«¿Para qué hacer una gala en medio de una pandemia?». Con esta pregunta Jimmy Kimmel, el presentador de la ceremonia de la 72ª edición de los premios Emmy arrancó una noche tan frenética como atípica marcada por la pandemia del coronavirus. A pesar de que comenzó con un montaje de planos de la gala del año anterior, en la que se veían muchos rostros conocidos de Hollywood riéndose de sus bromas, el presentador no tardó en descubrir el pastel. Estaba solo en el Staples Center y las estrellas de la televisión se encontraban en sus casas, o lo que es lo mismo, en más de un centenar de videoconferencias que nos llevarían a escuchar sus discursos, si resultaban ganadores, pero también a descubrir a sus familias, a sus mascotas o sus salones.
Los únicos que rompieron del todo esta distancia social recomendada fueron uno de los grandes triunfadores de la noche. El equipo de ‘Schitt’s Creek’, la comedia canadiense que en España podemos ver en Movistar +, se habían reunido en una especie de salón de bodas para vivir la ceremonia. Y la apuesta les salió bien, ya que una hora después del arranque de la cita se habían convertido en la primera serie de la historia de los galardones que conseguía imponerse en todas las categorías del género de comedia.
Creada por Eugene Levy (conocido por su papel en American Pie) y su hijo Daniel, Schitt’s Creek ha terminado este año después de estar seis temporadas contando la historia de los Rose, una familia de ultrapijos adinerados que de repente lo pierden todo y van a dar a un motel de carretera en un pueblo de la América más profunda. Una historia que, como el propio Daniel describió al recoger uno de los cuatro premios que se llevó a casa (serie, dirección, guion y actor de reparto) habla de los “efectos transformativos del amor y la aceptación”. La mítica Catherine O’Hara (la madre de ‘Solo en casa’), el propio Eugene Levy y Annie Murphy, madre, padre y hermana de Daniel en la ficción fueron los otros premiados, acaparando una categoría en la que todo el mundo esperaba un reparto más equitativo.
En uno de sus discursos Daniel Levy animó a los espectadores a ir a votar el próximo 3 de noviembre, y fue el primero de una larga lista de intérpretes y creadores que aprovecharon sus minutos de gloria para recordarle a la audiencia lo mucho que está en juego en la próxima cita electoral. Pero no fue el único mensaje reivindicativo, ya que ganadoras como Regina King o Uzo Aduba se vistieron con camisetas que recordaban a la joven afroamericana fallecida por los disparos de la policía, Breonna Taylor, mientras que Mark Ruffalo fue el autor de uno de los discursos más emotivos de la gala, en el que llamaba a “luchar por los vulnerables” y planteaba la enorme responsabilidad de votar para decidir “qué país vamos a ser”.
Todos ellos competían en la categoría de mejor miniserie o película para la televisión, en la que ‘Watchmen’ (HBO), la adaptación de la novela gráfica de Alan Moore, se proclamó principal ganadora, aunque los galardones estuvieron mucho más repartidos que en comedia y también se llevaron premio ‘Mrs. America’ (el de Aduba), ‘Unorthodox’ (mejor dirección) y ‘I Know this much is true’, (el de Ruffalo).
Con un ritmo inusual, ya que Kimmel cargó prácticamente con todo el peso del evento y presentó muchos premios, la ceremonia también tuvo un carácter muy social, y recurrió a trabajadores esenciales para presentar otros galardones. Desde un empleado de una empresa de paquetería a una joven ganadera, pasando por médicos y enfermeros, la organización de la cita supo suplir con acierto la ausencia de estrellas de la televisión para concederle el protagonismo que merecen a aquellos trabajadores que son imprescindibles para que la vida siga adelante en estos tiempos de pandemia.
Un DJ cubrió la ausencia de la orquesta propia de estos eventos, y el momento de recuerdo a los fallecidos en el último año correspondió a la cantante HER, una de las pocas que se encontraban en el Staples Center, y que se encargó de uno de los momentos más emotivos de la ceremonia. Pero también hubo tiempo para la comedia, y sobre el escenario pudimos ver a Jennifer Aniston apagando un fuego con un extintor, una alpaca o a Jason Sudeikis dejando que le hicieran una PCR en directo y bromeando con la fecha en la que le darían el resultado. “En seis meses. Ah, no, en seis semanas”.
Con Aniston como protagonista secundaria de la gala, apareciendo posteriormente desde su casa con dos amigas muy conocidas por todos, la gala dio paso al apartado de series dramáticas en el que, una vez terminada ‘Juego de Tronos’, no se contemplaba otro ganador que no fuese ‘Succession’. Y la serie de HBO que narra la historia de los Logan, una familia que posee un imperio mediático y tienen muy pocos escrúpulos, se hizo con cuatro premios, guion, dirección, serie y actor principal para Jeremy Strong. Pero tampoco fueron acaparadores y dejaron, entre otros, el reconocimiento a la mejor actriz para Zendaya por su trabajo en ‘Euphoria’, la serie de HBO centrada en la vida de una joven con problemas psicológicos y de adicciones. Una interpretación que la ha convertido en la mujer más joven en ganar el premio en esa categoría.
Los dioses de la tecnología acompañaron a lo largo de toda la ceremonia y la versión más atípica e inverosímil de una entrega de premios se cerró victoriosa. Fueron muchos los que echaron de menos su alfombra roja y las sonrisas falsas de los perdedores, pero el balance final de este milimetrado experimento televisivo es mucho mejor de lo que podría haberse esperado. No hubo momentos de euforia tras el escenario, pero fueron varios los que saltaron de felicidad y desequilibraron las cámaras que la organización les había enviado. No hubo discursos interrumpidos por la música, pero algunos de los ganadores estaban acompañados de seres queridos que les miraban con orgullo, y alguna lágrima, mientras trataban de hilar varias frases coherentes.
Tal y como estaba previsto, Jimmy Kimmel habló en su monólogo de arranque del salvavidas que ha sido la televisión durante los momentos más difíciles de la pandemia. O como él dijo, “nuestro amiga la televisión”. Y durante las tres horas que duró la emisión esas estrellas que suelen parecer inalcanzables mostraron las mismas preocupaciones que los espectadores. Sin dejarlas de lado, porque el futuro no da un respiro y menos en un país gobernado por Trump, los guionistas y los premiados convirtieron un espectáculo hecho a la medida de la industria en una gran reunión retransmitida por Zoom en la que las emociones y los discursos tenían mucho más sentido que en cualquiera de las 72 ediciones previas. Porque 2020 está lleno de sorpresas y para celebrar algo tan casero como la televisión respetando la distancia social solo es necesario que la conexión y el audio no fallen.
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