El significado de la pulsera que Camilla le regaló a Kate Middleton cuando se casó con Guillermo

La colección de joyería de la familia real británica es una de las más espectaculares del mundo. Tiaras regias como la Kokoshnik, la Halo de Cartier, la Russian Fringe… broches icónicos y diamantes históricos, como la colección de los Cullinan IV y V que pertenecen al joyero real. Un sinfín de alhajas cuya propietaria última es Isabel II, quien en ocasiones destacadas como bodas o actos oficiales las cede a otras mujeres de la familia, para que puedan representar a la familia de la mejor forma.

Kate Middleton también conserva en su colección personal un gran tesoro en materia de joyas. La más significativa es su anillo de compromiso de zafiro y diamantes, con doble valor añadido por haber pertenecido a Diana de Gales. O el anillo Eternity que el príncipe Guillermo le regaló con motivo del nacimiento del príncipe George, así como su alianza elaborada en oro de Gales (algo tradicional en la realeza británica) y un sinfín de piezas más. Sin embargo, otra joya mucho más desconocida es la que recibió también con motivo de su boda por parte de Camilla Parker Bowles.

Los duques de Cambridge obtuvieron el título tras su boda, celebrada aquel 29 de abril de 2011 en la abadía de Westminster. Un evento en el que los numerosos obsequios al príncipe Guillermo y a Middleton fueron de un valor incalculable. La más generosa fue Isabel II, que les regaló la casita de campo de Anmer Hall de la que tanto han disfrutado en la cuarentena junto a sus hijos. Una propiedad con piscina, pistas de tenis y fútbol y un gran terreno privado entre árboles en el que disfrutar en cualquier época del año.

Para celebrar el enlace entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton, la duquesa de Cornualles decidió entregarle a su nuera una pulsera de oro con un gran valor sentimental. Para encontrar una imagen de Kate luciendo la pieza hay que echar la vista atrás y recordar los tiempos en los que la duquesa de Cambridge la utilizaba: hace años que no se la ve con ella puesta, pero sus fans esperan que lo vuelva a hacer pronto. La pulsera está formada por eslabones de oro, decorados por una gran chapa grabada, una pieza absolutamente atemporal.

Lo más especial de la joya es, precisamente, el grabado que muestra la mencionada chapa: una ‘C’ acompañada de una tiara para ‘Catherine’ por un lado; y otra ‘C’ acompañada de una corona para ‘Camilla’ por el otro. Un ejemplo de la buena relación que la duquesa de Cornualles quería forjar con la recién llegada a la difícil familia real británica. Se cree que, durante los primeros meses de adaptación de Kate a la vida real en palacio antes de casarse, recibió gran ayuda por parte de Camilla Parker Bowles. Otra forastera de la familia que también encontró un camino difícil para adaptarse a sus nuevos familiares y sus costumbres. La pulsera fue solo un ejemplo más de su complicidad.

Como gesto último de buena fe, Camilla encargó otra para ella misma, que también lució a menudo en sus primeros días. De hecho, y aunque tardó en estrenarla, la prensa del momento destacaba en 2011 lo mucho que a Kate Middleton le gustaba la pulsera, puesto que no se la quitaba en ninguna aparición pública desde esa primera vez que la llevó en Wimbledon durante el mes de junio de ese año. Dos meses después de su boda. Lo malo de la historia es que, después del primer aniversario, Kate Middleton no se ha dejado ver con la pulsera en público ninguna otra vez.

Es probable que con los años la duquesa de Cambridge haya encontrado su estilo definitivo y ya no se sienta cómoda llevándola; ahora acostumbra a llevar otras piezas de joyería mucho más discretas y elegantes, más acordes con lo que se espera de una princesa en lugar de una celebridad. Sin embargo, la olvidada pulsera y su estilo ‘chunky’, en color dorado y con eslabones lo tiene todo para ser absoluta tendencia. Este estilo de joyería lo ha sido durante los últimos años, tanto en collares como en pulseras, y tiene todas las papeletas para serlo también en 2021. Si Kate Middleton la volviera a sacar a pasear, no sería ni mucho menos un error, pues otras princesas como Charlène de Mónaco y su rapado lateral ya se atreven con las tendencias más urbanas. La reina Sofía seguro que lo haría.

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De la kokoshnik a la 'halo' de Cartier: las tiaras que ha usado la familia real británica en el día de su boda

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