Los Globos de Oro 2020 tenían tres grandes momentos asegurados: el monólogo de apertura de Ricky Gervais y los premios honoríficos a Tom Hanks y Ellen DeGeneres. Todos estuvieron a la altura de las expectativas, pero DeGeneres supo aunar como nadie emoción con diversión.
DeGeneres recogió este domingo el premio Carol Burnett por Excelencia en la Televisión por sus décadas de éxitos en la pequeña pantalla. Éxitos no precisamente sencillos de conseguir, pero que han impactado a la sociedad estadounidense de formas que todavía reverberan en la cultura del entretenimiento del país. Eso incluye a Kate McKinnon, la cómica de Saturday Night Live que presentó el galardón.
"Si no la hubiera visto en televisión, habría pensado: ‘Nunca podré salir en televisión. No dejan que gente LGBT salga en televisión’. Y peor que eso, habría llegado a pensar que yo era un alienígena y que quizá no tenía derecho a estar aquí", dijo McKinnon ante una audiencia emocionada.
DeGeneres subió a recoger el premio tras un vídeo recopilatorio de sus momentos televisivos más memorables. La cómica aprovechó entonces para repasar algunos de los altibajos de su carrera y que culminaron con el show que lleva presentando desde hace casi dos décadas y con más de 3.000 episodios emitidos, The Ellen DeGeneres Show.
"Tenía una sitcom y perdí esa sitcom. Después tuve otra sitcom y perdí esa sitcom también", dijo DeGeneres sobre sus primeros trabajos en televisión. "Pude hacer algo que siempre había querido hacer: whisky. Y entonces me dieron un talk show y fui capaz de ser yo misma. Siento que todos habéis tenido la oportunidad de conocerme. Soy un libro abierto. […] La televisión inspiró todo lo que soy hoy en día. Todo lo que quiero hacer es que la gente se ría y se sienta bien. Y no hay mejor sensación que cuando la gente dice que les he ayudado a pasar por un momento difícil".
DeGeneres no pudo evitar cerrar su discurso con un par de agradecimientos curiosos. La presentadora no tiene hijos y está casada con la actriz Portia De Rossi, pero se quiso acordar de familiares inexistentes como su marido Mark y sus hijos Rupert y Fiona, a los que se dirigió para que se fueran a dormir. Lo de DeGeneres era una parodia a los agradecimientos habituales de los ganadores arquetípicos: heterosexuales con hijos.
"No podría haber hecho esto sin ti, Mark. Mark, eres mi roca", añadió DeGeneres, que se despidió con una ovación total del Beverly Hilton de Los Ángeles.
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