Como cualquier persona que nació en la fama y se crio en un palacio, el príncipe Harry probablemente no ha experimentado muchas de las pequeñas cosas indignas de ser normal. Pero ahora que se le conoce como ‘Harry’, sale a comprar sus propios sándwiches y lleva abrigos de Patagonia, puede que tenga que hacer, con alguien como Meghan Marke con experiencia en la vida real, las cosas menos divertidas de la cotidianeidad, como adivinar por qué todos los calcetines se pierden en la lavadora o negociar las condiciones con la compañía de seguros de salud (si la pareja se termina mudando a Estados Unidos). A principios de año, Harry fue víctima de algo que la mayoría de nosotros no hemos vivido desde el instituto: una broma telefónica.
El miércoles, el diario The Sun informó de que dos embaucadores rusos se hicieron pasar por Greta Thunberg y su padre, Svante, y le llamaron consiguiendo que se abriera sobre algunos de los asuntos que le han mantenido en las noticias en los últimos meses.
Según los empleados de Buckingham, el asunto es la prueba de que Harry podría necesitar realmente el apoyo de personal de palacio. “Quizás esto pone de manifiesto todo el trabajo que hay detrás de lo que se ve, de lo que nunca se habla en público, para asegurar que las cosas funcionan sin problemas”, dijo una fuente al diario Telegraph. “A medida que avanzan, necesitan invertir en los recursos adecuados y tener la gestión necesaria, en lugar de adoptar una situación que es más propia del mundo del espectáculo. Quizás este incidente resalte eso. Esperemos que sea una llamada de atención”.
Otro trabajador que habló con el periódico fue incluso más duro: “Tú puedes ser todo lo accesible, relajado e informal como los medios te retraten, pero en el momento en el que actúes así, empiezan a ocurrir errores”, dijo la fuente. El Telegraph también informó de que Harry tuvo que cambiar su número de teléfono y su correo electrónico como consecuencia de la broma, algo que es habitual para cualquiera que haya sufrido phishing (un tipo de estafa electrónica).
Mientras que Meghan y Harry negociaban su salida de la familia real, muchos ayudantes de palacio sacaron su artillería contra la pareja y la forma en la que habían decidido comunicarse con la prensa. Sin embargo, basándonos en la brillante repercusión que ha tenido su visita final a Reino Unido como miembros de la realeza trabajadores, podríamos decir que la estrategia de comunicación que están llevando a cabo ya está funcionando. Pero si Harry sigue descubriendo las cosas que los plebeyos aprendimos hace mucho tiempo, los ayudantes seguramente parecerán profetas cuando el tiempo pase.
Texto publicado originalmente en VanityFair.com y traducido por Paula Peña. Para ver el artículo original pincha aquí.
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