Se ha convertido en uno de los grandes bombazos del comienzo de año. Tras muchos tiras y aflojas y discrepancias, el príncipe Harry y Meghan Markle han tomado la decisión de dar un paso al lado y de dejar de acudir, de manera paulatina, a actos oficiales de la corona. Al menos, eso es lo que se entendió de ese comunicado que encontró la respuesta de la reina Isabel II dejando claro que las conversaciones para este cambio estaban en sus compases iniciales. Vamos, que les venía a decir que no corrieran tanto.
Tras las numerosas preguntas que han surgido al respecto de esta decisión de los duques de Sussex, y también a modo de réplica a ese breve comunicado de la reina Isabel, abuela de Harry, han decidido hacer unos cambios más que significativos en su página web oficial con los que pretenden desvelar todas esas incógnitas y dejar claro qué significa este cambio de rumbo y por qué lo hacen.
«Los duques se sienten orgullosos de su trabajo y están comprometidos en continuar con sus labores solidarias, además de poner nuevas acciones en marcha. Además están evaluando su capacidad para ganar dinero con una actividad profesional, lo que en la estructura actual tienen prohibido hacer», se puede leer en la explicación de cómo estructurarán su trabajo.
«Por este motivo han tomado la decisión de ser miembros de la familia real con independencia económica. Su alteza real cree que este nuevo modelo les permitirá continuar cumpliendo su deber con la reina Isabel, mientras logran una autonomía financiera para el futuro trabajando», se añade al respecto.
Explican que es por esto que han decidido renunciar a la parte que les corresponde del dinero público que perciben por sus actos de representación. Pero, ¿de cuánto estamos hablando? También lo responden: «El Sovereign Grant cubre el cinco por ciento de los gastos de los duques y es utilizado específicamente para sus gastos oficiales. Sus altezas reales prefieren renunciar a este lazo financiero«. Además, niegan que, como duques, perciban un sueldo específico, aclarando que «de acuerdo a la actual estructura y disposiciones financieras, tienen prohibido cualquier ingreso». Y detallan que jamás han usado dinero público para uso privado.
Y se escudan en la toma de esta decisión en que hay otros miembros de la actual familia real inglesa que tienen ocupaciones al margen de las propias que les impone la monarquía sin que esto haya supuesto un problema en ningún momento.
En cuanto a si rompen si vínculo con la corona o cómo queda su situación, son más precisos: «Como miembros que trabajan para la familia real, los duques de Sussex seguirán dedicados a mantener el legado de la reina en el Reino Unido y la Commonwealth. Continuarán apoyando con orgullo sus patronazgos y llevando a cabo trabajos para la Monarquía en el Reino Unido y en el extranjero».
Lo que habrá que ver es cómo ejecutan esa nueva política que quieren llevar a cabo con los medios de comunicación. Recordemos que el matrimonio interpuso una demanda contra varias cabeceras inglesas, algo que no gusto a la reina. Su propósito es invitar a prensa especializada a los actos que organicen dentro de su nueva ocupación laboral, esa con la que pretenden ganar un sueldo que les permita llevar a cabo la independencia total de la casa real a nivel financiero, como dejan claro en el comunicado.
«Los duques creen en una industria mediática libre, fuerte y abierta, que defiende la exactitud y promueve la inclusividad, diversidad y tolerancia. Reconocen que sus roles como miembros de la familia real están sujetos a interés y reciben bien las informaciones precisas y honestas, mientras que las que son inapropiadas tendrán que rendir cuentas. De la misma manera que cualquier miembro de la sociedad, valoran su privacidad como individuos y como familia«, aclaran, marcando unos límites que no están dispuestos a dejar que se sobrepasen.
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