres tareas [pareja, padres y reyes] y eso no es fácil. Tienes que coordinarlo todo pero después de 20 años comenzamos a saber quién es más fuerte en unas cosas y quién lo es en otras», bromeaba el rey Felipe. Y es que desde el nacimiento de la primogénita, la princesa Elisabeth, la pareja se marcó un objetivo claro: hacer que su función pública no afectara a su familia.
Finalmente, la pareja echó la vista atrás asegurando que el tiempo había pasado demasiado rápido para ellos: “No somos apenas conscientes de que hayan transcurrido ya veinte años juntos”. Un tiempo en el que han consolidado una gran familia con sus cuatro hijos, la princesa Elisabeth (18), el príncipe Gabriel (16), el príncipe Emmanuel (14) y la princesa Eleonor (11) y han emprendido multitud de proyectos teniendo aún en mente más: “Miramos con optimismo el futuro: ver a nuestros hijos crecer felices y representar a nuestro pueblo de la mejor manera posible”.
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