Pese a que desde la dirección de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ se ha confirmado que han omitido más de diez minutos del relato que hace Rocío Carrasco de la agresión que sufrió a manos de su hija, lo que se pudo escuchar en el octavo episodio de su serie documental es estremecedor. Tras dejar claro que el comportamiento de su primogénita empezó a cambiar desde muy temprana edad, Carrasco explicó que se agravó la situación después de que Antonio David interpusiera una demanda para solicitar la custodia de la adolescente con un informe en el que esta asegura que su madre la maltrataba. «Yo pensé que me iban a quitar la custodia de mi hija porque ella ya tenía una edad determinada y porque había narrado hechos horrorosos, como que yo la insultaba», rememora la hija de Rocío Jurado.
Tras varios episodios violentos, la situación llegó a su punto álgido el 27 de julio de 2021, cuando Rocío Carrasco queda inconsciente a manos de su hija. «Ese día 27 yo me levanto por la mañana para levantarla para ir al cursillo, ella me había dicho días anteriores que estaba mal del estómago, que no iba bien al baño. Entonces ella ese día quiere desayunar una nectarina y yo lo único que hago es decirle: ‘Ro, como estás mal del estómago tómate unas ciruelas, que te va a hacer bien para el problema que tienes’. Y ahí me desafía y se guarda la nectarina. Y al ir a coger la nectarina que ella se había guardado me cruza la cara, de lado a lado. Yo no me creía lo que estaba pasando y entonces empieza a pegarme, pero mientras ella me pega va gritando: ‘No me pegues'», asegura Carrasco, quien narra estos hechos con la voz entrecortada y con lágrimas en los ojos.
«Todo esto cuando era ella la que me estaba pegando a mí. Mientras hacía eso, a mí se me pasó como una película por la cabeza. Yo sabía que eso obedecía a algo que no era normal… Entonces ella me sigue agrediendo», en este momento del relato, se corta la narración de Rocío, retomándose cuando recupera la consciencia. «Yo lo siguiente que recuerdo es a Fidel reanimándome. Fidel poniéndome un aparatito de pulsaciones. Cuando volví en mí yo le decía ‘Fidel, la niña’, y tenía las pulsaciones en 140. Me metió un lorazepam debajo de la lengua, cosa que yo ya tenía pautada desde hace mucho tiempo. Y la niña se va».
Una vez la adolescente sale del domicilio, se monta muy agitada en el coche del chófer de la familia. “Ella está asustada al verme caer en el suelo… Entra con un ataque de ansiedad al coche”, apunta la madrileña. Tras interrogar a la niña y saber que Rocío Carrasco está siendo atendida por Fidel, el conductor decide llevarla al colegio, pero por el camino se produce un hecho inesperado. “De repente, según me dice Paco, la niña se transforma, saca un móvil y dice: ‘Papá, ya está hecho’”.
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