Tenemos claro que la royal más espontánea de Holanda es la reina consorte Máxima. Nos atreveríamos a decir, incluso, que lo es de toda Europa. Su carisma se debe a su capacidad para la improvisación y al hecho de que su cara casi siempre esté inundada por una sonrisa. Es capaz de contagiar a toda su familia y cada nueva sesión de fotos confirma nuestras fundadas sospechas: Máxima es muy divertida. Lo que no nos habíamos parado a pensar es que hay otra royal, no muy lejana, con una personalidad parecida. Ella también podría ser futura reina consorte -aunque por ahora todo apunta a que no -, pero de lo que ya es ‘reina’ es de la diversión. Hablamos de Camilla Parker Bowles, la mujer del príncipe Carlos de Inglaterra, que siempre consigue sorprendernos en sus actos públicos. Su espontaneidad es distinta a la de Máxima, pero es mucha y muy simpática, y nunca nos imaginariamos a Kate Middleton haciendo ese tipo de bromas. Son, además, sin malicia, con las que demuestra un gran sentido del humor. Ella es, desde luego, el alma de la fiesta de la familia real británica (o un alma muy destacada).
“Me voy a autoaislar”
Con esa curiosa frase bromeaba Camilla en su última aparición pública. Si nos fijamos en el contexto, entendemos todo un poco mejor. Fue durante la visita del príncipe Carlos y Camilla la semana pasada al Museo Británico de Transporte, situado en pleno centro de la ciudad de Londres. En un momento del recorrido Parker protagonizó este inusual (y gracioso) momento: se metió en el interior de un refugio antiaéreo y ha soltó la ingeniosa frase. Lógicamente nadie pudo contener la risa, tampoco su marido.
Sin miedo a los animales…
Camilla celebró su cumpleños en 2019 rodeada de burros, pero no es la única ocasión en la que la hemos visto muy cariñosa con animales. La duquesa es una gran amante de los animales y cuando se encuentra a un perro, o cualquier otro tipo, no no puede evitar acariciarlo. Durante su último viaje a Austrilia, junto al príncipe Carlos, incluso sostuvo a un koala entre sus brazos. La duquesa estaba emocionadísima con el bebé koala en el regazo.
…Ni a la realidad virtual
La importancia institucional de Camilla es innegable y sus actos púlblicos no son pocos. El 20 de enero de este mismo año, la duquesa no dudó en probarse unas gafas de realidad virtual cuando le ofrecieron esta posibilidad en su visita a un hospicio inglés. Y no se lo pasó nada mal.
¿Bailes tradicionales?
La adversidad a los aviones no es una barrera infranqueable que impida a Camilla viajar por el mundo. Como representante de la corona, la duquesa tiene ciertas obligaciones que no puede dejar de cumplir. Y cuando lo hace, se implica al máximo. Así que en el viaje oficial a Grecia de mayo de 2018, Camilla se integró con los bailarines griegos como una más (salvo porque no llevaba traje típico) y se animó a bailar un sirtaki, una de las danzas tradicionales del país. Todo sucedió en el pueblo de Acharnes, situado en la isla de Creta.
Descalza por la playa
Caminar por la playa descalzo es un acto cotidiano (y muy agradable) para cualquiera. La situación cambia, sin embargo, cuando eres un miembro de la realeza. Pero si te encuentras en una isla paradisíaca con una playa de arena fina blanca… cómo resistirse. Camilla y Carlos no lo hicieron en la isla caribeña de Granada en su viaje del año pasado por estas fechas. La duquesa de Cornualles se descalzó para disfrutar de esa agradable sensación bajo los pies. El hijo de la reina de Inglaterra prefirió mantener los zapatos para el paseo playero. Cada uno, a lo suyo. Naturalidad ante todo.
La intensidad del olor de las flores
Cuando la duquesa de Cornualles hace algo, lo hace de corazón. Por eso, en junio de 2018, sorprendió a la mujer que le entregaba un ramo de flores al meterse, literalmente, dentro. En aquella visita al Garden Museum de Londres Camilla, además, se quedó paralizada con un retrato del príncipe Carlos que le mostraron, no sabemos si por disgusto o admiración. Una visita muy completa y un poco fuera de lo habitual.
Un poco de ping-pong
El tenis de mesa era una de las aficiones ocultas de Camilla que desconocíamos. En 2019, durante los actos de celebración del centenario de la estación de Halton de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña, Camilla optó por esta particular forma festejo: jugando al ping pong. Tan entusiasmada estaba que resultaba imposible apartar la mirada.
Besos neozelandeses
Hace tan solo unos meses que Camilla de Cornualles y Carlos de Gales viajaron a Nueva Zelanda. Durante el periplo, tuvieron la oportunidad de integrarse con la población y acercarse a su cultura. En la imagen podemos ver a Camilla en la ceremonia de bienvenida con la que la tribu maorí -originaria de la isla- daba la bienvenida a la pareja.
Juegos de máscaras
Parece que Camilla contagia a Carlos, o que sus personalidades son muy parecidas. La pareja se complementa bien y como ejemplo, esta fiesta de máscaras que en 2019 ofrecieron en su propia casa, Clarence House. El motivo de la celebración eran los elefantes y su nombre, el Baile de los Animales. Se trata, en realidad, de una organización benéfica creada por el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles en 2016 que se dedica a la protección de animales africanos como los elefantes, los leones o los gorilas. Junto a Selfridges y otras firmas del mundo de la moda, la organización ha recaudado ya más de 1,7 millones de libras. El primer baile se celebró en 2016 y volvió a repetirse en 2019. La última vez, Camilla y Carlos no dudaron en posar con sus máscaras de ¿osos?… Ojalá la repitan en 2020.
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