Estela de Castro nació en Madrid en 1978. Es fotógrafa y docente especializada en fotografía de retrato. Se formó en la escuela de fotografía Look de Madrid, y desde los 15 años trabajó como asistente en Ciclorama. Se especializó en talleres y cursos con fotógrafos como Javier Vallhonrat, Óscar Molina, Eduardo Momeñe, Sofía Moro...
Sus trabajos han sido publicados en revistas nacionales e internacionales como ‘El País Semana’l, ‘El Mundo’, ‘La Vanguardia’, ‘Babelia’, ‘Vanidad’, ‘La Tribuna’, ‘Lecturas’, ‘Hola’, ‘ABC’, ‘New Paper’, ‘Revista Carrete, ‘Hablar en Arte’, ‘Revista Gráffica’, ‘The Times’… En 2019 recibió el encargo de realizar los retratos oficiales de los Reyes de España y de sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía.
Corazón Estela, parte de su obra personal está vinculada a la lucha por los derechos humanos y los derechos de los animales. Durante la pandemia se han abandonado un 25% más de perros, ¿a qué cree que se ha debido?
Estela de Castro Claro que ha aumentado el abandono durante el confinamiento, porque mucha gente ha adoptado animales para salir a la calle a pasear y ahora los abandonan.
C. Nina, Renko,Sulay…, ¿viven en su casa?
E. C. Sí. Nina es una galga. Renko vino de una protectora —Nueva Vida—, porque yo era casa de acogida y cuando llegó el momento de irse porque tenía una familia de adopción, me resultó imposible separarme de él. Era muy tímido, ahora tiene mucho carácter y no puede ver a los cachorros
C. Nina es una galga muy elegante.
E. C. Me la regaló un cazador. Yo no quería tenerla y me dijo: «seguro que va a estar mejor contigo que con otro cazador». Y se quedó conmigo. Es muy sociable y nada conflictiva. Como puedes comprobar, vivimos en el campo y he logrado que no se escape, porque hay muchos conejos por la zona, aunque no tiene demasiado instinto cazador.
C. Entre Nina y Renko, ¿hay una bonita amistad?
E. C. Se llevan muy, muy bien.
C. En medio de la conversación aparece un felino…
E. C. Se llama Sulay. La encontré en la carretera, la subí al coche, le compré comida y se vino conmigo. Cuando llegamos a casa, dejé la ventana abierta por si se quería marchar, porque es una gata callejera. Pero decidió quedarse y lleva más de diez años a mi lado. Es una gata que pasa de todo, es muy independiente.
C. Todos sus perros son adoptados y algunos son de acogida. ¿Cómo se abrió a este mundo?
E. C. Fue por una gata que tengo enterrada en el patio. La mató un coche. Fue en un momento determinado de mi vida. Dejé de comer animales y ahora soy vegana. Le diría a la gente que ponga un perro o un gato en su vida, sobre todo rescatado. Su vida va a ser mucho mejor. Para mí es terrible cómo está el mundo y ellos son mi oasis. Los necesito para sobrevivir.
C. Usted es activista. ¿Qué ha conseguido en favor de los animales?
E. C. Que la gente se conciencie, que se respete a los animales. Cada vez somos más. Aunque tienen que endurecerse las penas por maltrato y concienciar a la gente de que tiene que esterilizar a sus animales, de esta manera no habría tanto abandono.
C. Especializada en retratos, su último trabajo fue de la Familia Real. ¿Cómo surgió?
E. C. Me llamaron un día de la Casa Real, ya que conocían mi trabajo a través del proyecto Fotógrafos, que estuvo en Photoespaña. Les gustó mi estilo.
C. ¿Qué sintió en ese momento?
E. C. No me lo creí, me pareció una broma. Pero hasta que fui a Zarzuela no sabía lo que tenía que hacer.
C. ¿Fue fácil trabajar con ellos?
E. C. Me lo pusieron facilísimo, posan muy bien. El Rey tiene cogida la postura perfectamente. Ahora con su barba y el pelo canoso parece George Clooney. Letizia es guapísima, tiene unos ojos impresionantes. Son muy guapos los cuatros. Les gustó el trabajo que hice.
C. ¿Hay un antes y un después de este trabajo?
E. C. Sí. Yo soy de proyectos larguísimos y nunca había trabajado con un encargo como este.
C. ¿Le gustaría convertirse en la fotógrafa de la nobleza?
E. C. Si me llamaran claro que lo haría. Me ha encantado hacer este trabajo.
C. Por este trabajo pasará a los anales de la historia.
E. C. No lo pienso mucho. Los fotógrafos somos los olvidados. En este país no hay cultura fotográfica. Somos invisibles.
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